Sociedad

Perú solo logró reducir en menos de 3% la tasa de analfabetismo en los últimos 15 años

Más del 80% de las personas que no saben leer ni escribir en el Perú superan los 40 años de edad. Esta falta de acceso a una alfabetización funcional sigue limitando sus oportunidades de desarrollo, advirtió el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan).

Más del 80% de las personas analfabetas en el Perú tienen más de 40 años. Foto: Difusión
Más del 80% de las personas analfabetas en el Perú tienen más de 40 años. Foto: Difusión

Aunque la alfabetización es reconocida como un derecho fundamental, en el Perú el progreso para garantizarlo sigue siendo alarmantemente lento. Solo en los últimos 15 años, la tasa de analfabetismo apenas se ha reducido en 2.6 puntos porcentuales, una cifra que evidencia que, más allá de los discursos, el acceso a una educación básica de calidad sigue siendo una deuda histórica.

Así lo confirmó el último Índice de Competitividad Regional (INCORE 2024) elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), que señala que el analfabetismo persiste con fuerza en varias regiones del país. Huánuco (12.5%), Apurímac (11.2%) y Cajamarca (9.9%) presentan las cifras más preocupantes.

Más del 80% de las personas analfabetas son mayores

Ruth Anastacio, gerente de operaciones de la Fundación Dispurse, resalta que la lectura no solo transforma vidas, sino que abre acceso a derechos básicos como la salud, la educación y la participación ciudadana.

“El alto número de personas adultas que no saben leer ni escribir se explica, en gran parte, porque constantemente se suman jóvenes que no han accedido a la escuela o la han dejado sin haber adquirido las competencias básicas. Lamentablemente, cuando crece la cobertura educativa, muchas veces la calidad se ve comprometida”, agregó.

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Para revertir esta situación, Anastacio insiste en la necesidad de repensar la alfabetización adulta: diseñar programas flexibles, entender las necesidades reales de los estudiantes y formar mejor a los docentes. “No basta con ofrecer educación; hay que asegurar que sea pertinente y de calidad”, afirma.

La especialista también advierte sobre la necesidad urgente de que el Estado, el sector privado y la sociedad civil trabajen de manera conjunta y decidida para garantizar el acceso a la educación en todo el país. Desde la Fundación Dispurse, señala, se vienen impulsando estrategias enfocadas en acercar la educación a personas de zonas rurales que no tuvieron la oportunidad de estudiar, a través de programas flexibles que se adaptan a sus tiempos, necesidades y contextos.

“Uno de los grandes desafíos en la alfabetización de personas adultas es la calidad de los programas existentes, que muchas veces no cumplen con las expectativas de los estudiantes. Para fortalecerlos, es clave comprender qué necesitan y cómo aprenden realmente los adultos, identificar buenas prácticas, hacer uso de la tecnología e invertir en la formación de docentes”, puntualizó.