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Rusia libera a ciudadana de Estados Unidos condenada a 12 años tras donar 50 dólares al ejército de Ucrania

Ksenia Karélina, una ciudadana de Estados Unidos, regresó a su país tras ser liberada por Rusia, que la había condenado por alta traición por enviar 50 dólares a una organización vinculada al ejército de Ucrania.

Ksenia Karelina, ciudadana de Estados Unidos, fue captada sosteniendo la bandera de su país durante el vuelo que la trasladaba de regreso a territorio estadounidense. Foto: RTVE
Ksenia Karelina, ciudadana de Estados Unidos, fue captada sosteniendo la bandera de su país durante el vuelo que la trasladaba de regreso a territorio estadounidense. Foto: RTVE

Ksenia Karélina, bailarina profesional con doble nacionalidad, fue detenida en enero de 2024 durante un viaje personal a Ekaterimburgo, su ciudad natal. Las autoridades rusas la acusaron de alta traición por haber transferido una pequeña cantidad de dólares a una ONG que, según Moscú, respalda al ejército de Ucrania. Este gesto, que según su entorno tenía fines humanitarios, le costó una condena a 12 años de prisión en un penal de alta seguridad.

Su liberación, anunciada el 10 de abril, se concretó a través de un intercambio de prisioneros en Abu Dabi entre Rusia y Estados Unidos. A cambio, Washington entregó a Artur Petrov, un ciudadano ruso acusado de contrabando y delitos financieros. El canje reabre el debate sobre los límites de la justicia en tiempos de guerra, especialmente en el contexto de la prolongada guerra entre Rusia y Ucrania.

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¿Por qué Rusia condenó a Ksenia Karélina a 12 años de prisión?

Las autoridades rusas acusaron a Karélina de apoyar al enemigo en el marco de la guerra Rusia-Ucrania. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) la señaló por haber transferido fondos a la organización Razom for Ukraine, con sede en Estados Unidos. Esta fundación, creada por la diáspora ucraniana, canaliza ayuda para la población afectada por el conflicto, aunque también ha entregado recursos a soldados ucranianos. Según la justicia rusa, esa acción representó un acto de traición al Estado.

En su momento, el portavoz del Kremlin afirmó que “cualquier apoyo financiero, por mínimo que sea, a las Fuerzas Armadas de Ucrania constituye una amenaza a la seguridad nacional de Rusia”. La defensa de Karélina alegó que la donación tenía fines humanitarios y que la acusación carecía de fundamento legal. Sin embargo, el tribunal militar dictó una condena ejemplar: 12 años de reclusión en régimen estricto.

¿Qué impacto tiene su liberación en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos?

El gesto de Moscú se produce en un clima de tensión diplomática, aunque marca un leve acercamiento entre ambas potencias. El presidente Donald Trump celebró el retorno de Karélina con un mensaje en redes sociales: “Ksenia vuelve a casa. Esta es una victoria para todos los que creen en la libertad y la justicia”. También el secretario de Estado, Marco Rubio, expresó: “Está en nuestro avión camino a casa. ¡Gracias, presidente Trump!”

Analistas internacionales interpretan este intercambio como parte de una estrategia de desescalada en medio de la guerra Rusia-Ucrania. Aunque los gobiernos no han confirmado nuevas rondas de negociaciones, existen señales de apertura en temas consulares y diplomáticos. La participación de Emiratos Árabes Unidos como intermediario también refuerza su papel como mediador internacional.

¿Qué dice el caso Karélina sobre los derechos de los ciudadanos con doble nacionalidad?

La historia de Ksenia Karélina ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos. Desde su detención, varios colectivos denunciaron la arbitrariedad del proceso judicial y el uso político de su caso. Amnistía Internacional calificó la sentencia como “una represalia desproporcionada contra una persona que simplemente ejerció su derecho a donar libremente”.

La comunidad rusa en el extranjero también ha manifestado inquietud. Algunos temen regresar a su país por miedo a represalias similares. Según datos extraoficiales, al menos 20 ciudadanos de Estados Unidos o con doble nacionalidad permanecen detenidos en cárceles rusas por presuntas actividades contrarias a los intereses del Kremlin. “El caso Karélina demuestra cómo el gobierno de Putin utiliza a individuos inocentes como moneda de cambio”, opinó un exdiplomático estadounidense.