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Harvard cambia nombre de su oficina de Diversidad tras congelamiento de fondos por parte de Donald Trump

Este cambio en Harvard responde a la disputa con la administración de Donald Trump sobre la diversidad y la orientación ideológica de estudiantes internacionales.

La Universidad de Harvard renombra su departamento de Diversidad, Equidad e Inclusión a “Community and Campus Life Officer” , tras congelamiento de fondos por parte de Donald Trump. Foto: Composición LR (EFE)
La Universidad de Harvard renombra su departamento de Diversidad, Equidad e Inclusión a “Community and Campus Life Officer” , tras congelamiento de fondos por parte de Donald Trump. Foto: Composición LR (EFE)

La Universidad de Harvard decidió renombrar su departamento de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) a “Community and Campus Life Officer” (Vida en la Comunidad y en el Campus), en medio de un clima de tensión con la administración de Donald Trump. Este cambio de nombre se produce justo después del reciente congelamiento de US$2,200 millones en fondos federales destinados a la institución. La decisión de Trump se produjo luego de que Harvard se negara a poner fin a sus programas de diversidad y a supervisar la orientación ideológica de sus estudiantes internacionales, lo que generó una disputa entre la universidad y el Gobierno federal.

En un correo dirigido a los estudiantes y miembros de la universidad, la directora del departamento reformado, Sherri Ann Charleston, detalló que el nuevo nombre refleja una visión renovada de la comunidad universitaria. Según las palabras de Alan Garber, presidente de Harvard, el objetivo de la universidad es “fomentar una comunidad que acoja la diferencia”, siempre dentro de los límites legales establecidos, que prohíben la toma de decisiones basadas en la raza. El cambio responde tanto a la necesidad de adaptarse a un contexto político cambiante como a los requerimientos impuestos por el gobierno de Donald Trump.

El conflicto de Harvard con el gobierno de Trump

El enfrentamiento entre la Universidad de Harvard y la administración de Donald Trump tiene su origen en una disputa sobre los programas de diversidad implementados en la institución. En abril de este año, el Departamento de Educación de Estados Unidos congeló una significativa cantidad de fondos federales destinados a Harvard, alegando que la universidad mantenía políticas que favorecían la “discriminación positiva” y que no respetaban el principio de “diversidad de ideas”. Además, el Gobierno federal exigió que la universidad tomara medidas para controlar la orientación ideológica de los estudiantes extranjeros.

La congelación de los fondos responde a una serie de tensiones políticas que van más allá de Harvard. La administración de Trump ha lanzado un conjunto de medidas destinadas a recortar el financiamiento de universidades que, según ellos, no cumplen con ciertos principios, entre ellos la no discriminación por raza y la promoción de la diversidad ideológica. En este contexto, Harvard se ha visto obligada a reconsiderar algunos de sus enfoques para evitar mayores sanciones y pérdidas económicas.

El nuevo enfoque de Harvard

Con la reestructuración del departamento de Diversidad, Harvard busca adaptar su enfoque hacia la inclusión sin vulnerar las normativas que prohíben decisiones basadas en características demográficas. Sherri Ann Charleston, directora del nuevo “Community and Campus Life Officer”, explicó que este cambio está diseñado para reunir a personas de diversos orígenes, experiencias y perspectivas dentro de un mismo espacio, enfocándose en las contribuciones individuales más que en las etiquetas grupales. Este enfoque se alinea con las políticas legales y responde a la necesidad de cumplir con las directrices de la administración actual.

El cambio de nombre y la redefinición del departamento también representan una respuesta directa a la creciente presión que Harvard ha enfrentado desde el gobierno de Trump. En el pasado reciente, otras instituciones académicas también han perdido parte de su financiación debido a la aplicación de políticas similares, lo que ha creado un escenario tenso entre la academia y el Gobierno federal.