Agencias

Irán se muestra abierto a inversiones estadounidenses


Irán está abierto a inversiones estadounidenses pero se opone a cualquier intento de cambio de régimen, declaró el miércoles el presidente Masud Pezeshkian, antes de las inusuales conversaciones sobre el programa nuclear iraní entre ambos países.

Irán y Estados Unidos, que no mantienen relaciones diplomáticas desde hace cuatro décadas, tienen previsto mantener conversaciones el sábado en Omán sobre el programa nuclear de la República Islámica.

Washington presentó esta cita como un contacto "directo" con responsables iraníes, mientras que Teherán calificó este diálogo de "indirecto".

El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, máximo responsable de la toma de decisiones en Irán, "no tiene nada que objetar a la presencia de inversores estadounidenses en el país", afirmó Pezeshkian durante un discurso difundido por la televisión estatal.

Sin embargo, "nos oponemos a sus políticas equivocadas, entre ellas las conspiraciones e intentos de cambio de régimen", subrayó, refiriéndose a Estados Unidos.

El poder iraní acusa desde hace tiempo a Washington de estar detrás de intentos de injerencia y desestabilización, desde la Revolución islámica de 1979 que desembocó en el derrocamiento de la monarquía de los Pahlavi, apoyada por Estados Unidos.

En diciembre, el entonces secretario de Estado estadounidense Antony Blinken declaró que los intentos de cambio de régimen en Irán "no tuvieron realmente un gran éxito".

Las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, acusan desde hace décadas a Irán de querer dotarse de armas atómicas. Teherán rechaza los señalamientos y asegura que su programa nuclear solo es para fines civiles.

Donald Trump envió el mes pasado una carta a los líderes iraníes pidiendo negociaciones sobre su programa nuclear, en vistas a reemplazar el anterior acuerdo internacional, que fracasó después de que Estados Unidos se retirara en 2018.

Sin embargo, amenazó al mismo tiempo con bombardear Irán si fracasa la diplomacia e impuso sanciones adicionales contra su sector petrolero.

El acuerdo de 2015 conllevó el regreso de las inversiones occidentales en Irán y el fin del aislamiento del país en la escena internacional, a cambio de un marco para sus actividades nucleares.

No obstante, las empresas estadounidenses se mantuvieron en gran medida fuera del mercado iraní.

"No permitiremos la infiltración económica estadounidense en nuestro país, ni su presencia política, ni su infiltración cultural", declaró en 2015, tras firmar el acuerdo, el guía supremo iraní.

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