La mansión de lujo que albergaba las familias más ricas de Huánuco y hoy se encuentra abandonada: se construyó en el siglo XVI
Durante siglos fue símbolo de poder, riqueza y fe en el corazón de Huánuco. Hoy, la hacienda Andabamba permanece olvidada entre ecos del pasado, historias de esclavitud y supuestos fenómenos paranormales.
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Ubicada a tan solo seis kilómetros del centro de Huánuco, a orillas del río Huallaga, la hacienda Andabamba es una joya arquitectónica construida en el siglo XVI. En sus inicios, fue un centro misional de los franciscanos que buscaban evangelizar la selva alta del Perú. Posteriormente, se transformó en una de las propiedades más emblemáticas de la aristocracia huanuqueña, especialmente bajo el dominio de la familia Durand. Hoy, sin embargo, su majestuosidad está cubierta de maleza y silencio, y se alza como una mansión abandonada que guarda secretos, historia y leyendas.
Con sus techos desplomados, paredes agrietadas y un aire tétrico, esta antigua casa de lujo se mantiene en pie como testigo de los cambios sociales, políticos y culturales del país. Desde la esclavitud afrodescendiente hasta la reforma agraria de Velasco Alvarado, la historia de la hacienda Andabamba refleja las luces y sombras del Perú rural.
¿Desde cuándo está abandonada la hacienda Andabamba?
La hacienda Andabamba comenzó su decadencia tras la aplicación de la reforma agraria decretada por el general Juan Velasco Alvarado en los años 70. Esta medida expulsó a las familias terratenientes, entre ellas los Durand, que hasta entonces poseían la propiedad. En su lugar, la administración pasó a manos de una cooperativa agraria. Sin embargo, con el paso del tiempo, las actividades productivas fueron mermando, y para 1980, la mansión ya había quedado prácticamente en el olvido.
Lo que alguna vez fue una finca floreciente dedicada al cultivo de frutas, caña de azúcar y productos para uso medicinal, terminó convertida en una sombra del pasado. Los pisos decorados con mayólicas importadas, los jardines donde se sembraban verduras, y hasta su sistema artesanal de energía hidráulica hoy son solo rastros de un esplendor perdido. A pesar de su deterioro, todavía es posible observar en sus rincones símbolos religiosos, escritorios coloniales y hasta pupitres escolares que recuerdan su uso como escuela temporal para los niños de la zona.

Hacienda Andabamba. Foto: Marko Tk.
¿Fantasmas penan en la hacienda Andabamba?
El canal del youtuber peruano Marko Tk visitó recientemente esta enigmática mansión abandonada. Durante su exploración, documentó numerosos detalles que alimentan las teorías sobre presencias sobrenaturales. El único habitante actual del lugar, el señor Devoción, quien ha trabajado allí toda su vida, relató haber escuchado ruidos extraños y sentir presencias inexplicables por las noches.
Según testimonios recogidos por el creador de contenido, se cree que el espíritu de antiguos esclavos aún deambula por la propiedad. Durante el auge de la hacienda, se explotaban trabajadores afrodescendientes para el cultivo de caña, muchos de los cuales murieron en condiciones inhumanas. Una historia popular cuenta que en 1812 un esclavo lideró una rebelión contra los hacendados, y que al ser capturado, fue torturado, asesinado y su cuerpo sin vida arrojado al río Huallaga.

Hacienda Andabamba por dentro. Foto: Marko Tk.
¿Quién es el dueño de la hacienda Andabamba?
La propiedad pasó por distintas manos desde su fundación. Los primeros moradores fueron frailes franciscanos en el siglo XVI, quienes establecieron un convento y sembraron frutas para abastecer a los religiosos del convento de Huánuco. Posteriormente, grandes familias de la aristocracia peruana tomaron control de la finca, siendo los Durand los últimos en habitar la vivienda antes de la reforma agraria.
Tras su expulsión, la hacienda fue entregada a una cooperativa agraria, que aún mantiene la propiedad legal del terreno, aunque sin explotar su potencial turístico o cultural. Dentro de la mansión se conserva un altar bajo el cual, según el señor Devoción, yacen los restos de dos miembros de la familia Durand. A lo largo de los años, el lugar ha servido ocasionalmente como aula provisional para niños y como refugio de historias no contadas.
El escritorio donde, se dice, Simón Bolívar redactó proclamas de independencia durante su paso por Huánuco, sigue allí, cubierto de polvo, como mudo testigo de un pasado glorioso. También se dice que en este lugar fue apresado el curaca José Contreras, líder de la rebelión indígena de 1812, antes de ser asesinado por las fuerzas coloniales.