Aprueban zonas económicas con cero impuestos: ¿motor del desarrollo o regalo a grandes empresas?
El Congreso de la República aprobó la ley de Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP) con 85 votos a favor, otorgando beneficios fiscales como una tasa de impuesto a la renta del 0% en sus primeros cinco años.
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El Congreso de la República aprobó en segunda votación la ley que da luz verde a la creación de Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP), una iniciativa que busca atraer inversiones otorgando fuertes beneficios tributarios. La norma fue respaldada por 85 congresistas, con 5 votos en contra y 7 abstenciones.
¿En qué consiste? Los operadores y empresas que se instalen en estas zonas gozarán de una tasa de impuesto a la renta (IR) del 0% durante sus primeros cinco años de operación. Desde el sexto año, pagarán solo un 7,5% de IR sobre su renta neta, también por cinco años.

PUEDES VER: Congreso aprueba en segunda votación 0% de Impuesto a la Renta para Zonas Económicas Especiales
Las ZEEP estarán destinadas a actividades industriales, de ensamblaje y servicios, y su supervisión recaerá en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) junto con otros sectores productivos pertinentes.
Transformar la industria peruana
Pese a los reparos del Consejo Fiscal, el Ministerio de Economía anterior e incluso del Fondo Monetario Internacional (FMI) —que advirtieron sobre los riesgos de seguir ampliando exoneraciones tributarias—, el Congreso optó por aprobar el dictamen.
Para sus promotores, como el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, y el congresista Ilich López, se trata de una oportunidad para transformar la industria peruana con enfoque global.
Este diario contactó a Rafael del Campo Quintana, primer vicepresidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), quien expresó su respaldo a la medida, aunque subrayó que su éxito dependerá de la correcta implementación y de la creación de condiciones adecuadas.
“¿Cómo no estar a favor de una ley que generará avances en tecnología, empleo y exportaciones?”, señaló Del Campo.
A su juicio, la norma puede marcar un antes y un después para el desarrollo industrial del país, pero advierte que no será un camino sencillo. “Hoy en día, una zona económica especial, tal como ha sido planteada, favorece al desarrollo no solo exportador, sino también tecnológico y laboral. Sin embargo, los beneficios no se verán de inmediato, sino con el paso de los años”, afirmó.
Del Campo recordó que actualmente existen zonas francas en Tacna, Ilo, Matarani y Paita, administradas por gobiernos regionales. No obstante, solo cuatro están activas, y en 2023, todas juntas no superaron los US$75 millones en exportaciones. Una cifra baja si se compara con países como Costa Rica, Colombia o Uruguay, donde las zonas francas movilizan miles de millones de dólares y emplean a cientos de miles de personas.
“El problema es que al estar en manos del sector público, estas zonas no han tenido el impulso necesario. Con la participación del sector privado, la historia puede ser distinta”, aseguró.
Pese a los beneficios tributarios prometidos, Del Campo advierte que atraer inversiones no será fácil. “Tú no puedes pretender recaudar impuestos de lo que no existe. Una vez aprobada la ley, nos enfrentamos a grandes retos. Por ejemplo, si una empresa como Apple quisiera instalar una planta aquí, se preguntará si hay conectividad 5G, universidades con egresados capacitados, proveedores de tecnología, condiciones de seguridad. Si esas condiciones no existen, la inversión no llegará”, explicó.
Asimismo, recalcó que la norma establece que solo podrán instalarse empresas nuevas que generen valor agregado, puesto que el objetivo es atraer nuevas inversiones que generen empleo y desarrollo.
Un punto importante es que se retiró del dictamen original una disposición que proponía crear directamente ZEEP en zonas como Chancay, Ancón, Callao, Iñapari, Aucallama y Concepción. Esa parte será discutida y votada en una próxima sesión del Pleno.
“No basta con decir ‘quiero una zona especial en Tumbes o Chancay’. Hay que presentar un proyecto sólido. Si no hay luz, agua, acceso vial, conectividad o salida al mar, el proyecto será rechazado”, subrayó el primer vicepresidente.
En ese sentido, resaltó el rol estratégico que podrían tener zonas como Iñapari, en la frontera con Brasil, donde industrias brasileñas podrían instalarse para aprovechar los tratados de libre comercio del Perú. “El Perú puede convertirse en un hub de exportación si crea las condiciones adecuadas. Eso permitirá justificar inversiones como el puerto de Chancay, las ampliaciones del puerto del Callao, Paracas y hasta Pucusana que poco se habla. No podemos seguir siendo solo una zona de tránsito. Necesitamos producción local que se sume a esa infraestructura. Eso es lo que hará viable el modelo”, concluyó.
Para Del Campo, apostar por zonas económicas especiales es una decisión que el país ya no puede postergar. “China salió de la pobreza gracias a las ZEE. ¿Cómo Perú no lo va a hacer? Hay que estar ciego para no verlo”, sentenció.
Reducir impuestos no genera desarrollo
Sin embargo, otros, como el congresista Jaime Quito, critican la medida por favorecer a grandes empresas y replicar modelos “neoliberales” que debilitan la soberanía fiscal del Estado.
“Es una estrategia errada”, sentenció el economista Fernando Cuadros a La República. “Las experiencias previas en zonas de frontera y zonas francas han demostrado que la reducción de impuestos no ha sido efectiva para fomentar un crecimiento sostenido ni para generar empleo”.
Y es que, de acuerdo con Cuadros, reducir impuestos no garantiza un crecimiento de la inversión ni una reinversión de lo que se deja de pagar al fisco. En realidad, lo que sucede es que las empresas se benefician de mayor rentabilidad, pero no se traduce en generación de empleo.
El economista también cuestionó la propuesta de extender esta política a otros puertos del país, señalando que la verdadera solución radica en mejorar la infraestructura productiva y de comunicación, especialmente en zonas como Chancay.
"El puerto de Chancay tiene buenas condiciones, pero el resto de la localidad no tiene la infraestructura logística necesaria", indicó Cuadros, quien sugirió que se deben invertir recursos en mejorar las vías de comunicación y el desarrollo de polos industriales que puedan aprovechar estas infraestructuras portuarias..
En cuanto al impacto de la medida en el turismo, se mostró escéptico, asegurando que reducir impuestos en zonas económicas no traerá mejoras significativas. Por el contrario, habría que mejorar la infraestructura turística, los servicios, y especialmente la seguridad.
"Las zonas francas y exoneraciones tributarias vigentes desde los años noventa no han generado el desarrollo esperado", recalcó el economista.