El alarmante rebrote mortal de la malaria en el Perú

En lo que va del 2025, suman 5 los fallecidos por esta enfermedad que se consideraba no mortal hace 20 años.

En el Perú, la crisis de inseguridad afecta, sobre todo, a las zonas urbanas. Con más de 6 asesinados por modalidad extorsiva por día en promedio, la situación merece ocupar la prioridad de la atención de los peruanos. Sin embargo, sucede algo sumamente grave en las regiones ubicadas en la Amazonía del país.

De acuerdo con los reportes oficiales del Centro Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud, hasta la decimo quinta semana del presente año, se han notificado 8674 casos de malaria.

Esto es alarmante no solo por los casos de infección que, en los últimos 5 años, han aumentado en más de 3000 casos. La mortalidad sigue aumentando de forma estadísticamente considerable.  Una enfermedad que se pensaba que se había controlado en el radar epidemiológico peruano, hoy demuestra todo lo contrario. En el mismo periodo de tiempo, el año pasado, ocurrieron 3 decesos, lo que represento un aumento del 67% con respecto al 2022. Se trata de un aumento de más del cuádruple de víctimas mortales en solo dos años.

Según observa la Universidad Cayetano Heredia, solo 1 de cada 4 infecciones de malaria en el país es detectada. Así, el también llamado paludismo, enfrenta problemas graves en las zonas amazónicas debido a la baja detección y al alto riesgo que supone para la vida de mujeres gestantes.

De la misma forma, en la Amazonía, aproximadamente 70% de las infecciones ocurren sin síntomas, a pesar de que las afectaciones contra la buena salud puedan seguir avanzando.

Solo en Loreto, ocurren más del 92% de los casos de malaria a nivel nacional. Y la situación no es alentadora.

Según informes científicos preliminares del MINSA, el mosquito Anófeles, que transmite la malaria, viene últimamente adaptándose al clima de la selva peruana, afectando no solo a adultos, sino y sobre todo a menores de 11 años.

La situación de abandono es plausible en dichas regiones. Y para eso se requiere con suma urgencia la convocatoria de la comunidad científica del Perú bajo el auspicio del Estado para procurar, como enuncian desde hace más de 3 años, la eliminación de la enfermedad que no solo mata, sino que trunca el desarrollo de ciudadanos peruanos que cohabitan nuestros bosques orientales.