Trabajo sin sueldo y jornadas de 120 horas: la nueva “eficiencia” de Elon Musk
Mientras el magnate impone condiciones extremas en el sector público de EE. UU., en América Latina se debate la reducción de la jornada laboral. ¿Es viable mejorar la productividad sin afectar los derechos de los trabajadores?
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Elon Musk vuelve a generar controversia con sus declaraciones sobre la productividad laboral. A través de su cuenta en la red social X, el magnate afirmó: “DOGE trabaja 120 horas semanales. Nuestros opositores burocráticos trabajan con optimismo 40 horas a la semana. Por eso pierden tan rápido”.
Sus críticas al teletrabajo no son nuevas, pero esta vez ha ido más allá al sugerir que sus empleados trabajen hasta 120 horas semanales y que incluso duerman en la oficina para evitar pérdidas de tiempo en traslados.
“Hoy, la economía estadounidense carece de rumbo claro: su mercado está lleno de inestabilidad, sin reglas definidas, y con un liderazgo errático”, explicó Eduardo Recoba, economista de iFOREX, a La República. “Donald Trump dice una cosa un día y otra al siguiente, mientras que Elon Musk, sin experiencia en política pública, está desmantelando el Estado, destruyendo las pocas políticas de bienestar que aún quedaban”.
DOGE: el nuevo experimento de Musk en EE. UU.
Musk ha sido nombrado por Donald Trump como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad creada para reducir costos y reestructurar agencias estatales. En sus primeras tres semanas, el organismo ha generado controversia al despedir empleados públicos, solicitar acceso a sistemas de pago sensibles, eliminar una agencia de ayuda humanitaria y recopilar datos privados de millones de ciudadanos sin ofrecer explicaciones.
Además, en noviembre de 2024, DOGE lanzó una convocatoria dirigida a personas con alto coeficiente intelectual, invitándolas a trabajar sin recibir remuneración. “Necesitamos revolucionarios dispuestos a laborar más de 80 horas por semana en recortes de costos”, indicaba el mensaje. Cuando un usuario en X advirtió sobre la enorme carga de trabajo que esto implicaba, Musk respondió: “De hecho, será un trabajo tedioso, generará muchos enemigos y la compensación será cero”.
Las políticas de Musk han despertado preocupaciones sobre explotación laboral, especialmente por la contratación de ingenieros de apenas 19 años. Mientras algunos ven la iniciativa como un intento de modernizar la administración pública, otros advierten que podría violar derechos fundamentales y derivar en acciones legales.
¿Es viable reducir la jornada laboral en Perú?
El enfoque extremo de Musk contrasta con las discusiones en América Latina, donde la reducción de la jornada laboral ha cobrado fuerza como una alternativa para mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar la productividad. Sin embargo, en países como Perú, esta medida enfrenta obstáculos estructurales.
Según la ESAN Business School, el 78% de los trabajadores peruanos opera en la informalidad, lo que dificultaría la implementación de una jornada reducida sin afectar la economía. Además, la productividad promedio de un trabajador en el país es de 12,3 dólares por hora, ubicándolo en el puesto 113 a nivel mundial, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para igualar la producción de un trabajador colombiano (20 dólares por hora), se necesitarían dos peruanos, y para alcanzar la de un chileno (35,5 dólares por hora), serían necesarios tres.
Otro punto clave es la cantidad de feriados en el país. Según Statista, Perú registra 16 días festivos al año, apenas cuatro menos que Argentina, el país con más feriados en la región. Esto plantea dudas sobre si reducir la jornada laboral fortalecería la economía peruana o, por el contrario, afectaría su competitividad.
Mientras en EE.UU. Musk impulsa una cultura laboral extrema con jornadas extenuantes y sin remuneración, en Perú el desafío sigue siendo cómo mejorar la productividad y reducir la informalidad antes de implementar cambios estructurales en el mercado laboral.