Despedida a Guillermo Gutiérrez (tío Factos), curioso y lector
Conocido por sus opiniones ácidas sobre la cultura en el país, Guillermo Gutiérrez se hizo más visible en su último periodo gracias a su programa en La Roro Network, donde se le conocía como el tío Factos.

El último domingo 6, falleció Guillermo Gutiérrez. De acuerdo con una fuente muy cercana, Guillermo falleció a causa de un atragantamiento.
Solía verlo con frecuencia en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional. Nunca hablamos, aunque sí llegamos a cruzar saludos. Teníamos conocidos en común en el circuito literario y en el circuito de libreros de Amazonas, el otro lugar donde solía encontrármelo fuera de la BNP.
Esa es la imagen que tengo de él, como investigador y exintegrante del grupo poético Kloaka (a saber, la famosa foto del Volkswagen de 1982, tiene a Guillermo a un costado, como si le gustara estar apartado de sus compañeros de ruta).
Guillermo mantuvo un modo de vida ajeno a las luces de la fama literaria (no es lo mismo que reconocimiento) y exhibía una opinión muy ácida y lúcida sobre la situación cultural en el país. En realidad, sus opiniones nunca dejaron de ser incómodas y en cada una de ellas sacaba a flote todo lo leído y, del mismo modo, el horror que le tocó ver siendo joven.
Pero un día me enteré que tenía un programa en La Roro Network y que se hacía llamar el Tío Factos.
De lo poco que vi, me alegré. Me gustaba cómo lo conducía. Le dieron la oportunidad de decir lo que pensaba y no dudó en hacerlo. No se lo propuso, pero en esta última etapa de su vida, se hizo más conocido que los poetas de Kloaka y que muchos poetas de los 80.
En cierta ocasión, en su programa, dijo que yo era uno de los responsables/culpables de la eielsonmanía en los 90. Ese es un dato errado, pero igual se lo agradezco mucho.
Gracias por la actitud.