La Casa Blanca de EEUU sustituyó el retrato de Obama por uno de Donald Trump con el rostro ensangrentado
Un retrato inédito de Donald Trump, inspirado en el atentado que sufrió durante un mitin, reemplazó al de Barack Obama en el Gran Vestíbulo de la Casa Blanca, desatando opiniones divididas en Estados Unidos.
- Aviso importante para inmigrantes en EEUU: el primer estado en presentar proyecto de ley contra la discriminación a este grupo de extranjeros
- Florida: Ron DeSantis respalda proyecto de ley que protege a personas mayores de fraudes inmobiliarios

Un nuevo capítulo en la simbología presidencial de Estados Unidos se abrió cuando la Casa Blanca reveló que el retrato oficial de Barack Obama fue reubicado para dar lugar a una polémica imagen artística de Donald Trump, donde aparece con el rostro ensangrentado, el puño en alto y escoltado por el Servicio Secreto. La pintura, basada en una fotografía tomada tras el intento de asesinato ocurrido en Butler, Pensilvania, forma parte de una serie de modificaciones visuales ordenadas por el expresidente republicano, según informó Telemundo.
La revelación se difundió a través de un video publicado en la red social X por el equipo de comunicaciones de la Casa Blanca, acompañado del mensaje “Algunas obras de arte nuevas en la Casa Blanca”. Aunque la administración no emitió una declaración oficial, el gesto ha generado un intenso debate. Por tradición, el Gran Vestíbulo suele exhibir el retrato presidencial más reciente. Sin embargo, esta convención no tiene carácter obligatorio, y el presidente de turno tiene libertad para reorganizar los elementos decorativos de la residencia oficial.
VIDEO MÁS VISTO
Trabajador sobrevive milagrosamente tras ser atropellado en su primer día de trabajo
Retrato de Donald Trump: una imagen controvertida con alta carga simbólica en Estados Unidos
El retrato de Donald Trump no responde al estilo tradicional que suelen seguir los retratos presidenciales. En lugar de una pose serena o institucional, la pintura muestra al exmandatario momentos después del ataque armado que sufrió durante un acto de campaña en 2024, una escena dramática que se volvió icónica para su base política. La imagen incluye el lema “luchen, luchen, luchen”, frase que Trump repitió al retomar el micrófono tras el tiroteo.
Este tipo de representación marca un cambio radical respecto al tono habitual de los retratos oficiales. Aunque Trump no cuenta aún con un retrato pintado formalmente de su primer mandato, ha utilizado su influencia para posicionar una obra que busca resaltar su resiliencia personal. Durante su primera gestión, también modificó la ubicación de las imágenes de Bill Clinton y George W. Bush, mostrando una preferencia clara por redefinir la narrativa visual dentro de la Casa Blanca.
Fuentes cercanas al entorno presidencial confirmaron que el retrato de Obama fue trasladado al lugar anteriormente ocupado por el de George W. Bush, mientras que este último fue ubicado en una escalera lateral. Aún no se ha instalado un retrato oficial de Joe Biden, quien concluyó su mandato en enero. En gobiernos anteriores, la presentación del retrato de un expresidente solía ocurrir durante la administración de su sucesor, pero esta costumbre se ha roto en los últimos años debido a las tensiones políticas.
Reacciones políticas al retrato de Donald Trump y ambiente polarizado en Estados Unidos
La decisión provocó reacciones encontradas. Desde el ala republicana, varios legisladores celebraron el cambio. La congresista Marjorie Taylor Greene, aliada cercana de Trump, publicó una foto comparativa en redes sociales con el mensaje “Mucho mejor”, destacando su apoyo a la nueva disposición artística. En contraste, el equipo de Barack Obama evitó pronunciarse de inmediato sobre el tema.
El movimiento no ha sido un hecho aislado. En las últimas semanas, se han producido otras polémicas relacionadas con imágenes de Trump. En Colorado, por ejemplo, se retiró un cuadro suyo de la Cámara de Representantes tras una solicitud directa del propio exmandatario. Además, en enero, desapareció del Pentágono un retrato del general Mark Milley, exjefe del Estado Mayor Conjunto, gesto que también generó suspicacias en el ámbito militar y político.
La imagen de Donald Trump como recurso de campaña
La exposición de este retrato no solo responde a una decisión estética. Analistas políticos consideran que forma parte de la estrategia electoral de Donald Trump para reforzar su figura de resiliencia ante la adversidad y proyectarse como un líder fuerte frente a sus simpatizantes. La pintura se alinea con una narrativa de supervivencia y lucha que su equipo ha promovido desde el intento de atentado en Pensilvania.
Mientras continúa su campaña rumbo a un nuevo mandato, Trump consolida su presencia no solo en los medios, sino también en los espacios de poder institucional. El retrato, más que un simple cuadro, se convierte en un símbolo del momento político que vive Estados Unidos, donde incluso el arte refleja una profunda polarización.