Sociedad

Puno dejó de vender 10 mil kilos diarios de trucha a Bolivia por devaluación de moneda

El problema se generó hace seis meses. Los compradores tienen que invertir el doble por la crisis económica que atraviesan. Los productores peruanos creen que la alternativa es reconquistar el mercado nacional


Se dejaron de proveer 10.000 kilos de trucha a Bolivia por la crisis. Créditos: Liubomir Fernández / La República.
Se dejaron de proveer 10.000 kilos de trucha a Bolivia por la crisis. Créditos: Liubomir Fernández / La República.

Maggiolo Lupaca en unos días debe extraer del Titicaca truchas con peso mínimo de un kilo. Él cría este pez en jaulas en el lago desde hace varios años en el sector de El Faro, distrito de Pomata, provincia de Chucuito-Juli, al sur de la ciudad de Puno. Para muestra extrajo un ejemplar.

Cuando le preguntamos a quién piensa vender su producción respondió resignado que aún no lo tiene bien claro. Bolivia, el país que más le compraba esta especie acuícola, está en crisis.

“La única esperanza es que podamos venderlo al mercado nacional. Esperamos que nuestra salvación sea Semana Santa. Sino vamos a tener que rematarlo y eso nos perjudica. Prácticamente nuestro mayor comprador ya no tiene capacidad adquisitiva y eso nos ha golpeado significativamente a todos los productores de Puno”, dijo.

La preocupación que esboza este productor truchícola se debe a que desde hace seis meses dejó de proveer, al igual que varios de sus colegas de rubro, un promedio de diez mil kilos de trucha a Bolivia por la crisis del país del altiplano. Sus compradores ya no llegan al Perú porque en su propio país no hay alimentos de primera necesidad. La trucha peruana en Bolivia ahora es un lujo porque se consume a mayor costo.

Según la Dirección de Producción de Puno, el porcentaje que se dejó vender a Bolivia, equivale aproximadamente al 45 % de la producción de toda la zona sur de Puno.

 Cerca de 15 mil personas dependen de esta actividad directa e indirectamente. Créditos: Liubomir Fernández / La República.<br><br>

Cerca de 15 mil personas dependen de esta actividad directa e indirectamente. Créditos: Liubomir Fernández / La República.

Devaluación

El problema se originó porque la moneda boliviana se devaluó. Los comerciantes bolivianos dejaron de importar la trucha porque no les sale a cuenta. Ahora tiene que invertir el doble o el triple por kilo. Hasta Agosto de 2024, por un kilo de trucha en playa (orilla de lago) les costaba un promedio 35 bolivianos, que al cambio suponía 12 soles. Ahora tienen que invertir entre 50 y 60 pesos dependiendo del puerto donde lo adquieran. Los compradores extranjeros advirtieron ya no están en condiciones de comprar el producto.

Para los bolivianos ya no es rentable vender ni adquirir este producto peruano. En la práctica los productores de trucha se quedaron sin su mayor mercado. El impacto es tal que en el sector de El Barco, los trucheros optaron por producir de modo controlado para no perjudicarse.

“Vivir en una zona fronteriza ayuda porque dinamiza la venta. Tenemos productos de buena calidad. Hacemos los mejores esfuerzos para estandarizar peso y tamaño. El detalle es que cuando hay una crisis como la que en este momento se está viviendo en Bolivia, eso nos afecta directamente. Nos ha golpeado duramente. Eso repercute en muchos factores. En otras palabras, nuestro comprador no tiene suficiente capacidad económica. Prácticamente nos hemos quedado sin cliente fijo y eso define la producción”, explicó.

Afectados

La trucha es un producto acuícola sensible que requiere demasiada inversión, cuidado, y a determinado peso y tamaño tiene que ser vendido en el menor tiempo posible. Para ello se necesita personal capacitado. Actualmente cerca de 15 mil personas dependen de esta actividad directa e indirectamente. La mayoría optimizaron recursos y redujeron personal técnico. En varias pequeñas microempresas reportaron despidos.

El director de la Dirección de la dirección de producción de Puno, José Antonio Huayta Calisaya, sostuvo que Bolivia era un mercado fijo porque en el Perú hay mayor accesibilidad a alimentos de peces.

 El mayor mercado de la trucha en Perú no tiene poder adquisitivo. Créditos: Liubomir Fernández / La República.<br><br>

El mayor mercado de la trucha en Perú no tiene poder adquisitivo. Créditos: Liubomir Fernández / La República.

Sostuvo que el fenómeno boliviano ha provocado que se retraiga la venta al punto que la poca trucha aún se vende adquiera carácter de exclusivo porque sólo es requerido por hoteles. Recordó que la trucha peruana llegaba a La Paz y hasta Cochabamba.

“Ahora lo poco que se vende a Bolivia hace que este producto sólo llegue a hoteles y no a mercados abiertos que generaba demanda para abastecer en el Perú. Es un factor económico. Bolivia necesita trucha, el detalle es que han pedido capacidad adquisitiva. La mayoría de productores se sostenía porque tenían en Bolivia, un mercado seguro, explicó.

Crisis sobre crisis

El impacto de la crisis boliviana va a ser difícil de superar por lo menos en corto plazo. Hipólito Mollocondo, director de acuicultura de la dirección de producción de Puno, dice que va tomar tiempo para que los productores de trucha recuperen sus mayores volúmenes de producción porque ni siquiera se recuperaron por completo de la pandemia y la convulsión social que vivió el país en el 2023.

“La pandemia frenó la venta y a la vez bajó la producción de 40 mil a 22 mil kilos. Después las protestas en el país generaron otro problema. Encarece los alimentos, y no había mayor circulación en la venta. Ahora que el mayor comprador no está bien económicamente, entonces podríamos decir que los productores de trucha de Puno son los más afectados porque es una actividad sensible. La trucha no se puede criar toda la vida. Tiene que ser vendido en un tiempo prudente. Tener un comprador seguro es vital en esta actividad”, explicó.

En toda la región Puno, existen 638 derechos acuícolas en el lago peruano del Titicaca, en donde se produce trucha en jaulas. Las zonas de mayor producción en Bolivia, son Puno, Ilave, Juli y Pomata.

 La trucha debe venderse en el menor tiempo posible. Créditos: Liubomir Fernández / La República.<br><br>

La trucha debe venderse en el menor tiempo posible. Créditos: Liubomir Fernández / La República.

Consumo nacional

“Nosotros también vendemos a los mercados locales. Sí sale, pero es muy poco. Por ejemplo, en Puno, una familia consume al mes un kilo de trucha. En Bolivia es mayor. Se estima que los consumidores demandan 5 kilos mensuales. Entonces se vende más. Pero también si a ellos les pasa algo a nosotros también nos afecta. No es lo mismo vender en cantidad para que recuperes tu inversión que vender por kilos. Producir en cantidad significa a la vez tener un comprador fijo. Yo por ejemplo tenía 5 trabajadores ahora solo tengo tres. Es que ya no hay ingresos. Bolivia, era nuestra compradora exclusiva que nos permitía recuperar nuestra capital” contó Rogelio Pacompía, productor del sector de Ichu.

Maggiolo Lupaca, sostiene que la única manera de sobreponerse al efecto boliviano es reconquistando el mercado nacional. Cree que el Estado debería ayudarlos a aperturar ferias regionales en el sur porque más de 15 mil personas dependen de esta actividad.

“En medio de esta coyuntura no vemos otra solución. Creemos que la alternativa es el mercado nacional y el medio adecuado son las ferias. Esperamos que podamos dar un gran paso en Semana Santa. No queremos perder nuestro rol de productores. Porque si no corremos el riesgo que nuestras jaulas sean un acuario” precisó Lupaca.