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Gobierno de Gustavo Petro propone aumento salarial, pero empleados públicos rechazan oferta: hay amenaza de paro nacional

La negociación sobre aumento salarial para empleados públicos en Colombia no avanza. El Gobierno de Gustavo Petro propone un incremento del 6,65%, pero los sindicatos lo rechazan.

El Gobierno defiende su propuesta, ajustándose a restricciones fiscales. Las discusiones son cruciales, con un posible impacto en servicios esenciales como salud y educación. Foto: Freepik
El Gobierno defiende su propuesta, ajustándose a restricciones fiscales. Las discusiones son cruciales, con un posible impacto en servicios esenciales como salud y educación. Foto: Freepik

La negociación del aumento salarial para los empleados públicos en Colombia sigue sin resolverse, a pesar de los esfuerzos continuos del Gobierno de Gustavo Petro para encontrar una solución. El Ejecutivo presentó el 29 de abril una nueva propuesta de incremento salarial, la cual consistiría en un aumento del 6,65% para los años 2025 y 2026, basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 2024 más un adicional de 1,45 puntos porcentuales. Sin embargo, las organizaciones sindicales, que representan a los trabajadores del Estado, han manifestado su desacuerdo con esta oferta.

La nueva propuesta llega después de que los sindicatos rechazaran una oferta inicial que contemplaba un incremento de IPC + 1,3%. Los empleados públicos consideran que este aumento no refleja adecuadamente la pérdida de poder adquisitivo que han experimentado debido a la inflación y el encarecimiento de los productos básicos. Las discusiones continúan intensamente, con la amenaza de paros sectoriales que podrían afectar a servicios esenciales como la educación y la salud.

Sindicatos rechazan la propuesta del Gobierno

El principal argumento de los sindicatos es que el aumento salarial ofrecido por el Gobierno de Gustavo Petro no es suficiente para contrarrestar los efectos de la inflación, que según las proyecciones alcanzará un 5,2% en 2024. La Confederación de la Unión Sindical Colombiana del Trabajo (CTU Usctrab) criticó que la oferta no responde a las necesidades económicas reales de los empleados públicos, quienes han visto disminuida su capacidad de compra en los últimos años.

Los sindicatos exigen un aumento salarial de IPC + 5%, lo que equivaldría a un incremento del 10,2%, una cifra significativamente mayor que la propuesta por el Gobierno. Además del ajuste salarial, los trabajadores han solicitado mejoras en otras condiciones laborales, tales como un incremento en las primas de antigüedad y una unificación del pago de horas extras. Estos puntos, junto con la creación de una prima técnica del 40% sobre el salario básico, son considerados esenciales por los sindicatos para mejorar la situación de los empleados públicos en el país.

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El marco fiscal y las restricciones del Gobierno

Por su parte, el Gobierno de Gustavo Petro defiende su postura argumentando que cualquier aumento salarial debe ajustarse al marco fiscal del país. En este sentido, se mantiene firme en la necesidad de cumplir con las restricciones fiscales establecidas por la norma que regula la deuda pública. La regla fiscal del país establece un límite de deuda equivalente al 71% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que obliga al Gobierno a ser cauteloso con los aumentos salariales y otras medidas que podrían incrementar el déficit fiscal.

Desde el Ejecutivo se ha enfatizado que el aumento salarial propuesto es razonable dentro del contexto económico y fiscal actual, y que cualquier ajuste debe ser viable para el sostenimiento de las finanzas del Estado. No obstante, los sindicatos aseguran que este enfoque no tiene en cuenta la realidad económica de los empleados públicos, quienes, según ellos, enfrentan una grave pérdida de poder adquisitivo frente al alto costo de vida en Colombia.

El conflicto podría escalar con la cercanía del Día Internacional del Trabajo

La negociación entre el Gobierno y los sindicatos sigue siendo tensa, y la próxima cita, programada para el 30 de abril, es crucial. Los sindicatos han advertido que si no se logra un acuerdo favorable, se podrían adoptar medidas de presión más contundentes, como paros sectoriales. Esta situación cobra especial relevancia porque podría coincidir con el Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo, una fecha simbólica en la que históricamente se anuncian avances o acuerdos significativos en temas laborales.

En caso de que el conflicto no se resuelva de manera rápida, se espera que las tensiones aumenten, lo que dificultaría aún más la normalización de la situación. La amenaza de paros podría afectar a sectores clave como la salud y la educación, donde el servicio de los empleados públicos es esencial para el funcionamiento del país.