¿Aló? ¿Nuevo reparto?, por Mirko Lauer


La locura. El sindicato de Telefónica pide que la empresa, recién vendida a un grupo argentino, pase a manos del Estado. Confían en que el país ha olvidado la gestión estatal de la telefonía, cuando era casi imposible conseguir una línea telefónica, el servicio era caro y el acceso al mantenimiento sumamente difícil. Por eso en este ramo la privatización fue bienvenida, y lo ha seguido siendo.

   Es cierto que luego de una mala temporada Telefónica del Perú ha tenido que vender sus activos, para cubrir enormes deudas, al fisco y a privados. Entre estos últimos trabajadores de la empresa, al parecer convencidos de que el Estado sería mejor pagador. No es algo 100% seguro, pues para eso tendría que ser mejor gestor de las comunicaciones.

   Quizás la idea detrás de la propuesta del sindicato telefónico es que no importa cuán mal marche una empresa del Estado, este siempre cumplirá con sus trabajadores sindicalizados. Es decir, trasladará sin chistar lo que pagan los contribuyentes a lo que cobran esos trabajadores. Mientras que una empresa privada recurrirá a reducciones de ingresos, y hasta a despidos.

   Para muestra el tremendo botón que es Petroperú, la empresa petrolera estatal. No ha habido volumen de pérdida económica capaz de reducir los ingresos y los beneficios de los trabajadores. Los cuales son, muy comprensiblemente, enemigos de la privatización. La cual, de paso sea dicho, también puede pagar muy buenos sueldos cuando la empresa es rentable.

   Con un Estado desordenado, aquí a menudo una estatización ha significado poner de factoparte de una empresa en manos de sus trabajadores. Con un lugar en el directorio, o acceso a altos cargos. Esto no sería malo en sí mismo, si los hombres y mujeres del síndicato pudieran ser responsabilizados de sus actos. No es lo que ha solido suceder.

   Quizás pedir la estatización cuando Telefónica ya ha sido vendida es realmente una forma de negociación con los nuevos propietarios. Pero no descartemos que un gobierno como el actual empiece a coquetear con el sindicato. Lo viene haciendo con Petroperú, ¿por qué no en este caso? Estatizar y luego eliminar a la competencia (que en este caso es fuerte), por decreto, una fórmula de oro, a primera vista.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).