Ciencia

“Los jóvenes no son débiles, son el resultado de un miedo inculcado en la crianza”, afirma especialista

Aprender de los errores es clave para el desarrollo emocional y personal de los niños, lo que convierte este enfoque en una herramienta valiosa pese a las equivocaciones.



La psicóloga propone sustituir el juicio por empatía, a fin de validar las emociones de los jóvenes. Foto: Composición LR/El País.
La psicóloga propone sustituir el juicio por empatía, a fin de validar las emociones de los jóvenes. Foto: Composición LR/El País.

La psicóloga María Soto considera que llamar a los jóvenes "generación de cristal" es un error que refleja un estilo de crianza centrado en el miedo. En lugar de etiquetarlos, propone un enfoque más empático que ayude a los jóvenes a desarrollar autonomía y conocerse mejor a sí mismos. Según la especialista, es clave dejar de juzgar y, en cambio, apoyar a los jóvenes para que tomen sus propias decisiones y aprendan de sus errores.

En un mundo donde la sobreprotección se ha vuelto común, Soto, experta en pedagogía Adleriana, argumenta que los jóvenes no son frágiles, sino que han sido moldeados por una crianza que limita su capacidad para enfrentar la adversidad. La validación de sus emociones y la construcción de una autonomía sólida son claves para su desarrollo. Este enfoque, asegura, fortalece su confianza y les permite enfrentar los desafíos de manera más efectiva.

La etiqueta de la "generación de cristal": injusta y limitante

El término "generación de cristal" ha sido utilizado para describir a los jóvenes actuales como emocionalmente frágiles. Sin embargo, Soto considera que esta etiqueta es injusta y limitante. “Cualquier etiqueta es injusta, porque limita e incapacita a quien la recibe”, afirma. Según ella, los jóvenes son el reflejo de un sistema de crianza que perpetúa el miedo y la sobreprotección, lo que les impide desarrollar su autonomía.

 A la 'Generación de cristal' pertenencen los nacidos después del 2000, cuyos padres forman parte de la Generación 'X'. Foto: Observatorio de Innovación Educativa - Tecnológico de Monterrey.

A la 'Generación de cristal' pertenencen los nacidos después del 2000, cuyos padres forman parte de la Generación 'X'. Foto: Observatorio de Innovación Educativa - Tecnológico de Monterrey.

La psicóloga indica que el miedo ha sido una emoción que, aunque útil en situaciones de emergencia, no puede ser el estado permanente en el que se crían los jóvenes. “La generación de jóvenes de hoy se ha criado en la era de la sobreprotección, donde todo es potencialmente peligroso”, explica. Esta crianza ha llevado a que los jóvenes sean más abiertos a hablar sobre sus emociones, lo que, aunque positivo, no es suficiente para alcanzar un pleno autoconocimiento.

Empatía y disciplina positiva

La empatía juega un papel crucial en la disciplina positiva, según Soto. “Hemos de hablar el idioma de la curiosidad de nuevo”, propone, sugiriendo que es fundamental conectar con los jóvenes desde un lugar de respeto y comprensión. La validación de sus emociones es esencial para que se sientan seguros en su proceso de desarrollo.

Para criar hijos emocionalmente fuertes, Soto sugiere que los padres no rompan el sistema de defensa natural que los niños ya poseen. “El ser humano ya nace dotado de un sistema de defensa que le protege de los peligros potenciales”, explica. La clave está en enseñarles a distinguir entre lo importante y lo peligroso a través de experiencias vivenciales.

 La especialista destaca la importancia de "volver a hablar el idioma de la curiosidad", señalando que conectar con los jóvenes es clave. Foto: Grupo SM.

La especialista destaca la importancia de "volver a hablar el idioma de la curiosidad", señalando que conectar con los jóvenes es clave. Foto: Grupo SM.

¿Cómo impacta la era digital en la crianza?

La psicóloga también menciona que el exceso de información disponible para los padres en la era digital contribuye tanto a la sobreprotección como a la desprotección. “El exceso de información está haciéndonos retroceder décadas”, señala, advirtiendo que la búsqueda de soluciones rápidas puede ser perjudicial para el desarrollo emocional de los niños.

Por ello, resalta la importancia de filtrar la información disponible, priorizando fuentes confiables y adoptando un enfoque más consciente y crítico frente al mar de contenidos digitales que, aunque variado y accesible, no siempre resulta beneficioso para la crianza y el desarrollo familiar.

Equilibrando protección y autonomía

Fomentar la autonomía desde una edad temprana es fundamental para que los jóvenes mantengan su autoestima. Soto enfatiza que los padres deben permitir que sus hijos tomen decisiones, incluso si eso implica cometer errores. “Cuanto antes les dejemos decidir las cosas pequeñas del día a día, el esquema será más sencillo”, concluye.

Soto subraya que los padres deben actuar como guías en lugar de imponer siempre sus criterios, animando a sus hijos a reflexionar sobre las consecuencias de sus decisiones. “Cuanto antes les dejemos decidir las cosas pequeñas del día a día, el esquema será más sencillo cuando enfrenten situaciones más grandes”, concluye.

Promover la autonomía no solo ayuda a los niños a construir una autoestima positiva, sino que también les enseña la importancia de la responsabilidad y la toma de decisiones conscientes. Este enfoque prepara a los jóvenes para convertirse en adultos independientes, seguros de sí mismos y capaces de manejar los retos que la vida les presente.