Voz, organización y movilización, por Eliana Carlin


El miércoles de esta semana, el Presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, asistió a una interpelación deslucida y lánguida ante un pleno bastante ralo. Es bastante claro que varios parlamentarios miembros del pacto comienzan a performar como opositores. Lo real es que pese a sus grietas, la coalición gobernante sigue sólida, en tanto aún tienen espacio para servirse malamente de las instituciones públicas. El día de ayer hubo un nuevo paro de transportistas, en protesta por los recientes asesinatos en manos de extorsionadores.

Hubo avenidas centrales sin transporte público, y algunas explosiones violentas alrededor de la ciudad, en donde grupos en protesta bajaron a los pasajeros de los buses que circulaban ocupados.
Dada la escandalosa ineptitud en la gestión pública, la infiltración de las economías ilegales en la política, no existen posibilidades inmediatas de una reforma policial, ni de la implementación de un paquete de políticas públicas eficientes en la reducción de la inseguridad.

Ante esto, queda mirar hacia adelante, pensando en el próximo Ejecutivo que asuma el poder. Algunas de las primeras medidas de un nuevo gobierno y el nuevo Congreso deben ser: a) La reforma total de la Policía Nacional del Perú, b) La derogatoria de las leyes aprobadas por el Congreso que favorecen la impunidad del crimen organizado. El recambio en estos dos poderes podría no ocurrir simultáneamente, pero ya tienen tarea.

¿Qué podemos hacer desde la ciudadanía ante el enorme desánimo? El camino es participar, pero principalmente desde la voz crítica, la organización y la movilización. Una cultura cívica participante no significa reunirse entre los mismos y darse palmaditas en la espalda.

Recordemos, sobre todo, que las demandas electorales del año 2021 lejos de haber desaparecido, resuenan con más fuerza y sumadas al pedido de seguridad, marcarán la agenda electoral que ya comenzó a dibujarse.