Entre las coloridas frases que Dina Boluarte está soltando desde el vacilón de hacer política verbal en TV, rodeada de policías y militares, hay una que merece una breve exploración. Es la que menciona a “sectores alimentadores del caos”, como co-responsables de la crisis de seguridad. Como tantas veces en sus ataques, no da nombres.
Lo primero que viene a la mente es que son los propios criminales quienes alimentan el caos, para crear el río revuelto que les permite llevar a cabo sus fechorías con mínimas consecuencias. Pero en ese discurso en particular Boluarte se dirige a los críticos de la política de seguridad del gobierno y de su falta de resultados. ¿Entonces?
Frente a esto último, hay que pensar en algunos posibles beneficiarios electorales del caos. ¿Existe tal cosa? Las candidaturas suelen ofrecer beneficios al electorado, no riesgos, como el de ser víctima de un delincuente. Para cualquier partido alimentar el caos sería dispararse al pie, como hizo el castillismo desde el poder.
¿Pero cómo se alimenta el caos? Boluarte no lo tiene claro, o nos lo diría. Pero entre sus candidatos al cargo estamos los periodistas, que difundimos los fracasos en la política del gobierno contra el crímen. Eso da una imagen del caos en que estamos viviendo, es cierto. Pero no lo inventa, y ciertamente no lo alimenta.
Boluarte está furiosa, se le nota. Porque se ha sentado en medio de todos esos uniformes, pero con eso no ha logrado nada. Entre otras cosas, porque ese tipo de resultado no es instantáneo. A la presidenta le gustaría tener todos los problemas del país resueltos, o muy en camino de serlo, antes de entregar la banda al sucesor. Suena muy difícil.
Quizás Boluarte o su redactor publicitario no se han detenido a pensar que ella misma es una gran alimentadora del caos. Lo hace al nombrar ministros incompetentes, o peor. Al prestarse a promover iniciativas que se chispotean desde la partida, como esa franja de mensajes oficiales en los medios. Creer que le faltan cinco años de gobierno también alimenta el caos.
Otrosí: la referencia a los criminales extranjeros (que por cierto los hay) es infeliz si no menciona también a los refugiados que prestan valiosos servicios “A pesar de los bajos salarios del Perú”, como ha escrito el poeta Carlos Germán Belli. El caos siempre comienza como una confusión conceptual.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).