¿Qué sucedería si fallece el papa Francisco? Este es el protocolo que debe seguirse, según el Vaticano
El papa Francisco, primer pontífice de América, enfrenta problemas de salud. El protocolo para su fallecimiento incluiría la confirmación en la capilla del Palacio Apostólico y cambios en el rito funerario para enfocarse en la espiritualidad.
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Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el papa Francisco, marcó un hito en la historia de la Iglesia Católica al convertirse en el primer pontífice de origen americano. A lo largo de sus 12 años de pontificado, enfrentó diversos desafíos, tanto en el ámbito eclesiástico como en su salud. En los últimos meses, su estado generó preocupación, lo que llevó a que muchos se pregunten qué sucedería en caso de su fallecimiento y cuál es el protocolo oficial establecido por el Vaticano para estos casos.
El deceso de un papa es un evento de gran trascendencia dentro de la Iglesia, no solo por el impacto espiritual que genera, sino también por los estrictos procedimientos que deben seguirse para garantizar una transición ordenada en el liderazgo. Si bien las tradiciones evolucionaron con el tiempo, recientemente el Vaticano aprobó cambios en el rito funerario, simplificando algunas ceremonias para que reflejen mejor la fe.
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Nuevo protocolo para confirmar el fallecimiento del Papa
Según la normativa vigente, el fallecimiento del papa debe ser confirmado por el camarlengo, el cardenal encargado de la administración de la Santa Sede durante la sede vacante. Tradicionalmente, este acto se realizaba en la habitación del pontífice, donde el camarlengo pronunciaba tres veces su nombre real mientras golpeaba suavemente su frente con un martillo de plata. Sin embargo, con la reforma aprobada en 2024, este procedimiento ahora se lleva a cabo en la capilla del Palacio Apostólico.
De acuerdo con la segunda edición típica del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, aprobada el 29 de abril de 2024 por el papa Francisco, "la constatación de la muerte ya no se realizará en la habitación del difunto, sino en la capilla". Esta modificación refleja la intención de simplificar el protocolo y centrar la liturgia en la espiritualidad más que en la solemnidad de los actos tradicionales. Tras la confirmación, el camarlengo notifica oficialmente el fallecimiento al Colegio Cardenalicio y al mundo entero a través de la Santa Sede. Desde ese momento, se declara la sede vacante y se inicia el periodo de preparación para las exequias y el cónclave que elegirá al próximo sumo pontífice.
Reformas en el funeral papal: cambios en el protocolo de despedida
El funeral de un papa fue históricamente una ceremonia solemne y estructurada, siguiendo tradiciones centenarias. Sin embargo, la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis introduce modificaciones importantes. Uno de los cambios más notorios es que "el cuerpo del papa será depositado inmediatamente dentro del ataúd", lo que evita la exposición tradicional en una cama mortuoria antes de su entierro.
Otro cambio significativo es la eliminación de los tres féretros (ciprés, plomo y roble), que anteriormente eran utilizados en los entierros papales. En su lugar, "se expondrá el cuerpo del papa ya dentro del ataúd abierto para la veneración de los fieles". Esta simplificación responde al deseo del papa Francisco de que las exequias reflejen mejor la fe cristiana en la resurrección y no la grandeza del cargo papal. Al respecto, el arzobispo Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices, explicó que "se hizo necesaria una segunda edición, en primer lugar porque el papa Francisco pidió, como él mismo declaró en varias ocasiones, simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado".
Pese a estas modificaciones, la Santa Sede confirmó que se mantendrán las tres "estaciones" clásicas del funeral papal: "el domicilio del difunto, la Basílica Vaticana y el lugar de la sepultura", aunque se ha eliminado el primer traslado hacia el Palacio Apostólico.
¿Qué ocurre con la Santa Sede tras la muerte del papa?
Una vez declarado el fallecimiento, la Santa Sede entra en un período denominado sede vacante, durante el cual el Colegio de Cardenales asume la dirección de la Iglesia hasta la elección de un nuevo pontífice. En este tiempo, el camarlengo desempeña un papel fundamental, asegurando que los asuntos administrativos continúen funcionando mientras se organiza el cónclave.
Durante este periodo, "se suspende la emisión de documentos papales y se impide cualquier decisión trascendental que pudiera comprometer el futuro del Vaticano sin un nuevo líder al frente". Asimismo, el camarlengo es el único autorizado para utilizar el anillo del pescador del papa fallecido hasta que sea destruido, un acto simbólico que marca oficialmente el fin de su pontificado.
El período de sede vacante dura generalmente entre 9 y 15 días, tiempo en el que los cardenales del mundo entero se congregan en el Vaticano para coordinar los preparativos del cónclave.