Estados Unidos

La dura realidad de los inmigrantes durante vuelos de deportación de EEUU: encadenados, sin poder pedir ayuda y más

El tratamiento inhumano a los inmigrantes en los vuelos de deportación operados por ICE ha sido denunciado por extripulantes. Encadenados y sin atención adecuada, los deportados enfrentan graves violaciones a sus derechos humanos.

Inmigrantes viajan encadenados y sin asistencia en vuelos de deportación operados por aerolíneas privadas bajo contrato con ICE. Foto: composición LR/EL País
Inmigrantes viajan encadenados y sin asistencia en vuelos de deportación operados por aerolíneas privadas bajo contrato con ICE. Foto: composición LR/EL País

Los vuelos de deportación operados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) han generado una creciente controversia tras la exposición de testimonios que describen un trato deshumanizante hacia los inmigrantes. Estos vuelos, utilizados para trasladar a miles de personas a sus países de origen, son la cara visible de un sistema que muchos consideran injusto y cruel. A bordo, los inmigrantes no solo son transportados en condiciones deplorables, sino que además se les priva de lo más básico: asistencia y dignidad humana.

Según denuncias de extripulantes, el protocolo seguido en estos vuelos parece contradecir las normas mínimas de seguridad aérea y los derechos humanos. Los inmigrantes se encuentran encadenados, sin acceso a atención médica o servicios básicos, y son ignorados por la tripulación que recibe instrucciones claras de no interactuar con ellos.

Encadenados: la dura realidad de los inmigrantes sobre los vuelos de deportaciones

Los testimonios recogidos por extripulantes de aerolíneas privadas destacan la gravedad de las condiciones en las que viajan los inmigrantes deportados. Estos vuelos no solo son un traslado hacia la violencia y la incertidumbre, sino que los deportados deben soportar cadenas en manos, pies y cintura durante todo el trayecto. Encadenados y sin posibilidad de moverse, se encuentran bajo un régimen que no solo los reduce a objetos, sino que además pone en riesgo su salud física y mental.

Las instrucciones que los miembros de la tripulación reciben son alarmantes. Se les prohíbe interactuar con los inmigrantes, no deben ofrecerles asistencia, ni siquiera durante emergencias aéreas. Esta política de aislamiento es un claro ejemplo de la deshumanización que caracteriza a los vuelos de deportación operados por ICE. En muchos casos, los deportados deben sufrir en silencio mientras enfrentan la angustia del viaje, sin poder contar con apoyo en situaciones críticas.

Trato desigual y sin instrucciones de evacuación en vuelos de deportación de EE.UU.

Uno de los aspectos más preocupantes de estos vuelos es la falta de protocolos de evacuación adecuados en caso de emergencia. Los asistentes de vuelo, entrenados para actuar rápidamente en situaciones de crisis, deben seguir órdenes que priorizan la seguridad de los agentes de ICE sobre la de los inmigrantes encadenados. Esto pone en evidencia la profunda desigualdad de trato a bordo. Mientras los agentes federales reciben comida caliente, comodidad y atención, los inmigrantes se enfrentan a la indiferencia y la falta de medidas mínimas de seguridad.

Lo más alarmante es que, en caso de una emergencia aérea, los inmigrantes se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad. Sin poder moverse debido a las cadenas y sin recibir instrucciones claras de evacuación, se convierten en las principales víctimas del abandono sistemático. La falta de colaboración de los funcionarios de ICE en los procedimientos de emergencia agrava aún más la situación, ya que no ofrecen ningún tipo de ayuda en el caso de una evacuación. Este comportamiento es una violación flagrante a los protocolos de seguridad aérea que ponen en riesgo la vida de todos los pasajeros a bordo.

La creciente privatización de estos vuelos también ha sido motivo de crítica. Organizaciones como Witness at the Border señalan que alrededor del 85% de los vuelos de deportación son operados por aerolíneas privadas, lo que implica una mayor influencia del sector privado en la realización de estos traslados. Esto ha generado preocupaciones sobre el cumplimiento de los derechos humanos y sobre cómo las aerolíneas privadas están contribuyendo a la deshumanización de los inmigrantes.