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Sociedad

El retorno de Fernando Tupac Amaru: la memoria que volvió del olvido

La tierra consagrada del antiguo cementerio donde fue enterrado el hijo menor de José Gabriel Condorcanqui y Micaela Bastidas, llegó al Cusco como símbolo de una gesta histórica de más 240 años.

Se entregó una porción de tierra como símbolo de la hsitoria. Créditos: Luis Álvarez / La República.
Se entregó una porción de tierra como símbolo de la hsitoria. Créditos: Luis Álvarez / La República.

En mayo de 1781, Fernando Túpac Amaru Bastidas fue obligado a presenciar, en la Plaza Mayor del Cusco, la ejecución de toda su familia. Era apenas un niño cuando el imperio español lo condenó al destierro, por el solo hecho de ser hijo de José Gabriel Condorcanqui Noguera, también conocido como Tupac Amaru II, y Micaela Bastidas, líderes de la gran rebelión anticolonial del siglo XVIII. Aquel episodio marcó el inicio de un calvario que lo acompañó hasta su muerte.

Condenado a vivir en condiciones inhumanas, lejos de su tierra, Fernando pasó sus días entre prisiones, soledad y humillaciones. Su único “delito” fue descender de quienes osaron desafiar a la corona española. Murió a los 30 años en Madrid, indigente, y sus restos fueron enterrados en una fosa común del templo de San Sebastián.

Restos simbólicos

Más de 240 años después, la Municipalidad del Cusco emprendió una cruzada para repatriar sus restos. Sin embargo, el cementerio donde fue sepultado desapareció durante un bombardeo en la Guerra Civil Española, llevándose consigo todo vestigio físico del hijo menor del líder indígena.

Gracias a las investigaciones del doctor Aldo Olcese, ex presidente de la Fundación Independiente y vicepresidente de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), se logró ubicar el acta de defunción de Fernando en el templo madrileño. Con ello, se inició el proceso formal para su repatriación simbólica.

 Se talló una urna de madera que simboliza la resistencia indígena del yugo español . Créditos: Luis Álvarez / La República.<br><br>

Se talló una urna de madera que simboliza la resistencia indígena del yugo español . Créditos: Luis Álvarez / La República.

El alcalde del Cusco, Luis Pantoja, informó que, al no existir restos óseos, se gestionó la entrega de una porción de la tierra consagrada del antiguo cementerio.

"Luego de dos años, hacemos realidad la llegada de los restos simbólicos de 'Fernandito', un niño que no cometió ningún delito y fue condenado a no ver la luz. En España sufrió y murió en el olvido", expresó emocionado.

El proceso requirió la intervención de los arzobispados de Cusco y Madrid. Pantoja agradeció la voluntad del doctor Olcese y del arzobispo de Cusco, quien, pese a su delicado estado de salud, firmó las autorizaciones necesarias. “Gracias a ellos hoy podemos recibir simbólicamente a nuestro querido Fernandito”, añadió.

Homenaje póstumo

La mañana de este lunes, el cofre con la tierra proveniente del antiguo cementerio llegó desde España con escala en Lima. En medio de una multitud congregada en la Plaza Mayor del Cusco, la urna fue recibida por un séquito ceremonial inca que la condujo hasta el mismo lugar donde, en 1781, fueron ejecutados Túpac Amaru II, Micaela Bastidas y su hijo mayor, Francisco.

"Hijo mío, hoy con mucho dolor ,tu padre y yo recibimos tus retos (…) mi wawa, mi Fernandito, nos volvemos a encontrar después de mucho tiempo y será para siempre", recitó, la actriz que encarnó a Micaela Bastidas.

Un crucifijo de piedra que permanece en uno de los costados de la plaza simboliza hoy el sacrificio de quienes alzaron su voz por la libertad.

 Dos actores personificaron a Tupac Amaru y Micaela Bastidas. Créditos: Luis Álvarez / La República.<br><br>

Dos actores personificaron a Tupac Amaru y Micaela Bastidas. Créditos: Luis Álvarez / La República.

En un acto conmovedor, dos actores personificaron a Túpac Amaru y Micaela Bastidas, recibiendo simbólicamente a su hijo menor después de 244 años de ausencia.

La urna con los restos simbólicos de Fernandito, recibió el reconocimiento de las instituciones como; la Policía Nacional del Perú, Ejército, la Asociación de Artesanos , autoridades locales y de la población cusqueña.

La urna de madera tallada que simboliza la resistencia indígena del yugo español permanecerá por un tiempo en el palacio de la Municipalidad Provincial de Cusco, luego serán sepultados junto al crucifico de piedra en la Plaza Mayor, lugar donde presenció el asesinato de sus padres y del mayor de sus hermanos.

La vida de Fernando Túpac Amaru Bastidas, está marcada por la crueldad e insania, sus restos pudieron desparecer en el tiempo, mas no en la memoria.