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El otoño en la presidencia, por Mirko Lauer


    Este es el otoño del descontento de Dina Boluarte. El Congreso va a interpelar a cuatro ministros, en un contexto dónde escándalos y dramas no cesan, varios de ellos en torno a Palacio. Incluso reaparecen, imitando al incendio de Barrios Altos. La partida de Juan José Santiváñez, su ministro más querido, no ha solucionado nada. De modo que la inseguridad ahora es, más que antes, una papa caliente en manos de la presidenta.

    A estas alturas está claro que una parte del Congreso no quiere a Boluarte. La respuesta del Ejecutivo es un rumor sobre aplicar la cuestión de confianza, como una vía para cerrar el Legislativo. El presidente Salhuana ha tenido que apersonarse para dar explicaciones sobre la tetra-interpelación. Aunque esta tiene todo el aroma de una vacancia en marcha.

    El fujimorismo no ha querido participar a rostro descubierto en el juego de las interpelaciones, y ha reservado su voto. Pero Boluarte no puede olvidar que Fuerza Popular fue decisiva para la censura de Santiváñez. Es cada vez más difícil imaginar la foto Dina-Keiko. ¿Pero qué otra foto hay disponible? La única que circula es Boluarte-Acuña. Este último ha demostrado ser un poco fiable proveedor de altos funcionarios.

    El otoño de Boluarte avanza hacia un invierno de problemas político-personales. Una imagen afectada por relojes, cirugías, viajes al sur, destapes sobre el hermano Nicanor, impopularidad, iniciativas de la fiscalía, más la  creciente y comprensible animadversión de los medios contra ella. Puede llegar el momento en que dejar la presidencia sea un alivio frente a permanecer en ella.

    ¿Hay salidas? ¿Qué de valioso y honesto puede entregar Boluarte, y a quién? Quizás parte de su solución esté en manos de las candidaturas en provincias, para las cuales un contacto con Palacio, no importa cuán deslucida la titular, puede valer oro electoral. Pero tienen que apurarse, pues pueden encontrarse con Acuña impidiendo el ingreso. Después de todo, es otro candidato del interior.

    Otra posibilidad es buscar ayuda especializada para reclutar ministros de primera línea. No suena fácil, pero se puede lograr con buenos incentivos; por ejemplo darles cancha libre para reorganizar carteras abrumadas por una mediocridad instalada desde arriba, como efecto perverso de la ley de la gravedad.

    De otro modo tendremos, como le gusta decir a Senhami, un fuerte fenómeno climático en la política del Estado.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).