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Fue a sacarse una muela y terminó sin 12 dientes: el caso del niño que por un error médico dejó de hablar y comer, en Argentina

En Argentina, un niño de cinco años perdió 12 piezas dentales tras una intervención odontológica sin autorización. El caso derivó en una condena por mala praxis. El niño sufrió de bullying por lo sucedido.

Un informe del Círculo Odontológico confirmó que no se justificaba una intervención de tal magnitud. Foto: composición LR/Freepik
Un informe del Círculo Odontológico confirmó que no se justificaba una intervención de tal magnitud. Foto: composición LR/Freepik

En julio de 2024, un caso de mala praxis en San Juan conmocionó a la opinión pública tras conocerse que un niño de cinco años, llevado por un simple dolor de muela, terminó con la extracción de 12 dientes. La intervención, realizada por la odontóloga Romina Pellice en una clínica privada, dejó consecuencias físicas, emocionales y sociales irreparables en el menor.

El hecho ocurrió tras una consulta inicial en el Hospital Rawson, donde se diagnosticó una caries en un molar de leche. Sin embargo, semanas después y sin el consentimiento explícito de sus padres, el menor fue sometido a una cirugía invasiva en la que perdió casi toda su dentadura temporaria. La justicia de San Juan calificó el hecho como una imprudencia médica grave y condenó a la profesional responsable.

Una consulta por caries terminó en una cirugía irreversible

El 6 de julio de 2017, el niño comenzó con dolor persistente en la boca, acompañado de inflamación facial. Su madre, empleada del Hospital Rawson, lo llevó al servicio de odontopediatría, donde una odontóloga le diagnosticó un flemón en el molar 84 y recetó antibióticos. Al día siguiente, por falta de mejoras, se decidió su internación en el Sanatorio Argentino, donde recibió tratamiento intravenoso durante 48 horas.

Una vez estabilizado, recibió el alta con indicaciones de seguimiento ambulatorio. En búsqueda de una segunda opinión, los padres llegaron a la clínica San Blas, recomendados con la odontóloga Romina Pellice. A pesar de que no pudo revisar con detenimiento al niño por su nerviosismo, la profesional programó una intervención quirúrgica en el Sanatorio CIMYN para el 14 de septiembre.

Una decisión médica sin consentimiento y con graves secuelas

Según la denuncia judicial, Pellice no informó con claridad cuántas piezas serían extraídas ni presentó alternativas menos invasivas. Tras una cirugía de una hora, la madre recibió un frasco con 12 dientes. El niño había ingresado sin fiebre, sin dolor y sin inflamación. Además, se aplicó anestesia general sin notificar a los tutores.

La abogada de la familia, Yamila Piozzi, explicó: “La extracción masiva afectó la alimentación, el lenguaje y el desarrollo del menor. El daño fue físico y emocional”. A ello se sumó el bullying escolar que sufrió por su aspecto, lo que derivó en aislamiento social, abandono del deporte y problemas de autoestima.

Un informe del Círculo Odontológico confirmó que no se justificaba una intervención de tal magnitud. De las piezas removidas, al menos cuatro estaban sanas. El documento criticó la falta de estudios previos y de una evaluación integral, elementos básicos en el protocolo de odontología infantil.

Condena judicial y secuelas permanentes

Ocho años después de la cirugía, la jueza Ana Carolina Parra dictó sentencia. La odontóloga Romina Pellice fue condenada a un año de prisión en suspenso y a la inhabilitación profesional por el mismo período. El fallo consideró que la profesional actuó con negligencia, al tomar decisiones sin planificación ni consentimiento informado.

El daño fue irreversible. Hoy, el menor continúa en tratamiento en la provincia de Mendoza. Sus dientes definitivos crecieron desalineados y desordenados, su mandíbula se desarrolló de forma anómala y su capacidad de hablar sigue afectada. La madre relata que ningún odontólogo de San Juan quiso atenderlo tras lo ocurrido.

“El niño no solo perdió dientes, perdió su sonrisa, su confianza y su tranquilidad”, sentenció la abogada. A pesar de las prótesis y terapias, las secuelas de esta mala praxis continúan afectando cada aspecto de su vida.