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Niña de 3 años recupera su movilidad después de quedar paralizada por una enfermedad, en Chile

Alondra, una niña de 3 años oriunda de Chile, logró recuperar parte de su movilidad tras quedar paralizada por una rara condición. Médicos del Hospital de Puerto Montt trabajaron arduamente para su recuperación.

Después de semanas de intensivo tratamiento, Alondra recuperó su capacidad de mover la cabeza, hablar y sonreír. Foto: composición LR/Difusión
Después de semanas de intensivo tratamiento, Alondra recuperó su capacidad de mover la cabeza, hablar y sonreír. Foto: composición LR/Difusión

Una historia de lucha y esperanza llegó al Hospital de Puerto Montt, en la región de Los Lagos, Chile, tras el caso de Alondra, una niña de tres años que perdió la movilidad de su cuerpo debido a una misteriosa enfermedad. Lo que parecía un pronóstico sombrío, con la niña completamente paralizada, comenzó a mejorar gracias al tratamiento adecuado.

El caso de Alondra, quien llegó al hospital con parálisis general, no solo sorprendió por la rapidez de la evolución de su enfermedad, sino también por el desafío que representó para los especialistas del hospital. Afortunadamente, gracias a la pronta atención y la aplicación de un tratamiento adecuado, la niña ha recuperado parte de su movilidad, lo que fue un gran alivio para sus padres.

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El caso de Alondra: diagnóstico inicial y el tratamiento

El médico intensivista pediátrico, Felipe de Amesti, fue quien recibió a Alondra el 25 de noviembre, después de que su madre, Marilú, la trasladara de urgencia desde Calbuco al Hospital de Puerto Montt. La niña había comenzado a mostrar síntomas inusuales: pérdida de movilidad total, dificultad para respirar, convulsiones y espuma en la boca. Al llegar al hospital, ya no podía mover ninguna parte de su cuerpo.

El diagnóstico inicial fue el Síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad autoinmune rara que afecta los nervios periféricos y puede llevar a parálisis. Sin embargo, su condición empeoró rápidamente, ya que Alondra también tenía dificultades para tragar y respirar. Debido a su grave estado, se decidió intubarla y conectarla a un respirador mecánico, un paso necesario para estabilizarla en lo que era considerado un riesgo vital.

Comienzo de la mejora: intervención con plasmaféresis

Una vez estabilizada, se realizó una resonancia magnética que mostró una inflamación en la médula espinal de Alondra, sugiriendo que su caso era más complejo y requería un tratamiento especializado. Los médicos, liderados por el Dr. Felipe de Amesti, decidieron aplicar la plasmaféresis, un procedimiento que consiste en la extracción de plasma sanguíneo para eliminar anticuerpos dañinos del cuerpo.

El tratamiento, junto con la administración de corticoides en altas dosis, comenzó a mostrar resultados positivos. A medida que pasaban los días, la niña empezó a recuperar algunos movimientos, como mover ligeramente los hombros. Este avance inicial fue crucial para su rehabilitación, lo que permitió a los médicos y a su familia vislumbrar una posible mejoría.

Avances en la recuperación y el rol del Hospital de Puerto Montt

Después de tres semanas de intensivo tratamiento, Alondra experimentó una notable mejoría. Se desconectó del ventilador mecánico, recuperó la capacidad de mover su cabeza y, lo más importante, empezó a hablar y sonreír. El personal médico del Hospital de Puerto Montt, que trabajó de manera incansable en su rehabilitación, celebró este avance como un triunfo, no solo por los resultados médicos, sino también por el esfuerzo y la dedicación del equipo de salud.

La Dra. Miriam Muñoz, médico jefe de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrica del hospital, expresó su satisfacción por la evolución positiva de Alondra. “Fue un caso desafiante al principio, pero estamos felices de ver cómo ha mejorado y cómo se recupera cada día”, comentó la especialista, destacando el trabajo en equipo que permitió este logro.

Alondra con el equipo de especialistas que estuvo con ella durante su proceso de recuperación. Foto: Difusión

Alondra con el equipo de especialistas que estuvo con ella durante su proceso de recuperación. Foto: Difusión

La madre de Alondra, visiblemente emocionada, agradeció a los médicos y al personal del hospital por el esfuerzo y cuidado brindado a su hija. “Mi niña ahora puede mover su cabeza, hablar y hasta sonreír. Es un milagro ver su progreso, y todo gracias al tratamiento y a la dedicación de los médicos”, comentó Marilú, conmovida por la recuperación de su hija.

Hoy, a tres meses de su ingreso al hospital, Alondra está a punto de recibir el alta médica. Aunque todavía requiere cuidados especiales, su familia y el equipo médico se sienten optimistas sobre su futuro.