Economía

Scotiabank: Estados Unidos se enfrenta a una desaceleración que podría extenderse hasta el 2026

Para la entidad financiera, la guerra arancelaria no desencadenaría una recesión en Estados Unidos. No obstante, estiman crecimientos del PBI muy bajos para este 2025 y el próximo año.

Scotiabank proyecta un crecimiento económico en Estados Unidos del 1% para este año. Foto: composición LR/Andina
Scotiabank proyecta un crecimiento económico en Estados Unidos del 1% para este año. Foto: composición LR/Andina

El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ha remecido la situación geopolítica y financiera a nivel internacional. La guerra comercial con Chila, la volatilidad de los mercados y la cautela de los consumidores viene teniendo repercusiones en las perspectivas de crecimiento económico del país norteamericano.

Para Scotiabank Global, la actividad productiva crecería 1% este año y apenas 0,6% en el 2026, lo cual significa el peor desempeño de dos años consecutivos desde 1974. Si bien empresarios, bancos y organizaciones privadas muestran una combinación de preocupación, parálisis en las decisiones de inversiones y deterioro patrimonial en los mercados, no se espera una recesión en EE.UU. durante el periodo 2025-2026, aunque se reconoce como posible.

"Scotiabank Global afirma que la desaceleración en EE.UU. ya comenzó y se podría prolongar hasta el 2026. No se esperaría una recesión en EEUU durante el periodo 2025-2026 ni cambios en la tasa de referencia de la Reserva Federal de EEUU (FED) durante el 2025. Esto a pesar de su supuesto que el arancel efectivo promedio se mantendrá como el más alto en los últimos cien años", enfatizan.

Lo cierto es que la guerra comercial ha provocado rebajas sustanciales en las proyecciones del PBI mundial que pasa de un 3,3% al 2,8% este 2025 y para el próximo, del 3,3% al 3%, convirtiéndose en una de las previsiones más bajas desde la pandemia y uno de los menores del siglo. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que el recorte para Estados Unidos es de 0,9 puntos, hasta alcanzar el 1,8% en el presente año.

Efecto Trump: ¿qué pasará con el dólar?

Aunque el dólar continúa siendo la moneda de reserva global, ha ingresado a un ciclo bajista durante los primeros meses del año que sería atribuida más a un proceso de volatilidad del mercado ante la nueva política comercial de Estados Unidos, que a una pérdida estructural de su condición de refugio de valor.

"La caída simultánea del dólar y de los precios de la deuda estadounidense responde a movimientos racionales de los inversionistas buscando liquidez y diversificación, más que a un rechazo estructural de los activos de Estados Unidos. A medida que los mercados se ajusten y la FED permanezca lista para actuar herramientas distintas a la tasa de interés, es probable que la volatilidad disminuya. No existen señales claras, por ahora, de una pérdida definitiva de la supremacía del dólar como moneda de reserva internacional", indica Scotiabank.

La entidad financiera refiere que es prematuro relacionar los movimientos actuales con escenarios extremos como el fin del dominio financiero de Estados Unidos. No obstante, los efectos de la guerra comercial incrementan la incertidumbre y esto erosiona la confianza de los consumidores y las empresas.

Además, como lo había anticipado Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, el impacto económico de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump contra diversos países sería significativamente mayor a lo esperado, lo cual se traduciría en un menor crecimiento y mayor inflación.

Para Scotiabank, el choque arancelario provocaría un incremento de la inflación, dejando poco espacio para recortes de tasa en el 2025. Así, la combinación que advierte Powell justificaría una tasa de interés más alta de lo anteriormente previsto. Por ello, desde la entidad financiera esperan que la política monetaria de la Fed se mantenga en 4,5% a lo largo del año.

Finalmente, reiteran que los aranceles en vigor del 145% sobre China, 25% sobre automóviles, acero y aluminio, 10% sobre petróleo, gas y potasa de Canadá, 25% sobre productos no incluidos en el TLC entre Estados Unidos, México y Canadá, y 10% de aranceles recíprocos a la mayoría de los países han llevado a las empresas a evitar proporcionar sus pronósticos de ganancias.

"La falta de antecedentes de una gran economía que se imponga voluntariamente un daño económico de corto plazo esperando un beneficio de largo plazo que parece improbable dificulta estimar con precisión los impactos. El panorama económico sigue siendo frágil y sujeto a los desarrollos de la guerra comercial", sentenciaron.