Xi, en Camboya para la última etapa de su gira por el sudeste asiático

El presidente chino, Xi Jinping, llegó el jueves a Camboya en la última etapa de una gira por el sudeste asiático para fortalecer las relaciones regionales en medio de la ofensiva comercial de Estados Unidos.
El dirigente chino visitó previamente Vietnam y Malasia en un viaje para impulsar las relaciones comerciales y tratar de amortiguar el impacto de los altos aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a sus socios comerciales.
Xi aterrizó el jueves en Phnom Penh, la capital de Camboya, donde fue recibido por el rey Norodom Sihamoni durante una ceremonia militar.
Por la tarde se reunirá con el exlíder del país Hun Sen y su hijo, el primer ministro Hun Manet, según documentos oficiales vistos por la AFP.
El dirigente chino declaró que su país apoyaba al reino "en la elección de una vía de desarrollo que convenga a la nación, salvaguardando su soberanía nacional, su independencia y su integridad territorial", según un comunicado publicado el jueves por el sitio oficial de información camboyano Fresh News.
Ambos países deben "oponerse con valentía a las fuerzas exteriores que interfieren en los asuntos internos, siembran discordia y socavan" las relaciones, añadió, en una clara alusión a la guerra comercial iniciada por el presidente estadounidense.
Camboya es uno de los aliados más leales de Pekín en Asia. Además, China es su principal socio comercial y fuente de inversiones y ostenta un tercio de sus 11.000 millones de dólares de deuda exterior, según el Fondo Monetario Internacional.
El primer ministro Hun Manet describió el miércoles la visita de Xi como un ejemplo de la "férrea" amistad entre los dos países --que celebran los 67 años de sus relaciones diplomáticas-- con "intereses comunes basados en los principios del respeto a la soberanía, la igualdad y la no interferencia en asuntos internos".
Camboya recibió aranceles del 49% de parte de Donald Trump, que luego suspendió por 90 días y dejó en un 10%.
China no se benefició de esta suspensión y, además, en su caso los nuevos aranceles anunciados por Trump ascienden a un 145%. Pekín respondió con gravámenes del 125% a las importaciones estadounidenses.
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