Estados Unidos

El trágico destino de la hermana de John F. Kennedy tras la lobotomía: ¿fue esta cirugía una solución para su depresión?

En Estados Unidos, la lobotomía fue vista como una cura para trastornos mentales, pero el caso de Rosemary Kennedy muestra las consecuencias irreversibles de este controvertido procedimiento.

La lobotomía, un controvertido procedimiento utilizado en Estados Unidos, dejó a Rosemary Kennedy, hermana de John F. Kennedy, con secuelas irreversibles.
La lobotomía, un controvertido procedimiento utilizado en Estados Unidos, dejó a Rosemary Kennedy, hermana de John F. Kennedy, con secuelas irreversibles.

Durante la primera mitad del siglo XX, en Estados Unidos, la lobotomía fue promovida como una solución a diversas enfermedades mentales. Este procedimiento quirúrgico, considerado revolucionario en su momento, dejó a miles de pacientes con efectos irreversibles. Uno de los casos más trágicos de la historia fue el de Rosemary Kennedy, la hermana de John F. Kennedy. Su historia, marcada por la intervención de una lobotomía a manos del controvertido doctor Walter Freeman, resalta no solo los peligros de esta práctica, sino también las consecuencias humanas que a menudo se pasaron por alto.

La lobotomía, un procedimiento que implicaba cortar o seccionar ciertas conexiones cerebrales en el lóbulo frontal, fue realizado bajo la premisa de tratar trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia. Sin embargo, muchos de los casos, como el de Rosemary Kennedy, demostraron que los resultados eran impredecibles y, en ocasiones, devastadores.

¿Qué es la lobotomía? Un procedimiento controvertido de los años 40

La lobotomía fue ideada en Portugal en la década de 1930 por el neurocirujano António Egas Moniz, quien creía que alterando las conexiones cerebrales de los pacientes podría aliviar los síntomas de enfermedades mentales. Su técnica inicial, conocida como leucotomía, consistía en perforar el cráneo de los pacientes e inyectar alcohol en sus lóbulos frontales. Sin embargo, la práctica se expandió con rapidez, principalmente en Estados Unidos, donde Walter Freeman popularizó una variante más accesible y menos invasiva: la lobotomía transorbital.

Este procedimiento, que se realizaba sin anestesia general y con herramientas rudimentarias como un picahielo, fue aprobado como un método para tratar trastornos psiquiátricos. No obstante, los efectos secundarios, que iban desde cambios de personalidad hasta estados vegetativos, revelaron el lado oscuro de esta intervención. A pesar de las advertencias sobre sus riesgos, Freeman continuó llevando a cabo lobotomías en un número alarmante de pacientes.

El caso de Rosemary Kennedy: la tragedia de una familia influyente

Rosemary Kennedy, nacida en 1918, era la tercera hija de Joseph P. Kennedy y Rose Fitzgerald, quienes provenían de una de las familias más influyentes de Estados Unidos. Aunque Rosemary había tenido un desarrollo cognitivo normal en su infancia, durante su juventud empezó a mostrar comportamientos erráticos y problemas emocionales. En 1941, a los 23 años, su padre, sin consultar a otros miembros de la familia, decidió que la mejor solución para tratar sus problemas de salud mental era someterla a una lobotomía.

La trágica historia de Rosemary, la hermana de J.F. Kennedy a quien su padre mandó a lobotomizar - BBC News Mundo

La trágica historia de Rosemary, la hermana de J.F. Kennedy

El diagnóstico del doctor Freeman fue claro: “depresión agitada”. Sin embargo, lo que siguió fue una intervención que cambió para siempre la vida de Rosemary. Tras la lobotomía, la joven quedó con el desarrollo mental de un niño de dos años, incapaz de cuidarse por sí misma. A partir de entonces, fue recluida en instituciones, lejos de la vida pública que su familia Kennedy había imaginado para ella.

Walter Freeman: el hombre detrás de las lobotomías masivas

Walter Freeman, el neurólogo estadounidense que popularizó la lobotomía, se obsesion con la idea de poder realizar la operación de manera rápida, sin necesidad de bisturíes ni quirófanos. Con la ayuda de un instrumento improvisado, conocido como “orbitoclasto”, Freeman llevó a cabo miles de lobotomías en todo el país, convirtiéndose en una figura controvertida dentro de la medicina. A pesar de las críticas y el sufrimiento que ocasionaba a sus pacientes, Freeman defendía fervientemente la lobotomía como una solución eficaz.

En su intento de hacer el procedimiento accesible, Freeman llevó su técnica a comunidades de todo Estados Unidos, realizando más de 3.400 lobotomías, muchas veces sin el consentimiento adecuado. Sin embargo, su carrera llegó a su fin cuando la introducción de nuevos medicamentos psiquiátricos, como los antipsicóticos, comenzó a reemplazar a las lobotomías en el tratamiento de trastornos mentales.

El fin de la lobotomía: De la ciencia psiquiátrica a la medicina moderna

Con el paso del tiempo, el desarrollo de medicamentos como la clorpromazina, junto con una creciente comprensión de los trastornos mentales y su tratamiento, llevó a la caída de la lobotomía como práctica médica. Para mediados de la década de 1960, el uso de este procedimiento había disminuido considerablemente. Los avances en la psiquiatría, como los antipsicóticos y los tratamientos psicológicos, demostraron ser más efectivos y menos invasivos que la lobotomía.

Hoy en día, la lobotomía es vista como una práctica arcaica y peligrosa, que dejó una marca indeleble en la historia de la medicina y de muchas familias, como la de los Kennedy.