Hermanos de periodistas neerlandeses asesinados en El Salvador en 1982 exigen justicia

Los hermanos de dos de cuatro periodistas neerlandeses asesinados en El Salvador en 1982 exigieron justicia este martes, de cara a la fase final del juicio por este crimen contra tres exjefes militares, que comenzará el 3 de junio.
Cornelius Kuiper Joop, Koos Jacobus Andries Koster, Hans Lodewijk ter Laag y Jan Willemsen murieron en una emboscada militar en Chalatenango (norte) el 17 de marzo de 1982, mientras filmaban un documental sobre la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
"He venido a El Salvador para pedir justicia por el asesinato de mi hermano", declaró Gert Kuiper en una conferencia de prensa al pie del monumento a víctimas de la guerra civil en un parque capitalino.
"El asesinato de mi hermano y sus tres colegas fue brutal, cobarde y deshumanizante", comentó por su parte Saskia ter Laag, quien también llegó a El Salvador con motivo del juicio.
Agregó que "después de 43 años merecemos un juicio".
El inicio de la fase final de este "juicio histórico", en que el tribunal debe valorar las pruebas y dictar fallo, estaba previsto para este miércoles en Chalatenango. Sin embargo, fue "postergado" para el 3 de junio, según informó a la AFP Óscar Pérez, director de la Fundación Comunicándonos, que asiste a las familias de las víctimas.
Dos de los imputados están bajo arresto en un hospital de la capital: el general José Guillermo García, exministro de la Defensa de 91 años, y el exdirector de la disuelta Policía de Hacienda, coronel Francisco Antonio Morán (93).
El tercer imputado es el excomandante de la Cuarta Brigada de Infantería, Mario Reyes Mena, de 85 años, quien vive en Estados Unidos. La Corte Suprema salvadoreña aprobó en marzo pedir su extradición. Los tres oficiales están retirados.
Esta causa fue reabierta en 2018 después de que la Corte Suprema salvadoreña declarara inconstitucional una ley de amnistía para los crímenes de la guerra civil.
El conflicto, que enfrentó a las fuerzas del gobierno con la guerrilla izquierdista, dejó 75.000 muertos y 7.000 desaparecidos.
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