Culpan a Trump: FMI alerta sobre recesión en EE.UU. y menor crecimiento global, ¿cómo se traduce a Perú?
Medios como The Washington Post y The New York Times han reportado que el presidente Donald Trump estaría evaluando una orden ejecutiva para reestructurar el Departamento de Estado, lo que incluiría el cierre de embajadas y el retiro de Estados Unidos del continente africano.
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La Bolsa de Nueva York comenzó este martes en verde. El Nasdaq, que agrupa a muchas empresas tecnológicas, subía un 1,32% y llegaba a los 16.080 puntos, mientras los inversionistas trataban de recuperarse de las caídas del día anterior.
El rebote ocurrió después de que el presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, criticara públicamente al jefe del banco central del país y se confirmara que no llegaría a concretarse.
“¡El despido de Powell no puede esperar!”, escribió el mandatario en Truth Social, intensificando una larga batalla con Jerome Powell, cuyo mandato se extiende hasta mayo de 2026.
Unos minutos después de que empezara la jornada en Wall Street, otros dos índices importantes también mostraban números positivos: el Dow Jones, que refleja cómo les va a las empresas más grandes, subía un 1,35% y llegaba a los 38.684 puntos, y el S&P 500, que reúne a las 500 compañías más importantes, ganaba un 1,2% y se ubicaba en 5.220 unidades. Mientras que en el mercado de criptomonedas, el bitcóin registraba un alza superior al 3% y rebasaba los US$90.000.

Wall Street ha quemado millones de dólares con las decisiones de Trump
No obstante, este movimiento debe interpretarse con cautela. Los flujos de capital siguen mostrando preferencia por activos defensivos: el oro alcanzó un nuevo máximo histórico sobre los US$3.500, mientras que los bonos del Tesoro registran su mayor alza semanal en rendimiento en los últimos 20 años, lo que confirma la persistente búsqueda de refugio por parte de los inversores.
Y es que, como explicó Francesco Tucci, analista internacional, a este diario, basta un post en redes sociales de Trump para desatar una ola de volatilidad.
“Ayer el dólar cayó a niveles que no veíamos desde 2021, y eso responde directamente a las presiones hacia Jerome Powell”, señaló Tucci.
Además, esta recuperación táctica se ve opacada por las recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). “La economía global entra en una nueva era”, afirmó Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.

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Durante la presentación del Informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés), Gourinchas comentó que si bien no ven una recesión, la probabilidad ha aumentado del 25% en octubre a cerca del 40% debido a la guerra arancelaria.
El FMI, de hecho, se ha visto obligado a rehacer sus proyecciones. Sus pronósticos iniciales quedaron obsoletos cuando Trump sorprendió con un nuevo anuncio de aranceles el pasado 2 de abril desde la Rosaleda de la Casa Blanca. Sus economistas tuvieron apenas 10 días para rehacer un análisis que normalmente toma más de dos meses.
Aún así, las cifras publicadas este martes ya están desactualizadas, ya que solo consideran eventos hasta el 4 de abril. Escenarios clave como la tregua parcial en los llamados “aranceles recíprocos” o el más reciente giro en la disputa comercial con China quedaron fuera de los cálculos oficiales.
Cabe señalar que estas estimaciones no difieren mucho de las del banco más grande de EE.UU., JPMorgan Chase, que hace dos semanas elevó la probabilidad de una recesión global del 40% al 60%.
“Las políticas disruptivas de Estados Unidos han sido reconocidas como el mayor riesgo para las perspectivas globales en lo que va de año”, declararon los estrategas de JPMorgan, liderados por el analista Bruce Kasman, en un informe titulado ‘Habrá sangre’ (en español).
Y es que, como bien recordó Tucci, EE.UU. ha sido uno de los principales impulsores de la globalización desde los años noventa, lo que ha generado una profunda interdependencia económica con el resto del mundo.
“Muchas empresas norteamericanas, especialmente del sector tecnológico, producen fuera del país. Si aumenta la presión arancelaria, podríamos ver una reducción de la producción y un aumento de los costos, lo que afectaría tanto la inversión como el consumo”, explicó el analista.
En ese sentido, advirtió que esta guerra comercial, que por ahora está centrada en China, podría expandirse y golpear también a socios estratégicos. Si eso ocurre, aumentará la inflación, y con ella el costo de vida, lo cual desacelerará el consumo interno y afectará la economía en general.
A esto se suma un nuevo frente de preocupación: las decisiones de política exterior. Según Tucci, medios como The Washington Post y The New York Times han reportado que Trump estaría evaluando una orden ejecutiva para reestructurar el Departamento de Estado, lo que incluiría el cierre de embajadas y el retiro de Estados Unidos del continente africano.
Si bien la decisión no ha sido oficializada, su sola posibilidad ya genera preocupación en los mercados internacionales, debido a las consecuencias geopolíticas y económicas que podría desencadenar.
“Una salida de EE.UU. de África dejaría el campo abierto para China, que ya ha consolidado una fuerte presencia en la región, y también para Rusia”, advirtió Tucci.
Aunque aún no está claro si la decisión se tomará a corto o mediano plazo, su impacto podría ser significativo. “Es una posibilidad que no puede descartarse, especialmente si persiste esta línea de política impredecible”, afirmó.
Desaceleración económica global hasta el 2026
El FMI ha ajustado a la baja sus proyecciones de crecimiento para la economía global, pasando del 3,3% al 2,8% para este año, y del 3,3% al 3,0% para 2026. Sin embargo, cualquier estimación a largo plazo se considera incierta dado el panorama actual.
Este ajuste a la baja sitúa la previsión de crecimiento como la más débil desde la pandemia y una de las más bajas del siglo XXI, con las únicas excepciones de las recesiones globales de 2009 y 2020, así como la crisis derivada del colapso de la burbuja tecnológica en 2001.

Previsiones de crecimiento por país y región del FMI en porcentajes
Con respecto a América Latina y el Caribe, el FMI revisó su proyección de crecimiento para 2025 a la baja, situándola en 2,0%, frente al 2,4% alcanzado en 2024 y al 2,5% estimado en enero.
El principal factor detrás de esta corrección es el debilitamiento de la economía mexicana, influenciado por una menor actividad de lo previsto, el impacto de los nuevos aranceles de EE.UU., la creciente incertidumbre geopolítica y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento.
En detalle, para Estados Unidos, las proyecciones de crecimiento se reducen en 0,9 puntos este año, alcanzando el 1,8%, y en 0,3 puntos el próximo, quedando en un 2,0%. México, por su parte, es el país más afectado por la guerra comercial, enfrentando una contracción del 0,3% este año tras un ajuste de 1,7 puntos en sus previsiones.
Por su parte, China y Canadá —principales socios comerciales de EE.UU.— también sufren recortes de 0,6 puntos en sus proyecciones para este año, con crecimientos estimados de 4,0% y 1,4%, respectivamente.
Crecimiento de Perú amenazado por aranceles a exportaciones
La institución financiera global proyecta un crecimiento de 2,8% para Perú en 2025, una revisión al alza frente al 2,6% estimado en octubre, aunque aún significativamente por debajo del 4% previsto por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Esta diferencia refleja enfoques distintos: mientras el MEF sustenta su proyección en factores internos como la activación de proyectos de Asociaciones Público-Privadas (APP), Proyectos en Activos (PA), la recuperación del empleo formal y un shock desregulatorio con más de 400 medidas vigentes, el FMI adopta una visión más cauta, ponderando los riesgos del entorno externo, en especial los efectos indirectos de la guerra comercial y la alta exposición de Perú a sus principales socios: EE.UU. y China.

Aranceles del 10% de Trump a Perú afecta a los agroexportadores. Foto: Adex
A pesar de estas diferencias, Perú se mantiene entre las economías de mejor desempeño relativo en la región. Con un 2,8%, iguala a Uruguay y supera a Brasil (2%), Chile (2%), Colombia (2,4%), Ecuador (1,7%) y Bolivia (1,1%). Solo Paraguay (3,8%) y Argentina (5,5%) tendrían un crecimiento más dinámico, aunque con contextos macroeconómicos mucho más volátiles.
En ese sentido, el pronóstico del FMI puede interpretarse como prudente, pero coherente con la resiliencia histórica de la economía peruana. No obstante, su concreción dependerá de múltiples factores.
Para Maximiliano Saldaña, analista de Estudios de Capitaria, depende de si efectivamente se ejecutan los proyectos APP y PA en tiempo y escala, si las medidas de desregulación logran destrabar la inversión, y si el empleo e ingreso se consolidan en la segunda mitad del año.
Además, Perú no es inmune a una desaceleración del comercio global ni a la guerra arancelaria. Como bien expuso el reciente reporte del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores (CIEN-ADEX), el 78% del valor exportado por Perú a EE.UU. (equivalente a US$ 7.430 millones de un total de US$ 9.528 millones en 2024) está en riesgo debido al aumento de los aranceles a un 10%.
Aunque algunos sectores como los productos mineros y químicos tienen excepciones, los rubros más afectados son la agroindustria, minería, pesca (tradicional y no tradicional), la cadena textil-confecciones y la joyería.

Confecciones en Perú. Foto: Adex
El presidente de ADEX, César Tello Ramírez, manifestó su preocupación por las Mypes, muchas de las cuales dependen de un único producto y tienen a EE.UU. como su único mercado.
"La competitividad es esencial para la supervivencia y el crecimiento de cualquier empresa. De lo contrario, perderá su cuota en el mercado, lo que podría llevar a una reestructuración o cierre, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo", señaló Tello.
De las 8.903 empresas exportadoras en 2024, un 33,2% (alrededor de 2.953) eran Mypes, un sector caracterizado por su baja diversificación en productos y mercados, lo que las hace más vulnerables a las fluctuaciones de las políticas comerciales internacionales. Según el reporte, 397 de estas empresas exportan un solo producto a EE.UU.
“Hoy, 34% de nuestras exportaciones se dirigen a China, 13% a Estados Unidos, 11% a la Unión Europea, 6% a India y 5% a Canadá del total exportado. Un fenómeno similar ocurre con las importaciones. El problema es que seguimos manteniendo la misma estructura productiva: exportadores de materias primas sin darles valor agregado”, había advertido Ariela Ruiz, economista y analista internacional, a La República.
El impacto se extiende a sectores clave como la agroindustria, que compite con países como México y Canadá en productos como paltas, mangos y uvas. Aunque EE.UU. importó bienes agroindustriales por US$ 221.800 millones en 2024, Perú representa apenas el 2% de las importaciones en estos rubros.
En la cadena textil-confecciones, EE.UU. importó productos por US$ 118.400 millones, con Perú ocupando el puesto 21° a nivel global, con un 8,8% de participación. En este sector, el país compite con naciones como China, Vietnam e India, especialmente en productos como suéteres de algodón y t-shirts.
Por su parte, el sector pesquero enfrenta competencia de Chile, Ecuador y Vietnam, , especialmente en productos como aceite refinado de pescado y filetes de perico congelado, ya que EE.UU. importó productos pesqueros por US$ 28.079 millones en 2024, con Perú siendo el 15° proveedor global.
¿Es posible revertir el enfriamiento global?
La posibilidad de que este riesgo disminuya depende, en gran medida, de la capacidad de EE.UU. para moderar su postura proteccionista y restablecer el equilibrio externo.
Para Saldaña, se necesita de una combinación de diplomacia comercial más activa, una postura más dovish por parte de la Reserva Federal —con posibles recortes de tasas o una guía futura menos restrictiva—, y una apertura hacia acuerdos multilaterales podría mejorar la confianza, reducir los costos de financiamiento y mitigar los efectos adversos sobre la inversión y el consumo privado.
Por el contrario, mantener una política monetaria demasiado hawkish (restrictiva o dura) en medio de tensiones geopolíticas y restricciones comerciales prolongadas podría agravar la desaceleración y aumentar el riesgo de recesión.

Enfriamiento de la economía mundial
El gráfico de proyecciones del FMI confirma este enfriamiento global, con las economías avanzadas particularmente expuestas.
“Para revertir esta tendencia, será clave una desescalada efectiva del conflicto comercial, acompañada de una reafirmación del compromiso de la Fed con la estabilidad macroeconómica”, afirmó Saldaña.
En el corto plazo, sin embargo, el entorno sigue siendo frágil y condicionado por factores políticos internos.