Estados Unidos

Kim Reynolds, la gobernadora que apoya las deportaciones de Trump, descarta reelección en 2026: "El mayor honor de mi vida"

La gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, anunció que no buscará un tercer mandato. Su salida deja un legado marcado por políticas conservadoras y reformas clave.

Kim Reynolds fue la primera mujer en liderar Iowa como gobernadora; asumió en 2017 tras la salida de Terry Branstad y se retira tras casi una década de reformas conservadoras. Foto: composición LR/CBS4/EFE
Kim Reynolds fue la primera mujer en liderar Iowa como gobernadora; asumió en 2017 tras la salida de Terry Branstad y se retira tras casi una década de reformas conservadoras. Foto: composición LR/CBS4/EFE

Durante años, Kim Reynolds se consolidó como una figura influyente dentro del Partido Republicano en Estados Unidos. Su reciente anuncio de que no buscará la reelección como gobernadora de Iowa ha generado múltiples reacciones, tanto en el plano político como social. Esta decisión, que calificó como una de las más difíciles de su vida, pone fin a una trayectoria de casi diez años en el cargo, donde impulsó reformas en educación, atención médica, impuestos y aliada clave de Donald Trump en sus políticas migratorias.

En un emotivo video difundido en sus redes sociales, Reynolds agradeció el respaldo de los ciudadanos y remarcó que servir como gobernadora ha sido el mayor honor de su carrera política. También explicó que, tras una larga reflexión y conversaciones con su familia, optó por no competir por un tercer mandato. Su esposo, Kevin Reynolds, fue diagnosticado con cáncer de pulmón en 2023, lo que influyó significativamente en esta determinación.

Kim Reynolds, su trayectoria política y su postura con las medidas de Trump contra inmigrantes

La historia política de Kim Reynolds comenzó lejos de los reflectores. Inició su servicio público como tesorera del condado de Clarke, en el sur rural de Iowa. Su ascenso fue gradual pero constante. En 2011 asumió como vicegobernadora durante la administración de Terry Branstad, quien posteriormente la designó como su sucesora en 2017 al asumir la embajada de Estados Unidos en China.

En 2018, Reynolds ganó su primer mandato completo tras derrotar al demócrata Fred Hubbell. Cuatro años después, logró la reelección frente a Deidre DeJear. A lo largo de sus mandatos, se destacó por promover una agenda conservadora. Entre sus reformas más notorias se encuentran la creación de un programa de becas para escuelas privadas, una fuerte reducción en los impuestos sobre la renta y una ley que restringe el aborto después de las seis semanas de embarazo.

Bajo su gestión, Iowa reforzó su imagen de estado con identidad conservadora, ha promovido políticas de seguridad pública, educación y economía que reflejan los principios conservadores, y se ha consolidado como una aliada clave de Donald Trump en la región del Medio Oeste. Reynolds ha demostrado un firme respaldo a las propuestas migratorias del actual presidente, especialmente aquellas relacionadas con la deportación de inmigrantes indocumentados.

¿Qué sigue para Reynolds después de concluir su mandato como gobernadora de Iowa?

Aunque Kim Reynolds confirmó que continuará en funciones hasta enero de 2027, su enfoque se centrará ahora en su familia. En su mensaje público, aseguró que dedicará más tiempo a sus seres queridos, especialmente a sus nietos, luego de haber estado al frente de importantes desafíos políticos por casi una década. “Es tiempo de estar ahí para ellos”, afirmó con visible emoción.

Reynolds también manifestó confianza en el futuro político del estado. Aseguró que Iowa y su Partido Republicano seguirán en buenas manos. En ese sentido, ya hay nombres que suenan como posibles sucesores. Uno de ellos es Brad Sherman, pastor y exrepresentante estatal, quien en febrero anunció sus intenciones de competir por el cargo. Sherman dijo haber conversado previamente con Reynolds sobre su aspiración, guiado —según sus palabras— por una convicción espiritual más que por diferencias políticas.

El anuncio de Reynolds marca el inicio de una nueva etapa tanto para ella como para el escenario político de Iowa. Su legado se definirá por las reformas impulsadas, su estilo de liderazgo directo y la impronta personal que dejó como la primera mujer gobernadora del estado. Mientras tanto, se mantendrá activa en sus funciones, con la firme intención de concluir su mandato fortaleciendo los pilares que considera esenciales: economía, educación y valores familiares.