Cultural

Fotos de César Vallejo en 1930: poeta e ideológicamente peligroso

Valentino Gianuzzi ofreció la charla “Imagen de César Vallejo: iconografía de un símbolo cultural” y mostró dos fotografías inéditas de nuestro poeta mayor. ¿En qué contexto se dio?

César Vallejo en 1930. Imagen: Facebook de Valentino Gianuzzi.
César Vallejo en 1930. Imagen: Facebook de Valentino Gianuzzi.

El pasado martes 15 de abril, en el Museo de Arte de Lima, el investigador Valentino Gianuzzi ofreció la charla “Imagen de César Vallejo: iconografía de un símbolo cultural”.

La conferencia tuvo una pepa: se mostraron dos fotografías inéditas del poeta César Vallejo, tomadas por la policía de París el 17 de diciembre de 1930. Tuvieron que pasar 95 años para conocerlas. Bajo todo punto de vista, se trató de un acontecimiento cultural, y no solo para nuestro imaginario local.

Para 1930, César Vallejo ya tenía en su trayectoria dos obras maestras: Los heraldos negros (1919) y Trilce (1922; ese mismo año, además, James Joyce publicó Ulises y T. S. Eliot La tierra baldía). Pero estas obras maestras, para ser consideradas así, tuvieron que esperar varias décadas. De la noche a la mañana, Vallejo no se convirtió en nuestro poeta mayor y menos en uno de los más grandes de la poesía en el mundo del siglo XX. Había publicado también el libro de relatos Escalas melografiadas en 1923.

Vallejo y sus amigos caminaban por las calles de París y son detenidos por la policía, que acusa al poeta de 38 años de pertenecer a una célula comunista. Vallejo reacciona y se arma una trifulca. En aquel entonces, el gobierno francés estaba en manos de la Alianza Republicana Democrática, partido de centro derecha. Este no es un dato menor.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) había dejado al mundo entero en estado de paranoia ante la posibilidad de un nuevo evento parecido. Toda persona con ideas comunistas era un potencial sospechoso de revueltas y conspiraciones. A este escenario, se sumaba la crisis económica mundial iniciada en 1929 y que duró hasta 1939. No hubo país ajeno a esa crisis y el comunismo, con base en la Unión Soviética, aprovechó la situación para fortalecer su influencia.

Cuando Vallejo tuvo el impase con los policías parisinos, era un férreo activista del comunismo. Se afilia formalmente a un partido comunista recién en 1932, en el Partido Comunista Español, pero la revolución ya la llevaba en la sangre desde Perú, al que no podía volver debido a un proceso judicial abierto en su contra.

Esas dos fotos que le tomaron en la prefectura de París, fueron usadas para hacer afiches sobre la peligrosidad de este peruano con ideas comunistas. Todo un descubrimiento.