La conmovedora historia de un inmigrante mexicano que se salvó de ser deportado gracias al papa Francisco y ahora llora su muerte
La muerte del papa Francisco deja una profunda huella en la familia Vargas, especialmente en Mario, inmigrante mexicano que recuerda con gratitud la intervención del pontífice en su caso de deportación en 2014.
- REAL ID en EEUU: ¿los inmigrantes indocumentados pueden obtener esta identificación antes de mayo de 2025?
- Malas noticias para inmigrantes en EEUU: nuevo proyecto de ley en este estado prohibiría 'ciudades santuario' que protegen indocumentados de ICE

La muerte del papa Francisco ha dejado una profunda huella en muchas personas alrededor del mundo, especialmente en la familia Vargas. Mario Vargas, un inmigrante mexicano que casi fue deportado en 2014, recuerda con gratitud cómo el pontífice intervino a favor de su caso tras una conmovedora carta de su hija Jersey. En ese momento, la menor, quien entonces tenía 10 años, viajó a Roma para entregar la misiva al papa Francisco pidiéndole que intercediera ante el expresidente Barack Obama y así evitar la deportación de su padre. Mario, quien había emigrado desde México a los Estados Unidos, había tenido que trasladarse a Tennessee debido a la falta de trabajo en Los Ángeles, lo que le causó años de separación de su familia.
Gracias a la intervención del sumo pontífice, Mario logró evitar la deportación y reunirse nuevamente con su hija. Hoy, al enterarse de su fallecimiento, la patriarca de los Vargas lamenta profundamente la pérdida de quien fue una figura clave para su unión familiar en Estados Unidos. “Gracias a él y a sus intervenciones, los inmigrantes estamos aquí todavía”, expresó Mario, recordando el impacto que tuvo la intervención del papa en su vida.
El papa Francisco y el acto de solidaridad con un inmigrante mexicano
Mario Vargas, originario de México, había emigrado a los Estados Unidos buscando mejores oportunidades para él y su familia. Tras vivir en Los Ángeles, se vio obligado a mudarse a Tennessee debido a la falta de empleo. A pesar de las dificultades, Mario enviaba la mayor parte de lo que ganaba a su familia en Los Ángeles. Sin embargo, un incidente en setiembre de 2013, cuando fue arrestado por conducir en estado de ebriedad, llevó a su detención y un proceso de deportación. En ese momento, la situación parecía desesperada.
Fue en ese contexto que su hija Jersey Vargas, de solo 10 años, viajó a Roma junto con un grupo de activistas para entregar una carta al papa Francisco. En su misiva, Jersey le pedía a la autoridad religiosa que intercediera ante el entonces presidente Barack Obama para evitar la deportación de su padre. "Yo pienso que nos puedes ayudar a que las familias se reúnan", decía Jersey en la carta que entregó al pontífice. La intervención de Francisco fue clave, ya que abogó públicamente por una reforma migratoria y por una orden ejecutiva que permitió a miles de inmigrantes permanecer en el país, incluidos los padres indocumentados de niños estadounidenses.

El papa Francisco bendice a Jersey Vargas, luego de recibir su carta. Foto: Univisión.
El papa Francisco logró el reencuentro de inmigrante mexicano con su familia en EEUU
Después de la intervención del papa, Mario Vargas logró mantenerse en los Estados Unidos y, en 2014, fue liberado tras pagar una fianza de cinco mil dólares. El 29 de marzo de ese año, Jersey pudo reunirse con su padre en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. “Las palabras no pueden expresar lo que mi hija ha hecho por mí”, dijo en ese momento un emocionado Mario.

Mario Vargas recuerda con gratitud cómo su hija Jersey, de 10 años, llevó una carta al papa, logrando así reunirse con su familia en 2014. Foto: Tierras de América.
El reencuentro fue especial para la familia, que había vivido años de separación. Yancy Vargas, hermano de Jersey, destacó la valentía de su hermana, quien luchó incansablemente por su padre. “Ella (Jersey) dio una oportunidad a la gente para pelear por sus padres”, señaló, reconociendo el impacto de la acción de la joven que ahora tiene 21 años y estudia en Boston. El acto de Jersey al viajar hasta el Vaticano para pedirle al papa Francisco que intercediera por su padre no solo le dio una segunda oportunidad a su familia, sino que también les permitió vivir juntos nuevamente después de tantos años de dificultades.
Mario, quien recientemente se sometió a un trasplante de hígado, considera ahora al papa Francisco como un "aliado en el cielo" y continúa agradeciendo su intervención a través de oraciones. A pesar de la gratitud por lo que ha logrado, el miedo sigue siendo una realidad en su vida. "Sí, he sido migrante, pero de todos modos tengo miedo porque las leyes cambian en cualquier momento”, expresó Mario, visiblemente preocupado por el futuro incierto debido a las políticas migratorias en Estados Unidos.