Trump tras cumplir 100 días como presidente de EEUU: "No necesitamos los autos de afuera. Queremos fabricar nuestros propios autos"
Donald Trump reafirma su política proteccionista al acusar a México y Canadá de apropiarse de la industria automotriz estadounidense durante su discurso por los 100 días de gobierno.
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Durante un acto conmemorativo por sus primeros 100 días de gestión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó con dureza la dependencia de vehículos importados desde México y Canadá. Aseguró que su gobierno busca recuperar la producción automotriz nacional y declaró que Estados Unidos "no necesita los autos de afuera", en referencia directa a los productos que llegan desde sus principales socios comerciales en Norteamérica.
El mandatario se presentó ante una multitud en tono desafiante, enfatizando su compromiso con el fortalecimiento del empleo en territorio estadounidense. En su discurso, arremetió contra los tratados que, a su juicio, debilitaron la industria local, y anunció beneficios fiscales para fabricantes que operen exclusivamente dentro del país. El mensaje refuerza su visión proteccionista y coloca nuevamente a México en el centro del debate económico bilateral.
Trump arremete contra la industria automotriz mexicana y canadiense
Con un lenguaje directo, el presidente estadounidense acusó a México y Canadá de absorber gran parte de la industria automotriz que históricamente perteneció a Estados Unidos. “Nos han quitado una enorme parte del negocio automotriz”, sostuvo frente a sus seguidores. Según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), México exportó más de 2.7 millones de vehículos a EE.UU. en 2024, lo que representa cerca del 80 % de sus ventas totales al exterior. Esta cifra alimenta el argumento del presidente, quien insiste en que su país debe producir “sus propios autos”.
Trump subrayó que su administración no permitirá que el país continúe financiando a sus vecinos con miles de millones de dólares en subsidios indirectos. Mencionó que México y Canadá reciben, según sus datos, más de 500 mil millones de dólares anuales en beneficios relacionados al comercio bilateral, algo que, según él, perjudica a los trabajadores estadounidenses y desplaza empleos locales. La Casa Blanca pretende frenar esta tendencia mediante una política arancelaria agresiva y condiciones fiscales favorables para las compañías que fabriquen dentro de sus fronteras.
Aranceles y beneficios fiscales para reforzar la producción en Estados Unidos
Entre los anuncios más contundentes del mandatario se encuentra la imposición de un arancel del 25 % a los vehículos fabricados fuera del territorio nacional. Esta medida afectará principalmente a las marcas que producen en México y exportan a EEUU desde plantas ubicadas en estados fronterizos como Guanajuato, Puebla y Nuevo León. El objetivo es claro: desalentar la manufactura en el extranjero y traerla de vuelta a suelo estadounidense.
Además, Trump introdujo un sistema de deducciones fiscales que favorecerá a los fabricantes que produzcan y vendan vehículos exclusivamente en EEUU. Durante el primer año de implementación, las empresas podrán descontar hasta un 15 % del precio de venta de cada automóvil. En el segundo año, ese porcentaje bajará al 10 %. El esquema también contempla créditos para compensar parcialmente los costos de componentes importados, lo que busca hacer más competitiva la producción local en el corto plazo.
Impacto económico y reacción internacional ante las nuevas medidas de Trump
El endurecimiento de la política comercial estadounidense genera preocupación en México y Canadá. Expertos en economía advierten que un aumento en los aranceles podría encarecer los precios de los vehículos y reducir la competitividad regional. En México, diversas voces del sector automotor ya anticipan posibles pérdidas de empleo y disminución en la inversión extranjera directa si las medidas de Trump prosperan.
Del lado estadounidense, algunos gremios manufactureros respaldan la decisión y consideran que es una oportunidad histórica para revitalizar la industria. Sin embargo, también existen críticas dentro del propio país. Organizaciones empresariales señalan que las nuevas tarifas podrían desencadenar represalias comerciales y afectar otros sectores como el agrícola y el tecnológico. A medida que avancen los meses, se observará si esta estrategia logra consolidar la producción nacional sin dañar las relaciones diplomáticas con sus aliados continentales.