Denuncias por extorsión se incrementan 27.8% en Lima Metropolitana
En comparación al primer trimestre del 2024 que se registraron 2.079 denuncias; este año, entre enero y marzo, se elevó a 2.656 casos. Cada 49 minutos se hace una denuncia en la capital, asegura analista de datos Juan Carbajal
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El mototaxista Jorge de la Cruz lo recuerda como si fuera ayer. “No pude más y corrí desesperado a la Policía. Desde hacía seis meses era víctima de un clan familiar que, mediante la intimidación y el uso de la fuerza, diariamente nos exigía de 3 a 5 soles de cupo”.
La noche anterior, este transportista y otros 50 trabajadores de la empresa La Amistad habían sido amenazados. Se tenía que actuar rápido. Era una de las tantas incursiones que delincuentes hacían en la capital, asesinando incluso a quienes se negaban a pagar.
En promedio, solo en Lima Metropolitana, cada 49 minutos se ha registrado una denuncia por extorsión, entre enero y marzo de este año.

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Juan Carbajal, ingeniero electrónico y analista de datos, sostiene que, en los primeros tres meses de este año, en comparación con el mismo periodo del 2024 (2.079 casos), las denuncias por extorsión se han incrementado en un 27.8% (2.656 casos).

Las denuncias por extorsión se han incrementado en un 27.8%, seegún Sidpol.
En tanto, a nivel nacional, el tiempo de denuncias se reduce a menos de la mitad. Cada 20 minutos se registra, en promedio, una denuncia por extorsión en el país, donde en el primer trimestre de este año se han reportado 6.412, según el Sistema de Denuncias Policiales (Sidpol).
Estas cifras son muy superiores a las 5.640 y 4.521 registradas en el mismo periodo en los años 2024 y 2023, respectivamente, señala Carbajal.
En el caso de Juan de la Cruz, la Dirección de Investigación Criminal conformó una brigada especial y en cuestión de horas capturaron a Hugo Paredes Vilcahuamán, quien no dudaba en utilizar a su esposa y a sus dos hijos para extorsionar.
DELITO MUY COMÚN
Hoy, este delito se ha vuelto cada vez más común, tanto en Perú y como en otros países de América Latina, dice el exjefe antisecuestros, coronel ® Jorge Mejía.
¿Cuáles son los motivos?, ¿qué están haciendo las autoridades? y ¿cómo pueden hacerlo mejor?.
“Es un fenómeno que ha cobrado importancia en la última década debido a su aumento y capacidad de adaptación”, sostiene el exministro del Interior, Wilfredo Pedraza.
Y es que, asegura, el crimen organizado ha demostrado gran capacidad de innovación, de amoldarse a los contextos y ante las respuestas de la policía y otros operadores de justicia.
Además, la extorsión misma les ha dado la riqueza bastante para seguir expandiendo su control territorial, en un círculo vicioso que parece inderrotable.
Hace dos semanas, un video grabado por delincuentes se hizo viral en redes. En la imagen se observa cómo un colectivero es amenazado en plena ruta y con una pasajera.
El chofer del vehículo es intimidado para que enviara un mensaje de voz a los miembros de un grupo de WhatsApp, también transportistas.
“A tu grupo de WhatsApp, causa, para que digas que tienen que pagar a toda la gente del Cono Sur. Al toque, hermano, tú abre tu grupo y di que te han chapado ‘Goku’, ‘Alexito’ y ‘Hueso’, así habla”, se le escucha decir a uno de los bandidos.
Las bandas criminales ya no dependen solo del tráfico de drogas y otros delitos; la extorsión es hoy una de sus actividades principales.

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Extorsionadores amenazan a sus víctimas a través de cartas, mensajes o llamadas.
Esta fuente de ingreso adicional es cada vez más llamativa, dada su capacidad de adaptación. La extorsión tiene menos riesgos, como el anonimato, y mantiene la posibilidad de controlar calles y territorios.
En una reciente conferencia de prensa, el coronel Franco Moreno dijo que las organizaciones dedicadas a este delito, a partir de la amenaza y el amedrentamiento, logran ejercer control en los territorios donde operan. De hecho, están siempre en búsqueda de ampliar su espacio de influencia.
Por eso, en el caso de Los Pulpos o Los Injertos del Cono Norte, consolidan una organización que les permite amenazar, realizar los cobros, hacer seguimiento de las víctimas y buscar nuevas formas de ampliar su control con riesgos ínfimos.
Esta y otras bandas consolidan modalidades habituales de extorsión, como el cobro de la llamada ‘vacuna’ o ‘cupos’.
NADIE ESTÁ A SALVO
Nadie está a salvo. La congresista Kelly Portalatino denunció también que su hermano fue víctima de extorsión y amenazas de muerte. Relató que los criminales aseguran conocer detalles de la vida de su familia.
La parlamentaria no solo expresó su solidaridad con otras víctimas de extorsión, sino que también criticó fuertemente la falta de acción de las autoridades encargadas de la seguridad, especialmente la Policía Nacional.
Pero, hay muchas otras víctimas que permanecen en el anonimato. Les cobran principalmente a comerciantes, transportistas y ahora promotores, directores y hasta profesores de colegios particulares.
Exigen cupos hasta para desarrollar actividades simples como una modificación de una vivienda, e inclusive para garantizar por ellos mismos la seguridad. O al fotógrafo ambulante se va a una playa a realizar su trabajo. Incluso por ingresar a tu propia casa, como0 ocurrió en Huaycán (Ate) y en Comas.
Las organizaciones criminales han encontrado nuevas formas de operar sin contacto directo a través de llamadas telefónicas, las redes sociales y el uso de internet.
La llamada telefónica es una de las más intimidantes, puesto que, para esta modalidad de extorsión, el victimario debe tener información previa sobre la víctima, la familia y sus actividades económicas.
NUEVOS MÉTODOS
Con el uso frecuente del internet hay nuevas formas de cometer delitos. El mayor uso de las tecnologías ha abierto una ventana de oportunidades para acceder a información privada, como las transacciones económicas o las claves de acceso a cuentas digitales.
Son nuevos métodos porque al no requerir contacto directo, no necesitan control territorial ni tener una organización muy sólida. Se necesita apenas un delincuente con conocimientos tecnológicos para acceder a toda la información que se almacena en la red.
Otra modalidad es la solicitud de “rescate” de bienes donde se roban, por ejemplo, un vehículo y llaman a la víctima exigiéndole dinero para devolvérselo.
Por último, la sextorsión donde a través de páginas web se obtiene información de la víctima y se amenaza para que esta información no sea publicada.
Ahora la extorsión es más peligrosa. Generalmente no dejan rastro ni evidencia y eso dificulta la investigación y judicialización.
RESPUESTAS NECESARIAS
Para el exdirector de la PNP, Luis Montoya, el principal mecanismo que pueden utilizar los ciudadanos y las instituciones es la denuncia. Pero la intimidación o la amenaza es tan seria que el miedo frena y paraliza a las víctimas; esto impide avanzar en el proceso de investigación o judicialización.
Por eso, en términos de prevención, es necesario intensificar las campañas informativas sobre distintas formas que utilizan los delincuentes, sobre todo en extorsiones no directas. Así el ciudadano conocerá los métodos que podrían usarse para engañarlo y la manera de reaccionar con acierto y rapidez.
La principal acción institucional es por supuesto garantizar la presencia del Estado donde sabemos que la extorsión es una práctica extendida y repetitiva. “Se necesita un Estado presente que prevenga y erradique la extorsión para que el ciudadano a su vez tenga más confianza a la hora de denunciar.
Finalmente, dice Montoya, hay que fortalecer la investigación criminal. Mejorar las capacidades tecnológicas de rastreo, la capacitación permanente de especialistas en esta modalidad delictiva y las posibles formas de innovación.
REACCIONES
“Considero que la extorsión se ha vuelto un crimen muy común debido a que las autoridades dejan que esto suceda, además cuando la persona va a denunciar el caso se queda en el aire o la persona no puede debido a que siente que no se le brindara la seguridad después de denunciar, cabe aclarar que no siempre sucede lo anteriormente planteado pero si es recurrente, también considero que este crimen se vería reducido si las autoridades dieran el debido cuidado que este merece además de que se podrían hacer campañas para prevenir a la gente acerca de este crimen”, dijo Diego Velásquez.
“Últimamente la extorsión se ha vuelto más común, y día a día ha aumentado gracias a qué la ley no es lo suficientemente rígida. Y las autoridades correspondientes no ayudan, puesto que no se le da la atención correspondiente, y en los pocos casos que le brindan atención no se hace algo válido para combatir ese tipo de inseguridad. Siento que hay que informar más a la gente y realizar políticas que aprieten más a los hampones y los escarmiente”, manifestó Marcos Rodríguez.