¿Sabías que EE.UU. es el único país que puede desactivar todos los GPS en el mundo? Conoce las consecuencias
Estados Unidos es el único país con el poder de apagar el sistema GPS global. Si este sistema fuera desactivado, el impacto afectaría a millones de personas y diversas industrias en todo el mundo.
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En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, el GPS (Sistema de Posicionamiento Global) se ha convertido en una herramienta esencial para la navegación. Desde aplicaciones de mapas hasta el transporte aéreo, su presencia es prácticamente invisible, pero fundamental. Sin embargo, pocos conocen un hecho impactante: Estados Unidos es el único país que tiene la capacidad de desactivar este sistema global de forma total. Si algún día esto ocurriera, las consecuencias serían de proporciones colosales, afectando a millones de personas y sectores enteros de la economía mundial.
La existencia de un sistema que coordina el movimiento de vehículos, aeronaves, barcos y millones de dispositivos móviles a través de 31 satélites activos en órbita plantea una dependencia crítica. Este sistema, aunque desarrollado inicialmente para fines militares, ahora forma parte de la vida cotidiana de cualquier ciudadano del mundo. Pero, ¿qué sucedería si el gobierno de EE.UU. decidiera apagar los satélites? Este artículo explora cómo funciona el GPS, por qué EE.UU. tiene el control y las posibles repercusiones que esta medida podría traer para la economía global.

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¿Qué es el GPS y cómo funciona?
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) es una tecnología que permite a los dispositivos determinar su ubicación exacta en la Tierra mediante señales enviadas por satélites. Esta red de satélites, lanzada por primera vez en 1978, se encuentra orbitando a una altitud de aproximadamente 20,000 kilómetros sobre la superficie terrestre. Los satélites envían señales que son recibidas por los receptores en dispositivos como teléfonos móviles, vehículos o aeronaves. Con al menos cuatro satélites visibles, estos dispositivos pueden calcular su ubicación precisa.
El sistema GPS está diseñado para ser accesible en cualquier lugar del mundo y funciona gracias a una constelación de satélites que constantemente envían señales. A pesar de que el GPS fue creado inicialmente para fines militares por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, desde la década de 1990 ha estado disponible para el uso civil. Esto ha facilitado diversas aplicaciones, desde la navegación de vehículos hasta la predicción del clima o la optimización de rutas de distribución comercial.

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¿Por qué Estados Unidos tiene el control del GPS?
El Departamento de Defensa de Estados Unidos es responsable del control y operación del sistema GPS. Si bien el sistema fue inicialmente concebido como una herramienta militar para mejorar la precisión de las operaciones bélicas, con el tiempo se amplió su uso para la navegación civil. Este sistema está financiado por los impuestos de los ciudadanos estadounidenses, lo que le otorga a EE.UU. el control total sobre el funcionamiento de los satélites.
Además, la arquitectura del sistema y la infraestructura de gestión de los satélites está vinculada estrechamente a la soberanía de EE.UU. Como propietario y operador del sistema, el gobierno de Estados Unidos tiene la capacidad de modificar, limitar o incluso desactivar el GPS en momentos de crisis, por razones de seguridad nacional o de interés estratégico. En situaciones de guerra o conflicto, esta medida podría evitar que los enemigos utilicen el sistema para sus propios fines, como ataques dirigidos o sabotajes.
Consecuencias de desactivar el GPS para la economía global
Si Estados Unidos decidiera apagar el sistema GPS, las consecuencias serían devastadoras para múltiples sectores de la economía global. En primer lugar, el transporte aéreo y terrestre se vería gravemente afectado. La mayoría de las aerolíneas y compañías de transporte dependen del GPS para la navegación, y la desactivación de este servicio interrumpiría el flujo de mercancías y personas en todo el mundo. Además, el sector bancario también corre el riesgo de sufrir consecuencias, ya que muchos sistemas de pago y transacciones dependen de la sincronización precisa que proporciona el GPS.
El impacto no se limitaría solo a las grandes industrias; incluso las pequeñas empresas, agricultores y geólogos dependen del GPS para la optimización de sus operaciones. Además, servicios críticos como la localización de personas en emergencias o la gestión de redes eléctricas se verían comprometidos.
Si bien es posible que el gobierno de EE.UU. considere este tipo de acción en tiempos de tensión internacional, la interrupción del GPS podría también incentivar el desarrollo de alternativas de navegación y posicionamiento. Sin embargo, los costos asociados con el reemplazo de un sistema tan integrado serían enormes, tanto en términos de infraestructura como de tiempo.