Política

Intoxicación de 156 escolares evidencia fracaso absoluto de Wasi Mikuna

Cambio cosmético. El Gobierno maquilló el corrupto programa Qali Warma como Wasi Mikuna, pero en menos de tres meses se reportó una racha de episodios de niños enfermos por consumir los alimentos del programa. Si no se liquida la corrupción, todo se repetirá.

En el colegio nacional Elvira Castro de Quirós, en Piura, 85 niños cayeron intoxicados por consumir alimentos de Wasi Mikuna. Foto: La República
En el colegio nacional Elvira Castro de Quirós, en Piura, 85 niños cayeron intoxicados por consumir alimentos de Wasi Mikuna. Foto: La República

En lo que representa la mayor crisis del programa nacional de alimentación escolar Wasi Mikuna —antes Qali Warma—, entre el 25 de marzo y el 8 de abril se han reportado 7 casos de intoxicación de aproximadamente 156 escolares en la capital y 6 regiones del país. Los incidentes se registraron luego que los estudiantes consumieran productos comprados y distribuidos por Wasi Mikuna, nombre con el que el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte rebautizó a Qali Warma.

Palacio Gobierno dispuso una reingeniería total de Qali Warma el 4 de diciembre de 2024, al quedar al descubierto que una empresa productora de alimentos, Frigoinca, sobornó a funcionarios y servidores del programa para ocultar su responsabilidad por la intoxicación de 23 escolares puneños, el 25 de marzo de 2024. El caso derivó en la renuncia del ministro de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Julio Demartini, un personaje de extrema confianza de Boluarte, y su reemplazo por Leslie Urteaga, otra persona de extrema confianza de la jefa de Estado, el 31 de enero de 2025.

Para el Gobierno, los responsables de la intoxicación de los estudiantes puneños de Cabana fueron las madres de familia que cocinaron los alimentos. En esta línea, el 19 de febrero, el Midis otorgó la responsabilidad de la compra de los productos a comités compuestos por los padres de familia de los colegios. Y dispuso que se les entregaría el dinero para que sean ellos los que hicieran las adquisiciones. Ante cualquier nuevo episodio de intoxicación, los responsables ya no serían los funcionarios de Wasi Mikuna, sino los padres de familia.

Pero antes que comenzara a ejecutarse la “fórmula”, comenzaron a registrarse nuevos casos de intoxicación, y el Gobierno respondió torpemente como lo hizo con lo sucedido en Cabana, Puno: culpando a otros por los hechos y sacando cuerpo respecto a su responsabilidad.

Wasi Mikuna | Qali Warma | Midis | Leslie Urteaga

En emergencia. Una decena de escolares fueron reingresados en Piura. Foto: difusión

Alimentos en malas condiciones

La racha de intoxicaciones arrancó el 25 de enero de este año, en el colegio Ramón Castilla, en el distrito de Coishco, Áncash. Cayeron 25 estudiantes por enfermedades gastrointestinales.

Siguió el primero de abril, en la escuela Nuevo Perú, en Los Olivos, Lima, con 9 escolares. Al día siguiente, 2 de abril, se reportaron dos incidentes más: en la Institución Educativa n° 16211, en Bagua Grande, Amazonas, y en la Institución Educativa n° 16210, en la misma localidad. En total, 25 niños.

Al día siguiente, 3 de abril, se comunicó una intoxicación masiva en el colegio Elvira Castro de Quirós, en Piura: 85 escolares afectados.

El 8 de abril se informó de dos episodios más: en la Institución Educativa n° 62028 en Shucush Yacu, en el distrito Teniente César López Rojas, provincia Alto Amazonas, región Loreto. Y en la Institución Educativa n° 30071 Luis Maraví Segura, en Chupaca, Junín.

En este último caso se reportaron 11 escolares enfermos por el consumo de alimentos de Wasi Mikuna.

Todo empezó la mañana del 8 de abril cuando los estudiantes desayunaron filete de atún, habas y avena. A los pocos minutos, los alumnos presentaron dolores de estómago, náuseas y vómitos, por lo que fueron trasladados al Hospital de Contingencia de Chupaca.

Wasi Mikuna | Qali Warma | Midis | Leslie Urteaga

Terquedad. La ministra Leslie Urteaga persiste en que los proveedores y los padres son los responsables. Foto: La República

Horas después, Dolibeth Silva Grandez, madre de un estudiante de la Institución Educativa 62028 Shucush Yacu, ubicada en el distrito Teniente César López Rojas, denunció que su hijo presentó cólicos e indigestión estomacal, síntomas propios de una intoxicación, luego de almorzar jurel en salsa de tomate de la marca Shambo del Mar.

Vengo a hacer la denuncia por estos gusanos que están apareciendo en el enlatado. Le preparé hoy día para que mi hijo vaya almorzando a su centro educativo. Y de los cuales mi hijo comió, yo no me di cuenta en ese momento. Cuando él terminó de comer, enseguida le ha dado el dolor de estómago. Le mandó al baño, y ahorita mi hijo está así. Y ahí recién yo me fijo, me voy a la sartén y rebusco, y miro a estos animales ahí andando en la sartén. Cogí la sartén y vine a ver al director”, dijo Dolibeth Silva.

El jueves 3 de abril, 85 estudiantes de la IE Elvira Castro de Quirós terminaron en el centro de salud de Pachitea, Piura, luego de presentar náuseas, vómitos y malestar, tras la ingesta de la conserva de pescado Karpes, producida por la empresa Karsol. En estos enlatados, los padres de familia indicaron que habían encontrado gusanos.

La empresa Karsol informó a La República que cumplió con los estándares necesarios para el procesamiento de los alimentos, según lo establecido por las fichas técnicas del programa Wasi Mikuna.

La titular del Midis, Leslie Urteaga, anunció como medida de prevención la inmovilización de todos los productos de la empresa Karpes. Era lo mismo que hizo el exministro Julio Demartini con la fábrica de conservas Frigoinca, de Nilo Burga Malca. Pero el problema, como después lo demostrarían los nuevos incidentes de intoxicación, no son los proveedores ni los padres de familia, sino el modelo del programa Wasi Mikuna.

Wasi Mikuna | Qali Warma | Midis | Leslie Urteaga

En la selva. Niños del colegio de Bagua Grande son evacuados por malestares estomacales. Foto: difusión

No hay otra salida

En efecto, el 2 de abril, padres y madres de familia de 18 niños de la Institución Educativa n° 16210, y 7 de la Institución Educativa n° 16211, ambas ubicadas en Bagua Grande, Amazonas, informaron que sus hijos tuvieron que ser evacuados al Hospital Santiago Apóstol de Essalud y al Hospital El Buen Samaritano, para ser atendidos por presentar picazón, náuseas, vómitos y malestar estomacal.

Ese día, los escolares habían consumido leche, arroz con conserva de pescado y una bebida elaborada con harina de plátano, además de pan con queso.

Como si no fuera suficiente, el 1 de abril, 9 estudiantes de la Institución Educativa Nuevo Perú, ubicada en el distrito de Los Olivos, fueron enviados de emergencia a la posta de Laura Caller para ser atendidos por sufrir mal estomacal luego de beber leche.

La ministra Leslie Urteaga, ante la ola de intoxicaciones, anunció la desaparición completa de Wasi Mikuna.

“Estamos decidiendo la extinción del actual modelo, porque no podemos poner en riesgo la vida de los niños, tal como estaba constituido con la entrega de productos y raciones, que fueron heredados de Qali Warma. Los proveedores ya estaban con contratos y no podíamos comprar directamente a los fabricantes”, dijo.

Sin embargo, el caso Frigoinca, que estalló en el Gobierno de Dina Boluarte, dejó en evidencia un esquema de corrupción enquistado en el programa de alimentación escolar que debe ser erradicado de raíz: hay funcionarios y servidores que reciben sobornos para favorecer a determinados productos y empresas. Estamos hablando de millones de soles cada año.

Todo empieza desde el momento en que desde el Midis se acomodan las especificaciones técnicas de los alimentos —leche, conservas, carnes— para orientar las compras. Eso es algo que se detectó incluso en el periodo en el que Dina Boluarte estuvo en el Midis. Esto explica por qué siempre ganan las mismas empresas. El cambio no debe de ser solo de nombre.

El dato

  • Millonada. Un total de S/2.615 millones de soles para este año destinó el Gobierno de Dina Boluarte para el financiamiento del programa nacional de alimentación escolar Wasi Mikuna.
  • En subida. En 2024, llegó a S/2.460 millones, por lo que hay una evidente escalada respecto a este año. Sin embargo, mientras se incrementan los fondos públicos para el programa, hay menos transparencia.