Totorales en peligro: más de 80 pozas destruidas por derrames de aguas residuales
Un pescador enfermó por trabajar en aguas contaminadas y sus colegas piden soluciones para evitar que la contaminación se extienda.
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Más de 80 pozas de totora en Huanchaco han sido destruidas por los derrames de aguas servidas, lo que ha tenido un impacto devastador en los pescadores y sus familias. Los trabajadores del mar, que dependen de la pesca artesanal y la cosecha de totora para sobrevivir, están enfrentando una crisis tanto sanitaria como económica debido a la contaminación de las aguas en las que laboran.
Los pescadores, al ser las aguas contaminadas su medio de trabajo, arriesgan constantemente su salud para poder alimentar a sus familias.
Víctor Huamanchumo Ucañan, uno de los afectados, se sumergió en las aguas contaminadas para salvar su cosecha de totora que había quedado empapada por el desborde de aguas servidas. El resultado fue una enfermedad viral que lo ha dejado en cama durante tres meses, según sus compañeros.

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Jaime Arroyo Ucañan, de 67 años y con toda su vida dedicada al cultivo de totora, lamenta la pérdida de su cosecha. "El 30 de marzo, con el último derrame, perdí mi totoral. La laguna se ha rebalsado completamente y ahora está llena de aguas servidas", declaró con visible preocupación.
Javier Ricardo Torres Huamanchumo, presidente de la Asociación de Pescadores, expresó su preocupación por el impacto que esta contaminación está causando en la vida de los pescadores. "Este año, el 30 de marzo, más de 80 pozas de totora fueron destruidas. Ahora no podemos cultivar, porque esas aguas son dañinas para la salud", afirmó Torres.

Víctor Huamanchumo adquirió un virus al tener contacto con el agua contaminada. Créditos: Carlos Antonio Ferrer.
Fiesta del Patasho en peligro
La crisis también amenaza la tradicional Fiesta del Patasho, una celebración popular en Huanchaco. Según Torres, la falta de totora afectará la realización del caballito simbólico, un elemento esencial de la festividad. "Ahora se viene la fiesta del pescador, el patasho es un caballito simbólico, tradicional de aquí de Huanchaco. No vamos a tener totora suficiente para poder hacerlo", advirtió.
Víctor Cosmer Arzola Ucañan, quien lleva 64 años trabajando en los totorales, relató que la semana pasada, al ingresar a su posa, comenzó a sentir molestias en las piernas debido a la contaminación del agua. "La semana pasada, que ingresé a mi posa a cortar totora, las aguas empezaron a picarme las piernas", comentó, visiblemente preocupado.
Propuesta de Sedalib
Ante la crisis, Sedalib, la empresa encargada del tratamiento de aguas residuales, propuso desviar los desagües hacia el mar para aliviar la sobrecarga de la planta de tratamiento en El Tablazo, que no tiene capacidad para procesar más aguas residuales.
Un representante de la empresa explicó que, de forma temporal, los desagües se verterían en un punto adecuado del mar, ya que los desagües son tratados y cumplen con los parámetros para ser descargados. "Necesitamos, de manera temporal, descargar los desagües en un punto adecuado del mar", indicó.

Más de 80 pozas de totora en Huanchaco han sido destruidas. Créditos: Carlos Antonio Ferrer.
Pescadores se oponen a la propuesta de Sedalib
Sin embargo, los pescadores se oponen de manera rotunda a esta solución. "No vamos a permitir que las aguas residuales sean dirigidas al mar y contaminen los totorales. Huanchaco se va a levantar, y los pescadores y las asociaciones también lo harán", afirmó Javier Ricardo Torres, quien lidera la protesta contra la medida.
La situación en Huanchaco es crítica, y los pescadores exigen soluciones inmediatas para evitar que la contaminación siga destruyendo su sustento de vida y poniendo en riesgo la salud de la comunidad. La incertidumbre sobre el futuro de los totorales y la pesca artesanal crece cada día, mientras los afectados luchan por encontrar alternativas y que se tomen medidas efectivas para resolver la crisis.