Estados Unidos

¿Sabías que Nueva York no siempre se llamó así? Este era su nombre original en EE. UU. y su vínculo con Europa

Antes de convertirse en la icónica Nueva York, esta ciudad tenía un nombre distinto. Su denominación original reflejaba sus raíces coloniales y su vínculo con exploradores europeos.

Nueva York durante años tuvo otro nombre vinculado a Europa. Foto: CNN
Nueva York durante años tuvo otro nombre vinculado a Europa. Foto: CNN

La ciudad de Nueva York, uno de los centros urbanos más influyentes de Estados Unidos y el mundo, no siempre llevó este nombre. En sus inicios, cuando los colonos europeos comenzaron a establecerse en la región, la llamaron Nueva Ámsterdam. Este nombre fue impuesto por los neerlandeses en 1624, cuando establecieron un asentamiento en la isla de Manhattan, en honor a la capital de los Países Bajos.

La colonia fue un importante punto comercial para la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, gracias a su ubicación estratégica en la desembocadura del río Hudson. Sin embargo, este dominio neerlandés no duraría para siempre, pues la lucha por el control del territorio en América del Norte llevó a un cambio crucial en la historia de la ciudad.

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Así era Nueva York en 1780 con muchas embarcaciones y canales / Foto: CNN

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¿Por qué cambiaron el nombre a Nueva York?

En 1664, los británicos lanzaron una ofensiva para apoderarse de Nueva Ámsterdam. Con una flota de barcos de guerra, los ingleses lograron tomar el control sin necesidad de un enfrentamiento armado. El gobernador neerlandés, Peter Stuyvesant, se vio obligado a rendirse ante la superioridad británica, y la ciudad pasó a manos de la corona inglesa.

Tras la conquista, los ingleses renombraron la ciudad como Nueva York, en honor al duque de York, quien más tarde se convertiría en el rey Jacobo II de Inglaterra. Este cambio marcó el inicio de una nueva era para la ciudad, que pronto se convertiría en un epicentro del comercio y la inmigración.

El inicio de un centro económico en Estados Unidos

Bajo el dominio británico, Nueva York comenzó a expandirse rápidamente. Su ubicación privilegiada la convirtió en un punto clave para el comercio transatlántico, lo que atrajo a colonos de diversas partes del mundo. Durante el siglo XVIII, la ciudad se consolidó como un importante centro económico y cultural en América del Norte.

Con el paso del tiempo, Nueva York se convirtió en el símbolo del sueño americano, acogiendo a millones de inmigrantes que llegaban a través de Ellis Island en busca de nuevas oportunidades. Hoy, es una de las ciudades más influyentes a nivel global, pero su historia sigue recordando sus raíces como una colonia neerlandesa que, con el tiempo, se transformó en la vibrante metrópoli que conocemos.