Historias Estados Unidos

Venezolano detenido en Texas narra cómo se frenó su deportación a El Salvador: "Lo que pasó es cosa de Dios"

Armando, un inmigrante venezolano detenido en Texas, evitó ser deportado a El Salvador gracias a una orden de la Corte Suprema de Estados Unidos que interrumpió su traslado de emergencia.

El venezolano Armando y los otros 65 detenidos viven bajo incertidumbre en el Centro de Detención Bluebonnet, tras el regreso a sus celdas y el bloqueo de sus comunicaciones. Foto: ICE
El venezolano Armando y los otros 65 detenidos viven bajo incertidumbre en el Centro de Detención Bluebonnet, tras el regreso a sus celdas y el bloqueo de sus comunicaciones. Foto: ICE

Armando, uno de los más de 60 inmigrantes venezolanos detenidos en Texas, estuvo a punto de ser deportado a El Salvador entre la noche del viernes y la madrugada del sábado. Sin embargo, su deportación fue frenada por una orden emitida por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, en una decisión que sorprendió a los detenidos, quienes se encontraban en plena movilización hacia el aeropuerto. En una conversación con Univisión sobre la tensa experiencia vivida en el Centro de Detención Bluebonnet de ICE en Dallas, Armando relató cómo él y otros inmigrantes fueron trasladados bajo fuertes medidas de seguridad, hasta que la deportación fue suspendida en el último minuto, sin previo aviso.

La operación fue parte de un plan que involucraba la expulsión de inmigrantes hacia El Salvador, pero en respuesta a un recurso de emergencia presentado por los abogados de los detenidos, la Corte Suprema bloqueó la deportación. Aunque las autoridades no dieron explicaciones claras a los detenidos, muchos de ellos, como Armando, estaban conscientes de que la decisión judicial había jugado un papel clave en su regreso al centro de detención.

Deportación suspendida e incertidumbre de los inmigrantes detenidos

Armando y otros inmigrantes fueron sacados de sus dormitorios en el Centro de Detención Bluebonnet en Texas y puestos en autobuses con destino a un aeropuerto privado donde los esperaban aviones para ser deportados. El grupo de detenidos, aproximadamente 65 personas, fue trasladado bajo fuertes medidas de seguridad, escoltados por patrullas y agentes antimotines. Sin embargo, a su llegada al aeropuerto, la situación dio un giro inesperado. “Tampoco nos dijeron nada. Que lo que pasó es cosa de Dios”, recordó Armando. "Dijeron que había pasado (había sido suspendida) la deportación porque estábamos en Semana Santa", agregó.

Aunque los inmigrantes fueron regresados a sus celdas, rápidamente notaron que las autoridades bloquearon sus cuentas para realizar llamadas y videollamadas con sus abogados y familiares. "No tenemos dinero para llamar", expresó Armando, quien también mencionó que muchos de los detenidos llevaban años en el país y enfrentaban estigmas por tener tatuajes visibles. "Aquí hay personas que llegaron a Estados Unidos con 3 años. Y tenemos tatuajes, todos tenemos tatuajes, cualquier tipo de tatuaje", comentó, señalando cómo la situación de muchos inmigrantes se ve agravada por prejuicios.

Preocupación por los derechos de los inmigrantes

La incertidumbre y el miedo se apoderaron de los detenidos, quienes ya se encontraban en un proceso de deportación sin haberse garantizado el debido proceso. Muchos de los inmigrantes detenidos en el Centro de Detención Bluebonnet, como Armando, tenían audiencias programadas en los tribunales de inmigración. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos no respetó esos derechos, y algunos fueron presionados a firmar formularios de salida voluntaria bajo engaños, lo que generó aún más desesperación.

Los abogados de los detenidos, como Ángel Álvarez, denuncian que muchos inmigrantes fueron acusados injustamente de pertenecer al Tren de Aragua, un grupo criminal venezolano que ha sido incluido por el gobierno de Estados Unidos en la lista de organizaciones terroristas. Según Álvarez, los detenidos no solo estaban siendo acusados sin pruebas claras, sino que además no se les permitió presentar su caso ante un juez. “Muchos de ellos tienen audiencias de corte pendiente, fueron detenidos sin que se les respete el debido proceso”, explicó Álvarez.

La situación se complicó aún más cuando, a pesar de la orden judicial que suspendió las deportaciones, los inmigrantes aún enfrentaban la amenaza de ser enviados a El Salvador, donde las condiciones de detención en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) han sido ampliamente criticadas.