Esposo de madre portuguesa niega sustracción y asevera que firmaron mutuo acuerdo para que sus hijos vivan en Perú
Fernando Menéndez Zeppilli defiende la legalidad de la residencia de sus hijos en Perú. Se basa en un acuerdo mutuo con Ana Gaivao y en pruebas documentales.
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Fernando Menéndez Zeppilli, esposo de la madre portuguesa Ana Gaivao Cordovil, asevera que a un convenio mutuo entre los progenitores responde la residencia de los niños en Perú, refutando enérgicamente las imputaciones de haber sustraído a sus hijos. A las autoridades judiciales de los países de diferentes continentes, a Fernando Menéndez y a la mujer portuguesa involucra esta controversia.
Al respecto, Gaivao ha manifestado su angustia y determinación por recuperar a sus hijos, mientras que Fernando Menéndez insiste en la legalidad de sus acciones y en el bienestar de sus hijos Felipe y Rafael, de 3 y 5 años respectivamente. Además, la defensa de Menéndez se basa en la existencia de un "Plan de Vida Familiar" acordado en 2024, el cual establecía que la residencia habitual de los niños sería en Perú, y los viajes a España se realizarían únicamente durante los períodos vacacionales.
Caso Menéndez Gaivao: esposo asegura que firmaron un mutuo acuerdo para residir en Perú con sus hijos
Fernando Menéndez sostiene que las alegaciones de "sustracción internacional" carecen de fundamento y que se oponen a la abundante evidencia que confirma la residencia habitual de la familia en Perú. Entre las pruebas que presenta menciona la "Autorización Notarial de Viaje" firmada por ambos padres. Esta autorizaba el viaje a España como unas vacaciones con fecha de retorno establecida. Asimismo, destaca la matrícula escolar de su hijo mayor en el Colegio Franklin Delano Roosevelt en Lima, la asistencia del hijo menor a una guardería en Miraflores y la renovación del carné de extranjería de Ana Gaivao como residente en Perú.
Menéndez enfatiza que la familia mantuvo una estructura y un domicilio estable en Miraflores, con personal doméstico y servicios de limpieza. Añade que incluso se programaron citas médicas para los niños con su pediatra en Lima, lo que demuestra la intención de la familia de continuar su vida en el país sudamericano.
"Las afirmaciones malintencionadas que sugieren una 'sustracción internacional' son evidentemente falsas y contradicen la abundante evidencia de residencia habitual en Perú desde la autorización notarial de viaje firmada únicamente por vacaciones, el documento de plan de vida familiar, los documentos escolares en Perú, los boletos de viaje, el movimiento migratorio, los alquileres de departamento, los múltiples correos y textos de Ana y míos, fotos, videos, boletas de pago, la conducta previa de ambos padres, etc", aseguró el padre peruano a través de un documento legal.
Menéndez también señala que, durante el viaje a España, Ana Gaivao expresó su intención de permanecer en Europa con los menores. Ante el riesgo de una posible retención ilícita, Menéndez afirma que decidió regresar con los niños a Perú, cumpliendo con la autorización notarial de viaje y los acuerdos firmados. Esta decisión, tomada según él para proteger el bienestar de los niños, es el punto central de la controversia y la que la madre portuguesa califica como un secuestro.

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El abogado del padre, Edgard Lastarria, reafirma que existía un acuerdo para que los niños vivan en Perú y que fue Ana quien se los llevó inicialmente a España. El abogado argumenta que su cliente actuó para proteger a los niños y que el Poder Judicial peruano debe determinar la mejor solución para los menores.
La portuguesa Ana Gaivao reclama que no ve a sus hijos y sufren su ausencia
En conversación con La República, Ana relató que no la dejan ver a sus hijos pese a la revocatoria de la medida cautelar que otorgaba la tenencia al padre. Dejó su trabajo en Madrid, España, para venir a Perú en la búsqueda de sus dos pequeños hijos. "Yo, apenas pude, vine a Perú el 27 de julio. Traté de contactar al padre de mis hijos y a su familia. Nadie me contestaba, nadie me decía nada. Ni me decían si mis hijos estaban bien", expresó.
Además, Gaivao segura que era la cuidadora principal de Felipe y Rafael, especialmente del menor. "Era lactante. Jamás había dormido una noche sin mí. Fui con especialistas en psicología infantil para que mi hijo deje de lactar, porque él tenía un apego hacia mí", indicó la madre.
En esa misma línea, ella denuncia dificultades para que su caso sea atendido por la justicia peruana y alega que, en las videollamadas, los menores se han quejado de ser agredidos. Además, menciona que vecinos han escuchado a los niños llorar y gritar por su madre: "Tres vecinas distintas me dicen que escuchan a mis hijos gritar y llorar por su madre todo el día", agregó.