Morosidad del sistema financiero registra la tasa más baja del 2024, pero hay riesgos
Reducción. Morosidad alcanzó en octubre su nivel más bajo del año con 4,49%, producto de las políticas crediticias restrictivas, aunque hay riesgos que podrían revertir la tendencia decreciente.
La morosidad del sistema financiero, es decir, el incumplimiento de pagos de los créditos en las fechas pactadas, registró en octubre su mínimo anual tras alcanzar un 4,49%, la tasa más baja en lo que va del 2024, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Así, la tendencia de la tasa de morosidad (ver cuadro) consolida una reversión hacia un ritmo decreciente, luego de arrancar el año con elevados indicadores y alcanzar en mayo un pico máximo de 4,97%.
Según apuntó a La República, el profesor de Pacífico Business School, Jorge Carrillo, el descenso de estas cifras es producto de una política restrictiva de los bancos, financieras y cajas, debido a que fueron más cuidadosos al momento de otorgar financiamiento y mucho más selectivos al prestar dinero.
“Las políticas restrictivas de estas entidades dieron sus frutos. Esto demuestra su correcto actuar al restringir el acceso a crédito de los clientes más riesgosos, aunque eso haya traído como consecuencia que haya menos ingresos. Las entidades financieras han ganado menos en lo que va del año comparado con el 2023”, explicó el experto.
Desafío en mypes
Sin embargo, la morosidad del sistema financiero privado (sin contar con el Banco de la Nación y Agrobanco que brinda créditos a pequeños productores agropecuarios) registró la segunda tasa interanual más alta en octubre de los últimos 21 años (4,39%), solo superada por el 4,63% del año previo.
El economista César Antúnez advierte que si se desagrega por tipo de crédito, la morosidad en los bancos presenta cifras preocupantes y de hasta doble dígito. Por ejemplo, en octubre, las medianas empresas registraron una tasa del 16,64%, con un aumento de 2,7 puntos porcentuales, mientras que en las pequeñas empresas se alcanzó un 11,7% al incrementarse en 2,1 puntos porcentuales.
“Es habitual, antes y después de pandemia, que el segmento más complicado suela ser la mediana empresa. Las grandes no van a dejar de pagar porque tienen espaldas enormes, mientras que las microempresas se reinventan permanentemente. Si el negocio les va mal, cambian de giro para tener capacidad de pago”, indicó Carrillo.
Riesgos que elevarían morosidad
La tendencia de una baja morosidad podría revertirse en regiones del norte debido a factores como la inseguridad ciudadana, que genera un clima de incertidumbre y afecta la actividad económica, especialmente en el sector informal, apunta el economista ntúnez.
Además, la sequía que afecta a Piura, Lambayeque y Tumbes con menores cultivos y por ende, menores ingresos de agricultores y pescadores —principales deudores del sector microfinanciero— propiciaría un incremento de la morosidad a fines de 2024, con una tendencia al alza al primer semestre de 2025.