Ciencia

El Papa Francisco sí creía en la ciencia y defendió a la teoría de la evolución y al Big Bang: “Dios no es un mago”

El Papa Francisco rompió moldes al afirmar que el Big Bang y la evolución no contradicen a Dios. Su postura sobre la ciencia y la religión dejó una huella en la Iglesia Católica.

El Papa Francisco tuvo la oportunidad de defender su postura sobre la ciencia y la fe. Foto: AFP
El Papa Francisco tuvo la oportunidad de defender su postura sobre la ciencia y la fe. Foto: AFP

El fallecimiento del Papa Francisco este lunes marca el fin de una era en la Iglesia Católica. Su pontificado se caracterizó por un enfoque renovador, no solo en lo pastoral y social, sino también en su apertura hacia el conocimiento científico. En 2014, durante un discurso en la Pontificia Academia de las Ciencias, sorprendió al hacer una referencia a un relato del Génesis.

“La teoría de la evolución y el Big Bang son reales. Dios no es un mago con una varita mágica. Cuando leemos sobre la creación en el Génesis, corremos el riesgo de imaginarnos a Dios como un mago, con una varita mágica que le permite hacer todo. Pero no es así”, declaró Francisco.

El Papa Francisco y su visión del Big Bang

El Papa Francisco explicó que la teoría del Big Bang no contradice la idea de creación divina, sino que la complementa. “La evolución en la naturaleza no es incompatible con la noción de creación, porque la evolución requiere la creación de seres que evolucionan”, afirmó en su discurso frente a la comunidad.

El pensamiento de Francisco ayudó a redefinir la postura oficial del Vaticano sobre temas científicos. Al reconocer que el universo tuvo un origen a través de procesos físicos, reafirmó que ello no niega la intervención divina, sino que la enriquece. Con esta postura, el Papa promovió un diálogo entre la teología y la ciencia moderna, fortaleciendo la reconciliación fe y ciencia.

¿Qué dijo el Vaticano sobre la teoría de la evolución?

Aunque el Papa Pío XII ya había abierto la puerta al debate con la encíclica Humani Generis en 1950, fue Juan Pablo II quien reconoció en 1996 que la evolución era “más que una hipótesis”. Sin embargo, Francisco fue quien lo expresó con mayor claridad al mundo. En su visión, el relato bíblico y las evidencias científicas no se excluyen, sino que se explican mutuamente desde sus propios lenguajes.

A lo largo de su papado, Francisco defendió la importancia del conocimiento científico en asuntos como el cambio climático, la bioética y la inteligencia artificial. Este compromiso lo consolidó como un líder dispuesto a romper con viejas tensiones entre la Iglesia Católica y la ciencia.

"Dios creó al humano y le permitió desarrollarse de acuerdo a las propias leyes internas de las que los dotó, de manera que cada uno pueda realizarse personalmente", afirmó el difunto Papa.