Israel bombardeó depósitos de armas químicas y misiles en Siria para evitar que caigan en manos extremistas
Gideon Saar, ministro de Relaciones Exteriores de Israel, aseguró que la operación es crucial ante la inestabilidad en la región luego de la caída del gobierno de Bashar al Assad en Damasco.
Israel ha llevado a cabo ataques aéreos en Siria, dirigidos a depósitos de armas químicas y cohetes de largo alcance, con el objetivo de evitar que estos armamentos caigan en manos de grupos extremistas. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, confirmó la operación, resaltando la preocupación por la seguridad nacional en un contexto de inestabilidad en la región.
La reciente caída del gobierno de Bashar al Assad en Damasco, tras más de 14 años de conflicto, ha despertado tanto expectativas de un futuro más pacífico como preocupaciones por un posible vacío de poder. En este contexto, Israel ha tomado medidas para salvaguardar sus intereses, especialmente ante el riesgo de que armas peligrosas caigan en manos de actores hostiles.
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Israel mantiene su estrategia de ataques preventivos para desmantelar las capacidades militares de sus enemigos en la región, mientras el Kremlin ha confirmado que Rusia ha concedido asilo político a Assad, complicando aún más la situación en Siria.
Operaciones estratégicas en Siria
Gideon Saar declaró: “Atacamos sistemas de armas estratégicas, como, por ejemplo, las armas químicas restantes, o misiles y cohetes de largo alcance, para que no caigan en manos de extremistas”. Esta afirmación subraya la determinación de Israel de mantener un control sobre las amenazas que surgen en su vecindario inmediato.
Los ataques aéreos se han centrado en áreas clave, como el aeropuerto militar de Mezzeh, conocido por ser un punto estratégico en la logística militar siria. Aunque los detalles sobre la ejecución de estos ataques no fueron revelados, se ha informado de actividad militar en la zona, lo que indica la continuidad de la campaña israelí en Siria.
Caída del régimen en Siria
La situación en Siria ha cambiado drásticamente con la llegada de los rebeldes a Damasco, lo que ha llevado a la caída del régimen de Assad. Este cambio ha suscitado tanto optimismo como preocupación, ya que el país sigue dividido entre diferentes facciones armadas. La incertidumbre sobre el futuro del país plantea interrogantes sobre la seguridad regional y el papel de actores externos como Israel y Rusia.
Israel ha estado vigilando de cerca la situación en Siria, con especial atención a la creciente influencia de Irán y Hezbolá, considerados amenazas directas para su seguridad nacional. Estas preocupaciones han llevado al país a implementar una estrategia de defensa proactiva, incluyendo ataques específicos a depósitos de armas químicas y otros objetivos estratégicos. Estos ataques buscan evitar que armamentos avanzados caigan en manos de actores hostiles que puedan utilizarlos contra Israel.
Además, esta postura forma parte de un enfoque más amplio para contener la presencia iraní en la región, especialmente cerca de sus fronteras. Israel ha advertido en varias ocasiones que no permitirá la consolidación de bases militares iraníes en Siria, considerando esto una línea roja que podría desencadenar una respuesta contundente.
