Cónclave tras muerte del papa Francisco: cómo será el histórico evento, protocolos y candidatos para elegir al nuevo pontífice
El cónclave, encargado de elegir al sucesor del papa Francisco, comenzará entre 15 y 20 días después de su muerte. Los 135 cardenales menores de 80 años podrán participar en este proceso secreto y tradicional.
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El pasado 21 de abril de 2025, el mundo entero se conmocionó con la noticia de la muerte del papa Francisco, el primer pontífice jesuita y latinoamericano. El Santo Padre falleció a causa de complicaciones cardiorrespiratorias que se agravaron debido a su historial de salud frágil. A los 88 años, dejó un legado de humildad, defensa de los más vulnerables y reformas en la Iglesia Católica. El funeral se realizó el 25 de abril en la Basílica de San Pedro del Vaticano, en una ceremonia que reunió a miles de fieles y a líderes de todo el mundo. Entre los presentes, destacó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lideró la delegación norteamericana. También asistieron jefes de Estado de Europa, América Latina y Asia.
Durante el funeral, uno de los momentos más emotivos fue protagonizado por una amiga argentina del pontífice, Sor Geneviève, apodada “la niña rebelde”. La mujer rompió el protocolo de seguridad para acercarse al féretro y despedirse personalmente de Francisco, en una escena que conmovió a los asistentes y fue ampliamente difundida en medios y redes sociales. Su gesto simbolizó el profundo cariño y humanidad que caracterizó al papa a lo largo de su pontificado.
Durante el período conocido como “sede vacante”, el gobierno de la Iglesia recae en el Colegio de Cardenales, pero la autoridad se limita a los asuntos administrativos ordinarios. El Camarlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell, desempeña un rol crucial durante este tiempo, gestionando los asuntos inmediatos y supervisando la preparación para el cónclave. Entre sus responsabilidades destaca la verificación oficial de la muerte del papa, la organización del funeral y la preparación de la Capilla Sixtina para la elección del sucesor.
¿Qué es el cónclave?
Tras la muerte de un papa, se activa el procedimiento conocido como “cónclave”, un evento ancestral y uno de los procesos electorales más secretos del mundo. El término proviene del latín cum clavis, que significa “bajo llave”, haciendo referencia al estricto aislamiento bajo el cual se desarrolla el proceso. El objetivo del cónclave es claro: elegir al nuevo papa que liderará a los más de 1.300 millones de católicos en todo el mundo.
El proceso debe iniciar entre 15 y 20 días después del fallecimiento del pontífice, permitiendo que los cardenales electores, menores de 80 años, lleguen a Roma y participen en las reuniones preparatorias conocidas como Congregaciones Generales. Durante estas reuniones, los cardenales analizan la situación de la Iglesia y perfilan el tipo de liderazgo que consideran necesario para enfrentar los desafíos. En este marco se establece una discusión profunda sobre temas como la reforma de la Curia Romana, la misión evangelizadora, el ecumenismo y la defensa de los derechos humanos.
¿Cómo se realiza el cónclave?
El cónclave se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, dentro de la Ciudad del Vaticano. Los cardenales electores, este año, 135 en total, son aislados completamente del mundo exterior. Se les prohíbe el uso de teléfonos, computadoras y cualquier dispositivo de comunicación. Incluso se blindan los espacios con dispositivos anti-espionaje para garantizar la absoluta confidencialidad del proceso.
Cada jornada de votación puede incluir hasta cuatro rondas. Los cardenales escriben el nombre de su elegido en una papeleta que depositan en una urna especial. Si no se logra la elección, las papeletas se queman generando humo negro; cuando finalmente se alcanza el consenso, el humo blanco anuncia al mundo que hay un nuevo papa. El elegido debe aceptar su designación y escoger un nombre papal antes de ser presentado en el histórico anuncio del Habemus Papam. La tradición establece también que el nuevo papa se vista inmediatamente con la sotana blanca preparada en distintas tallas para el momento del anuncio.
Participantes del cónclave 2025
El Colegio Cardenalicio de 2025 está conformado por 252 cardenales, pero solo 135 son menores de 80 años y tienen derecho a voto. Entre ellos destacan figuras como Pietro Parolin (Italia), actual secretario de Estado del Vaticano; Luis Antonio Tagle (Filipinas), referente del ala progresista; Robert Sarah (Guinea), del ala conservadora; y Matteo Zuppi (Italia), conocido por su cercanía a los movimientos sociales.
De Latinoamérica, el Perú tendrá representación a través del cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima. Castillo es visto como una figura progresista y comprometida con la inclusión social, por lo que su participación en este cónclave es particularmente relevante para la región. Además, América Latina es hoy una de las regiones con mayor crecimiento de fieles católicos en el mundo, consolidando su peso en la política interna de la Iglesia. Países como Brasil, México y Colombia también cuentan con cardenales electores que podrían tener un rol importante en las votaciones.
¿Quiénes son los principales candidatos al papado?
Los llamados papabili, o candidatos más probables, reflejan la diversidad de la Iglesia contemporánea. Pietro Parolin es considerado favorito por su experiencia diplomática y cercanía a la Curia romana. Luis Antonio Tagle, por su parte, podría representar la voz de Asia y de una Iglesia más misionera. Matteo Zuppi ganó popularidad por su enfoque en temas sociales y su cercanía al pueblo. Robert Sarah representa una opción más conservadora, enfocada en la tradición y la doctrina ortodoxa.
Sin embargo, como recuerda National Geographic, la historia de los Cónclaves enseña que no siempre los favoritos son elegidos. Muchas veces, el consenso recae en un “candidato de compromiso” que logra unir a diferentes facciones del Colegio Cardenalicio. El Espíritu Santo, en la visión de los católicos, es el verdadero guía del proceso, y su inspiración puede deparar sorpresas.
Historia y curiosidades de los cónclaves
El cónclave más largo de la historia ocurrió entre 1268 y 1271 en Viterbo, Italia, tras la muerte del papa Clemente IV. Según National Geographic, las divisiones entre los cardenales fueron tan intensas que el proceso se prolongó casi tres años, con tres cardenales falleciendo durante las deliberaciones.
Las autoridades civiles, desesperadas, llegaron a encerrar a los cardenales y reducirles las raciones de comida hasta forzar una elección. Este dramático episodio impulsó las reglas actuales que rigen el cónclave, incluyendo el aislamiento obligatorio y el secretismo extremo.
La importancia de este cónclave para la Iglesia y el mundo
La elección del próximo papa ocurre en un momento de profundos desafíos para la Iglesia Católica: la secularización creciente, las tensiones políticas globales, los escándalos de abusos y la necesidad urgente de reformas internas. El nuevo papa deberá ser capaz de guiar a la Iglesia a través de estas aguas turbulentas, reafirmando su relevancia en el siglo XXI.
El legado del papa Francisco, marcado por su opción preferencial por los pobres, su defensa del medio ambiente y su apertura al diálogo interreligioso, establece un listón alto para su sucesor. El mundo observa con expectación, sabiendo que la elección que pronto ocurrirá en el Vaticano tendrá consecuencias no solo religiosas, sino también políticas y sociales a nivel mundial. Se espera que millones de personas sigan la elección en directo a través de televisiones, radios e internet, atentos al primer humo blanco que señalará el nacimiento de una nueva etapa para la Iglesia Católica.