Economía

Trump excluye a iPhone, chips y ordenadores de nuevos aranceles en plena guerra comercial con China

Las exenciones benefician a un sector clave como el tecnológico, donde la aspiración de Trump de reindustrializar EE. UU. mediante aranceles es, según los expertos, inviable a corto plazo.

El equipamiento electrónico representa US$127.000 millones en importaciones de EE.UU. desde Chin. Foto: composición LR
El equipamiento electrónico representa US$127.000 millones en importaciones de EE.UU. desde Chin. Foto: composición LR

En un giro no del todo inesperado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la exclusión de teléfonos inteligentes, ordenadores, chips y otros productos tecnológicos de la nueva oleada de aranceles que forman parte de su cruzada comercial global. 

La medida, comunicada discretamente este viernes por la noche a través de un documento de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, evita que dispositivos como los iPhone o los Samsung dupliquen su precio en el mercado estadounidense, como temían los consumidores esta semana.

El alivio llega tras días de tensiones crecientes entre Washington y Pekín, con aranceles del 125% a las exportaciones estadounidenses hacia China, y del 145% a las importaciones chinas en EE.UU. 

El mismo miércoles, Trump anunció una suspensión por 90 días de los aranceles recíprocos aplicables a la mayoría de países —excepto China—, dejando en vigor un arancel universal del 10%. Pero las hostilidades comerciales entre ambas potencias continúan y el futuro es incierto.

Dudan de reindustrialización en EE.UU

Las exenciones benefician a un sector clave como el tecnológico, donde la aspiración de Trump de reindustrializar EE. UU. mediante aranceles es, según los expertos, inviable a corto plazo. Fabricar localmente componentes como procesadores, discos duros o smartphones requeriría años de inversión. 

Además de estos productos, también quedaron excluidas las máquinas utilizadas para fabricar semiconductores, lo que algunos interpretan como un guiño a empresas como Taiwan Semiconductor Manufacturing, que ha anunciado importantes inversiones en suelo estadounidense.

Exenciones no garantizan tregua 

No es la primera vez que Trump utiliza esta carta: durante su primer mandato ya eximió de aranceles a teléfonos y relojes inteligentes. Esto responde, en parte, al peso del sector electrónico en las importaciones desde China. 

Solo el equipamiento eléctrico y electrónico representa US$127.000 millones, seguido por maquinaria y reactores nucleares (US$85.000 millones), automóviles (US$18.000 millones) y artículos de acero o hierro (US$13.000 millones).

Sin embargo, los analistas advierten que la alegría podría ser efímera. Las exenciones actuales no descartan la imposición de nuevos aranceles en el futuro. En el errático tablero de la guerra comercial impulsada por Trump, la incertidumbre sigue marcando el ritmo. 

Las crecientes críticas internas, el desplome bursátil de la semana y las alarmas de una posible recesión global habrían motivado este giro, en lo que algunos interpretan como una señal de que el presidente está moderando su agresiva “revolución económica”.