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Más eficaz que el té o la música: esta práctica diaria te ayuda a dormir sin estrés ni ansiedad

Esta práctica ayuda a aliviar la tensión y disminuir la frecuencia cardíaca, favoreciendo un descanso reparador y beneficios adicionales para la salud mental y cognitiva.

Incorporar este hábito en la rutina nocturna no solo combate el insomnio, sino que también promueve un desarrollo personal integral y mejora el bienestar general a largo plazo. Foto: Pexels.
Incorporar este hábito en la rutina nocturna no solo combate el insomnio, sino que también promueve un desarrollo personal integral y mejora el bienestar general a largo plazo. Foto: Pexels.

En la búsqueda constante por lograr un sueño profundo y sin interrupciones, muchas personas recurren a técnicas clásicas como las infusiones relajantes o las melodías suaves. Sin embargo, expertos han identificado una alternativa más poderosa que destaca por su efectividad para combatir el estrés antes de acostarse.

Según una investigación de la Universidad de Sussex, publicada en la revista Scientific Research, esta actividad puede reducir los niveles de tensión en un 68%, superando ampliamente a otras estrategias comunes para relajarse por la noche. Su implementación no requiere de equipos especiales ni conocimientos previos, lo que la convierte en una opción accesible y sencilla para incorporar a la rutina diaria.

Beneficios de realizar esta actividad para conciliar el sueño

La lectura antes de dormir ofrece múltiples ventajas para la salud mental y física. Al sumergirse en un libro, la mente se aleja de las preocupaciones diarias, facilitando la relajación y preparando el cuerpo para el descanso. Además, este hábito contribuye a reducir la frecuencia cardíaca y aliviar la tensión muscular, factores clave para combatir el insomnio y mejorar la calidad del sueño.​

Incorporar la lectura en la rutina nocturna también puede fortalecer la función cognitiva, ampliar el vocabulario y mejorar la concentración. Estos beneficios adicionales hacen de la lectura una práctica integral que no solo favorece el descanso, sino que también enriquece el desarrollo personal.

¿Cuáles son los efectos a largo plazo de dormir libre de estrés?

Dormir sin estrés tiene implicaciones positivas a largo plazo en diversos aspectos de la salud. Un descanso adecuado fortalece el sistema inmunológico, mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje, y reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.

Además, un sueño reparador está asociado con una mejor regulación emocional, lo que contribuye a una mayor estabilidad mental y una disminución de la ansiedad y la depresión.​ Mantener hábitos que promuevan un sueño libre de estrés, como la lectura antes de acostarse, puede, por lo tanto, tener un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar general a largo plazo.

Consejos para dominar el estrés en la vida diaria

Según Mayo Clinic, el estrés puede ser perjudicial para la salud física y mental. Por ello, además de incorporar hábitos saludables para dormir, existen acciones simples que ayudan a reducir el estrés de forma continua en el día a día. Aquí algunos consejos prácticos recomendados por especialistas en salud mental:

  • Establecer rutinas regulares: Tener horarios fijos para despertarse, alimentarse y acostarse mejora el equilibrio emocional.
  • Hacer pausas activas: Levantarse del escritorio, estirarse o caminar brevemente cada hora evita la acumulación de tensión.
  • Reducir el consumo de noticias negativas: Filtrar la información que se recibe durante el día ayuda a proteger la salud mental.
  • Practicar respiración consciente: Ejercicios de respiración profunda por unos minutos al día calman el sistema nervioso.
  • Desconectarse de dispositivos electrónicos antes de dormir: La luz azul altera los ritmos circadianos y dificulta la relajación.
  • Tener contacto con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre contribuye a disminuir la ansiedad.
  • Pedir ayuda profesional si es necesario: Un terapeuta puede guiar en el manejo del estrés crónico o la ansiedad persistente.