Entregan sin vida cuerpo de ciudadano preso por protestar contra el fraude de Maduro
La crisis poselectoral en Venezuela sigue cobrando vidas bajo custodia estatal. Jesús Rafael Álvarez, de 44 años, detenido arbitrariamente el pasado 2 de agosto junto a su esposa, murió el jueves en la cárcel de máxima seguridad de Tocuyito, ubicada en el estado Carabobo. Su caso ha desatado indignación y denuncias de violaciones a los derechos humanos.
La crisis poselectoral en Venezuela sigue cobrando víctimas bajo custodia del régimen de Nicolás Maduro. Jesús Rafael Álvarez, de 44 años, murió el pasado jueves en la cárcel de máxima seguridad de Tocuyito, según denunció su familia y el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). Álvarez es el segundo preso político fallecido en estas condiciones desde las elecciones presidenciales de junio, marcadas por acusaciones de fraude y represión.
¿Quién era Jesús Álvarez y por qué fue detenido?
Jesús Rafael Álvarez era un trabajador y padre de familia que fue arrestado junto a su esposa el 2 de agosto en su vivienda, acusado de "terrorismo e instigación al odio". Estas imputaciones, consideradas infundadas por sus familiares y organizaciones de derechos humanos, se enmarcan en el contexto de la represión desatada tras las protestas por la reelección de Nicolás Maduro.
Tras semanas sin información clara, su hijo, Jesús Álvarez Jr., confirmó la muerte de su padre al recibir su cuerpo en avanzado estado de descomposición la noche del sábado, luego de que las autoridades penitenciarias negaran inicialmente el deceso. La familia denunció que Jesús Álvarez fue víctima de torturas y negligencia médica durante su reclusión en la prisión de Tocuyito.
"Las autoridades ni siquiera admitieron la existencia de un fallecido cuando intenté verificar la noticia", declaró el joven a la AFP. Fue a través de una fotografía mostrada por el servicio de medicina forense que pudo confirmar el trágico desenlace.
La situación de la familia Álvarez es doblemente crítica, ya que la madre del joven permanece detenida bajo cargos similares, y este exige su inmediata liberación.
Más de 2400 detenidos arbitrariamente por el régimen
El caso de Álvarez es un ejemplo más de las violaciones a los derechos humanos que han caracterizado la respuesta del gobierno de Maduro a las protestas poselectorales. Según cifras oficiales, más de 2,400 personas fueron detenidas tras las manifestaciones contra la proclamación de Maduro para un tercer mandato, mientras que el Observatorio Venezolano de Prisiones y Foro Penal han denunciado torturas, malos tratos y condiciones inhumanas en los centros de reclusión.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha advertido sobre el uso desproporcionado de la fuerza y la violencia durante estas protestas, incluyendo la participación de civiles armados progubernamentales. Türk instó al régimen a liberar a todas las personas detenidas arbitrariamente, incluidos defensores de derechos humanos, adolescentes y opositores.
"Es preocupante que muchas de estas personas hayan sido detenidas arbitrariamente. Las autoridades deben garantizar un juicio justo y condiciones de detención conformes a las normas internacionales", subrayó Türk en su última intervención ante el Consejo de Derechos Humanos.
Nuevas denuncias de represión y hostigamiento
El sábado, el bloque de Derechos Humanos del partido opositor Vente Venezuela denunció el secuestro de Luis Palocz, líder político del municipio Chacao (ubicado al noreste de Caracas), por hombres encapuchados. Hasta el momento, su paradero es desconocido. Este caso se suma a las desapariciones forzadas y hostigamiento que enfrentan opositores, periodistas y trabajadores humanitarios.