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La historia del cerro San Cosme, el asentamiento humano más antiguo del Perú y que intenta recuperar espacios públicos a través de la cultura

El Cerro San Cosme, en La Victoria, simboliza la historia de generaciones de migrantes que llegaron a Lima en busca de un futuro mejor, transformando un lugar árido en un espacio de esperanza.

El Cerro San Cosme fue oficialmente fundado el 24 de septiembre de 1946. Foto: Composición LR/ Andina/ Naturaleza Interior
El Cerro San Cosme fue oficialmente fundado el 24 de septiembre de 1946. Foto: Composición LR/ Andina/ Naturaleza Interior

En medio del caos limeño, donde las avenidas hierven de combis, comercio informal y bocinazos interminables, se alza un cerro que ha visto nacer, crecer y resistir a generaciones de migrantes: el cerro San Cosme, el asentamiento humano más antiguo del Perú. Ubicado en el distrito de La Victoria, al borde del centro histórico, este cerro no es solo una formación geográfica: es un símbolo del país profundo que llegó a la capital con la esperanza de un futuro mejor.

En medio de este caos, y como respuesta al abandono histórico de esta zona, diversas instituciones estratégicas —como las escuelas Corriente Alterna y Zegel, la Municipalidad de La Victoria, y empresas como Aceros Arequipa e Izipay— han unido esfuerzos para poner en marcha un proyecto innovador y recuperar algunos espacios públicos a través de la cultura.

La historia del cerro San Cosme, el asentamiento humano más antiguo del Perú

Antes de que las casas multicolores decoraran su ladera, San Cosme era una tierra árida, sin vegetación ni servicios básicos. Fue en la década de 1940, durante el primer gran auge migratorio hacia Lima, cuando empezaron a llegar las primeras familias. Venían de Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y otros rincones de la sierra, escapando de la pobreza estructural. Años después, también huirían del conflicto armado interno, trayendo consigo no solo sus pertenencias, sino sus costumbres, su idioma y su esperanza de un futuro distinto.

Construyeron sus viviendas con esteras, cartones y adobe. El agua la acarreaban en baldes desde abajo, y la electricidad tardaría muchos años en llegar. En esa época, vivir en San Cosme era casi una condena a los ojos del limeño tradicional. Pero para quienes subieron, no era miseria: era una oportunidad, una forma de empezar de nuevo con lo poco que tenían y el todo que soñaban.

En 1955, se produjo la toma organizada del cerro. No fue un acto improvisado, sino una ocupación planificada por grupos que venían articulándose desde los callejones del Centro de Lima. Desde entonces, San Cosme se convirtió en una de las primeras barriadas reconocidas de la capital, junto con El Agustino y El Ermitaño, en Independencia. Esta oleada migratoria fue tan significativa que impulsó al Estado a crear sus primeras políticas de urbanización de cerros y programas de vivienda social.

 El cerro San Cosme se encuentra ubicado en La Victoria y está a medio del Centro de Lima. Foto: Andina

El cerro San Cosme se encuentra ubicado en La Victoria y está a medio del Centro de Lima. Foto: Andina

Uno de los hitos más importantes fue la organización vecinal. Ante la ausencia del Estado, los propios vecinos asumieron los roles de arquitectos, obreros y líderes. Se organizaron en 'faenas', construyeron escaleras de cemento a puro pulmón y con presión social constante. Con esfuerzo colectivo, levantaron escuelas, canchas y comedores populares: pilares de un barrio que aprendió a sostenerse desde abajo.

Cerro San Cosme impulsa proyecto cultural para recuperar espacios públicos

La Municipalidad de La Victoria, en alianza con empresas como Aceros Arequipa e Izipay, viene impulsando un proyecto artístico en el cerro San Cosme con el objetivo de recuperar espacios públicos y enfrentar la inseguridad. La iniciativa contempla la creación de murales en puntos emblemáticos como una loza deportiva y la Casa Turuleka, un centro cultural que desde hace más de una década trabaja por el desarrollo de niños y adolescentes. Vecinos y voluntarios serán parte activa de este esfuerzo, poniendo color y vida a su propio barrio.

La cima del cerro San Cosme te permite ver casi toda Lima

Desde la cima del cerro, Lima se despliega casi entera. Es una postal dura y hermosa: los techos de calamina, el centro financiero que asoma a lo lejos y, más allá, el Pacífico. En sus calles empinadas se sienten los pasos de generaciones que lucharon contra el olvido. Artistas, fotógrafos y sociólogos han recorrido San Cosme, atraídos por su historia y su fuerza simbólica. El cerro ha sido retratado en documentales, reportajes y estudios urbanos. Su imagen se volvió icónica gracias a la famosa fotografía del cerro iluminado con luces de colores, que desde los años 2000 circula como símbolo de resistencia y esperanza.