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Benedicto IX, el papa que habría vendido su cargo por dinero y obligado a la iglesia a crear el cónclave: esta es su turbia historia

Nacido como Teofilacto III, Benedicto IX ascendió a papa a una edad muy temprana. Su reinado estuvo marcado por conflictos y presuntos actos de corrupción que culminaron en su expulsión de Roma en 1039.

Benedicto IX habría vendido su cargo por 1.500 libras de oro motivado por su deseo de casarse con su prima. Foto: Difusión
Benedicto IX habría vendido su cargo por 1.500 libras de oro motivado por su deseo de casarse con su prima. Foto: Difusión

A lo largo de los siglos, la Iglesia Católica ha sido guiada por una serie de papas, figuras centrales en la historia religiosa, política y social del mundo. El papado, que comenzó en el siglo I con San Pedro, considerado el primer Papa, ha contado con papas notables que han dejado una huella indeleble en la historia de la humanidad.

Sin embargo, también existen casos de sumos pontífices que pasaron a la historia por sus presuntos actos de corrupción. Tal fue el caso del papa Benedicto IX, quien habría vendido su cargo por dinero y obligado a la Iglesia a crear el cónclave, según narran en el documental ‘Habemus Papam: Una historia de poder’. Ascendió al papado a una edad muy temprana, siendo considerado por algunos historiadores uno de los más jóvenes en la historia. Su reinado estuvo plagado de escándalos.

¿Quién es Benedicto IX?

Benedicto IX, nacido como Teofilacto III en Roma en 1012, es recordado como uno de los papas más polémicos y corruptos de la historia de la Iglesia Católica. Con una familia poderosa detrás de él, los Teofilactos de Túsculo, llegó al papado en 1032 en circunstancias poco convencionales, en las que la influencia de su padre, Alberico III, y los sobornos a la Curia romana le aseguraron el cargo a una edad temprana, probablemente no superior a los 12 años.

Durante su tiempo en el papado, que se extendió en tres períodos, Benedicto IX no solo fue un personaje controvertido, sino que también se vio envuelto en intrigas políticas que pusieron a prueba la estabilidad de la Iglesia. En 1037, tras excomulgar al arzobispo de Milán, Heriberto, y protagonizar un enfrentamiento con el emperador Conrado II, las tensiones crecieron. La muerte de Conrado II en 1039 dejó al papa sin el apoyo imperial, y Benedicto IX fue expulsado de Roma por el capitán Gerardo di Sasso, quien lo reemplazó por Silvestre III.

 Benedicto IX fue uno de los impulsadores de la creación del cónclave para la elección papal. Foto: PressReader

Benedicto IX fue uno de los impulsadores de la creación del cónclave para la elección papal. Foto: PressReader

¿Por qué Benedicto IX habría vendido su cargo por dinero?

El papa regresó al poder en 1045, pero su reinado fue breve. Motivado por su deseo de casarse con su prima, Benedicto IX habría vendido su cargo a Juan de Graciano, quien se convertiría en el papa Gregorio VI. La transacción, que habría sido de 1.500 libras de oro y que incluía las contribuciones de Inglaterra al Óbolo de San Pedro, marcó el colmo de la corrupción papal de la época. Sin embargo, su salida no fue definitiva, ya que en 1047 Benedicto IX fue elegido por tercera vez, pero su reinado estuvo marcado por la violencia entre su familia y los Crescenzi, una facción rival, lo que resultó en su expulsión y excomunión en 1048.

Al final, lejos de los intrincados pasillos del Vaticano, Benedicto IX se retiró a la vida monástica en el monasterio de San Basilio, en Grottaferrata, donde murió en 1055, dejando tras de sí un legado manchado por el escándalo y la lucha por el poder.

Benedicto IX habría sido uno de los principales impulsadores de la creación del cónclave para la elección del papa

Durante el papado de Benedicto IX, se habría contribuido al establecimiento del cónclave como un mecanismo formal para la elección papal. Esto se debería a que, en el siglo XI, la Iglesia Católica enfrentaba varias crisis de legitimidad y liderazgo, debido a la intervención de las familias nobles en la elección del Papa, lo que generaba disputas internas sobre la autoridad del sumo pontífice. Así, la idea de que los cardenales deberían ser los encargados de elegir al Papa de manera independiente y aislada de las presiones externas comenzó a tomar forma, por lo que la figura del cónclave se habría empezado a gestar durante el papado de Benedicto IX.