El costoso retraso del buque de guerra que demuestra la supremacía de China sobre Estados Unidos en poder naval
Con apenas un 10% de avance y un sobrecosto de 600 millones de dólares, el USS Constellation revela las fallas estructurales de la construcción naval en Estados Unidos frente al dominio naval chino en producción de buques de guerra.
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El USS Constellation, fragata destinada a renovar parte de la flota de la Armada de EE. UU., se ha convertido en símbolo de los problemas estructurales que enfrenta la construcción naval estadounidense. Mientras este buque de guerra avanza a paso lento, la flota de China ha lanzado 157 embarcaciones entre 2014 y 2023, más del doble que las 67 de Estados Unidos en el mismo periodo. La nave, producida por el astillero estadounidense de Fincantieri, debía estar lista en 2026, pero tras múltiples rediseños y modificaciones técnicas, el proyecto apenas alcanza el 10 % de avance tras más de dos años y medio de trabajos.
Con una inversión que ya supera los 1.900 millones de dólares, el USS Constellation excede en al menos 600 millones su presupuesto inicial. El buque de guerra debía replicar el modelo europeo probado por la Marina italiana, pero actualmente comparte apenas un 15% del diseño original. Estas demoras exponen las dificultades que enfrentan los astilleros estadounidenses, como la escasez de mano de obra especializada, el uso de equipos obsoletos y el incremento en los costos del acero.
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El lento avance del USS Constellation: años de retraso y cientos de millones en sobrecostos
La Armada inició cambios estructurales antes de finalizar el diseño. El casco se alargó más de siete metros para alojar generadores más potentes, la hélice fue rediseñada y los sistemas de refrigeración, redimensionados. Según The Wall Street Journal, estas modificaciones restaron eficiencia y elevaron el peso total del buque un 10%, lo que afecta su velocidad.
El inicio de la construcción en 2022 no impidió que el cronograma se dilatara. Eric Labs, analista de la Oficina de Presupuesto del Congreso, explicó que el proyecto pasó de tener un diseño compartido del 85% con su par europeo a uno completamente reformulado. La Marina, por su parte, asegura que estos cambios buscan mejorar la tecnología militar naval y la compatibilidad con el resto del arsenal marítimo de Estados Unidos.
China amplía su dominio naval mientras EE. UU. lucha por modernizar su industria
Entre 2014 y 2023, la flota china incorporó 157 buques, frente a solo 67 lanzados por EE. UU., según el analista Tom Shugart. Mientras la industria naval del país asiático avanza con rapidez, respaldada por cadenas de suministro más ágiles, Estados Unidos enfrenta procesos burocráticos extensos y restricciones laborales en sus astilleros militares.
La propuesta de Donald Trump para crear una Oficina de Construcción Naval busca revertir la tendencia. El plan incluye incentivos fiscales, aumento de aranceles a buques chinos y una inversión de 40.000 millones de dólares anuales para modernizar la producción de buques militares. Sin embargo, expertos advierten que la diferencia en ritmo y escala entre ambos países sigue en aumento.