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Atención, ciudadanos de California: tener este animal como mascota puede costar una multa de US$10.000

Las regulaciones sobre la posesión de este animal en California buscan proteger la fauna autóctona y la salud pública, con multas y posibles cargos legales para los infractores.

Las autoridades explican que la prohibición busca proteger la biodiversidad local, evitar la transmisión de enfermedades y prevenir riesgos para las personas. Foto: Freepick.
Las autoridades explican que la prohibición busca proteger la biodiversidad local, evitar la transmisión de enfermedades y prevenir riesgos para las personas. Foto: Freepick.

Los capibaras, famosos por su naturaleza pacífica y su adaptación al agua, han ganado popularidad global como mascotas. Sin embargo, en California, su tenencia está estrictamente prohibida. Las autoridades locales han establecido regulaciones severas para proteger la biodiversidad, controlar la propagación de enfermedades y garantizar la seguridad pública.

La restricción también responde a los posibles impactos que estos animales podrían tener en los ecosistemas locales. Originarios de Sudamérica, los capibaras no son nativos de Estados Unidos, lo que podría desestabilizar el equilibrio natural si fueran introducidos fuera de su hábitat. Las sanciones por poseer uno de estos animales pueden alcanzar los US$10.000, además de posibles cargos legales.

Regulaciones y multas por domesticar una capibara en California

Según el Código de Regulaciones de California, la posesión de especies consideradas “vida silvestre”, como el capibara, está prohibida. Esta normativa busca proteger tanto a las personas como a la fauna autóctona.

La multa por violar esta ley oscila entre los US$500 y los US$10.000. Además, los infractores podrían enfrentar hasta seis meses de cárcel, dependiendo de la gravedad del caso. El Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California también puede incautar y reubicar a los animales en centros especializados o, en situaciones extremas, sacrificarlos.

Las autoridades destacan que estas medidas no solo buscan evitar riesgos inmediatos, sino también preservar la biodiversidad de la región. Los capibaras, al no tener depredadores naturales en California, podrían multiplicarse rápidamente, alterando los ecosistemas y compitiendo con especies nativas por recursos.

Otros animales prohibidos en California

El capibara no es el único animal cuya tenencia está restringida en este estado. Otros ejemplos incluyen monos, hurones, ardillas, loros quaker y grandes felinos como leones y tigres. Estos animales también representan riesgos significativos para los ecosistemas y la seguridad humana.

Aunque existen permisos especiales otorgados por el Departamento de Pesca y Vida Silvestre, estos solo se emiten para propósitos específicos, como investigación o exhibiciones. La normativa no contempla autorizaciones para mantener a estas especies como mascotas.

La lista de animales prohibidos refleja la preocupación del estado por minimizar el impacto negativo de especies invasoras. Los especialistas advierten que incluso la introducción accidental de estas criaturas podría tener consecuencias ecológicas graves.

El capibara: un animal que conquista las redes y las leyes

El capibara es reconocido como el roedor más grande del mundo. Estos animales sociales y acuáticos suelen vivir en grupos y se adaptan perfectamente a hábitats cercanos a cuerpos de agua. Su popularidad creció exponencialmente gracias a redes sociales como TikTok, donde videos de capibaras interactuando con otras especies se volvieron virales.

A pesar de su ternura y fama, los capibaras requieren cuidados especializados. Su dieta se basa en hierbas, plantas acuáticas y frutos, mientras que su comportamiento social demanda espacios amplios y la compañía de otros individuos de su especie. Tenerlos en entornos inadecuados podría causarles estrés y problemas de salud.

California prohíbe su tenencia debido a que su introducción podría desatar una serie de problemas, desde la propagación de enfermedades hasta la alteración de ecosistemas sensibles. Aunque su apariencia los hace deseables como mascotas, las consecuencias legales y ecológicas convierten su posesión en una opción poco viable.