Agencias

Líder supremo de Irán satisfecho por conversaciones con EEUU pero escéptico sobre su resultado


El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, expresó el martes satisfacción por las recientes conversaciones con Estados Unidos, aunque también subrayó su desconfianza hacia sus interlocutores.

Irán y Estados Unidos, que no tienen relaciones diplomáticas desde 1980, llevaron a cabo el sábado pasado conversaciones bajo la mediación del sultanato de Omán sobre el programa nuclear de Teherán.

Las negociaciones "se desarrollaron bien en los primeros pasos", consideró Jamenei, siendo este su primer comentario sobre las conversaciones.

"Por supuesto, somos muy pesimistas sobre la otra parte, pero optimistas sobre nuestras propias capacidades", añadió el ayatolá, la máxima autoridad en Irán y que tiene la última palabra en asuntos de Estado.

"Las negociaciones pueden prosperar o no", advirtió Jamenei en su declaración, difundida por la televisión estatal.

Teherán y Washington acordaron proseguir las conversaciones el 19 de abril, con la mediación de Omán, en la capital de este país, Mascate.

El lunes, el presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró sus amenazas de lanzar un ataque militar contra las instalaciones nucleares de Irán si fracasa la diplomacia, calificando a los iraníes de "radicales" que no pueden tener armas nucleares.

Estados Unidos y otros países occidentales sospechan que Irán quiere equiparse con el arma nuclear. Teherán rechaza las acusaciones y defiende el uso nuclear para fines civiles, sobre todo para la energía.

En 2015, Irán concluyó un acuerdo con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Rusia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido) y Alemania para supervisar sus actividades nucleares.

Pero en 2018, Donald Trump retiró a su país del acuerdo durante su primer mandato y volvió a imponer duras sanciones contra Teherán, que comenzó entonces a desligarse de sus compromisos.

La decisión de Trump estuvo parcialmente motivada por la ausencia de medidas contra el programa balístico iraní, percibido como una amenaza para su aliado israelí.

Los Guardianes de la Revolución afirmaron el martes que las capacidades militares y de defensa del país son "líneas rojas" que no se pueden cruzar.

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